La resistencia civil pacifica de Andrés Manuel López Obrador en torno a las reformas estructurales del gobierno federal, ya no será tan pacifica…
Ayer emplazó al presidente Enrique Peña Nieto a someter a una consulta pública la privatización de Pemex; de lo contrario, implementará un plan de acción denominado “Desobediencia Civil”.
Y este consiste en instalar un cerco en las instalaciones del Senado de la República, la Cámara de Diputados y los congresos locales para evitar la discusión del dictamen energético.
Lo anterior, debido a que las reformas constitucionales a los artículos 27 y 28 de nuestra carta magna requieren pasar por estas tres instancias.
También propuso promover un amparo masivo a fin de que la gente deje de pagar el servicio de energía eléctrica y posibles aumentos en impuestos.
El excandidato presidencial puso a consideración de las asamblea de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) esta y otras medidas que se pretenden tomar en los próximos días, como crear el Hashtag #EPNtraidor a la patria.
Como era de esperarse, los más de 16 mil 500 asistentes que se dieron cita en el mitin de Paseo de la Reforma, avalaron las propuestas de su líder, cuando este las sometió a votación.
López Obrador contó con el respaldo de la Coordinadora Nacional para los Trabajadores de la Educación (CNTE) que tienen un plantón permanente en el Monumento a la Revolución.
La alianza con la disidencia magisterial se concretó cuando él dijo que se construirán alianzas con organizaciones sociales y políticas con el objeto de frenar la reforma energética, los aumentos en impuestos y para echar abajo las reformas aprobadas.
Durante su discurso recriminó al gobierno federal la represión a “los maestros y estudiantes”, en alusión a los enfrentamientos entre la CNTE y anarquistas, contra granaderos.
La postura de Andrés Manuel fue clara: “que la mayoría decida si emprendemos este plan de acción o no, porque implica un compromiso de todos”.
Las masas votaron en urnas instaladas la tarde de ayer. Y las pancartas de consigna contra Enrique Peña Nieto volvieron a surgir.
En su mensaje, el político tabasqueño explicó que la “desobediencia civil” no contendrá actos de violencia, ya que eso es lo que espera el gobierno.
“Ellos no le temen a eso, lo que verdaderamente les aterra es que el movimiento organizado crezca”. Por eso también convocó a los asistentes a difundir la postura de Morena en redes sociales.
En el evento había banderas del Partido del Trabajo, del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), de la CNTE y hasta de la comunidad Lésbico-Gay, pero no del PRD.
Otra de las acciones que buscan emprender es un boicot a las empresas Soriana y Televisa por “su estrecha relación” con el gobierno de Enrique Peña Nieto.
De paso, exigió al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y al Presidente de la República mantener el centro de acopio del Zócalo, por lo menos dos semanas más.
“No vaya a ser, que se les ocurra quitar el centro de acopio para los damnificados de Guerrero mañana mismo; por que si decidimos no hacer este mitin en el Zócalo, fue porque creemos que no podemos hacer nada contra este tipo de desgracias”.
AMLO insistió en que las inundaciones de los últimos días deben ser prioridad, tanto que la compra de un avión presidencial debe ser cancelada, para reorientar el gasto a los afectados por los huracanas “Ingrid” y “Manuel”.
Entre los asistentes había pancartas de reclamo hasta para el jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, a quien acusaron de traidor por su cercanía al Gobierno Federal.
Mientras tanto, la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) acordaron despejar paulatinamente el plantón del monumento a la Revolución.
Y los jóvenes detenidos durante los disturbios de la marcha del 2 de octubre comenzaron a salir bajo fianza.
