Andrés Manuel López Obrador fue más que claro: no responderá a los ataques que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado al país.
Su postura no es una sorpresa. Desde hace más de un año, cuando Donald Trump tomó protesta como presidente de los Estados Unidos, López Obrador hizo una gira por diversos estados de la Unión Americana y desde ahí lanzó varios mensajes que llamaban a evitar la confrontación con el nuevo mandatario.
Ayer, en conferencia de prensa, López Obrador dijo que buscará tener una relación amistosa con Estados Unidos.
“Vamos a actuar con prudencia. No vamos a responder a cualquier opinión. Vamos a tratar de buscar una relación amistosa.
“Y si se dificulta el diálogo, la otra vía va a ser diálogo y más diálogo, siempre diálogo. No queremos pleitos. Queremos convencer que nos conviene una relación de amistad”, expuso el virtual presidente electo.
Ayer por la mañana, Donald Trump escribió en sus redes sociales un mensaje en el que urgió a construir el muro fronterizo.
“Una de las razones por las que necesitamos gran seguridad fronteriza es que la tasa de asesinatos en México en 2017 aumentó un 27% a 31 mil 174 personas asesinadas, ¡un récord! Los demócratas quieren fronteras abiertas. Yo quiero máxima seguridad fronteriza y el respeto por nuestros agentes fronterizos y nuestros excelentes profesionales encargados de hacer cumplir la ley”, escribió Trump en su cuenta de Twitter (@realDonaldTrump).
Fiel a su postura, López Obrador dijo que buscará a toda costa que haya una buena relación con Estados Unidos.
Y aunque pareciera que López Obrador suavizó su discurso hacia Estados Unidos y su presidente desde que ganó la elección, lo cierto es que desde antes de la campaña electoral el político mexicano pregonó una postura de entendimiento y cero confrontación.
En el verano del 2017, López Obrador publicó su libro “Oye, Trump” (Planeta, 2017), en el que compiló todos los discursos que dio ante la comunidad mexicana en Estados Unidos, a quienes les dijo que México debía tener una postura más fuerte ante el nuevo mandatario.
“Basta de pasividad. Hay que tomar la iniciativa, y ante la amenaza y el manejo perverso de la política de la incertidumbre, fijar una postura con claridad, sin titubeos ni medias tintas.
“Tenemos derecho a poner nosotros la agenda sobre la mesa. No se trata de responder a la prepotencia con balandronadas, tampoco de enfrentarse con Sansón a las patadas o de aplicar la bella y conmovedora historia de David contra Goliat. Es sencillamente ejercer con orgullo nuestra soberanía y actuar con arrojo y determinación”, escribió López Obrador en su libro.
Su idea sobre el país vecino
En su libro, López Obrador escribe una reflexión que hizo la noche en que Donald Trump ganó la elección presidencial en Estados Unidos, el 8 de noviembre del 2016.
En ella, critica la postura que tomaron distintos actores políticos de México que durante la campaña estadounidense tomaron una postura a favor de Hillary Clinton y no respetaron el proceso electoral del vecino país del norte.
“No hay motivo de preocupación con el resultado de las elecciones en Estados Unidos. No hay que olvidar que México, por el esfuerzo y sacrificio de los padres de nuestra patria, es un país libre, independiente y soberano, no una colonia, ni un protectorado; no depende de ningún gobierno extranjero. Hay que tener calma, tranquilidad; considero que fue un error de los integrantes de la mafia del poder en México tomar partido; se olvidaron del principio de no intervención y de la autodeterminación de los pueblos. De todas maneras, ante cualquier circunstancia, vamos a estar unidos.
“Llamo a todos los mexicanos a la serenidad. Tenemos que salir adelante; no va a haber problemas mayores, se los aseguro, porque vamos a hacer valer nuestro derecho a la soberanía, esté quien esté en el gobierno de Estados Unidos”, escribió López Obrador en su libro.
Tan pronto como ganó la elección López Obrador, este habló por teléfono con Trump. En esa llamada acordaron que en los días siguientes acudiría una delegación de funcionarios de primer nivel de Estados Unidos a reunirse con el virtual presidente electo mexicano.
La reunión ocurrió y mediante esta delegación, López Obrador envió una carta a Trump, en la que lo llamó a impulsar acciones de desarrollo para México y Centroamérica.
Esa fue la primer oportunidad que López Obrador tuvo de hacer lo que dijo que haría, el día que Trump tomó posesión como presidente de EEUU, el 20 de enero del 2017.
“Hoy, Donald Trump, en su toma de posesión como presidente de Estados Unidos, menos agitado y directo que en otras ocasiones, volvió a lanzarse contra los que considera extranjeros, de adentro y de afuera de su país. Lamento el inicio de esta incómoda realidad y no descarto la posibilidad de que rectifique por el bien de las dos naciones.
“Es nuestro deber tratar de persuadirlo, de convencerlo, pero al mismo tiempo nos asiste el derecho de crear las condiciones para hacerlo entrar en razón”, dijo ese día en Ciudad Acuña, en el estado de Coahuila.
El equipo del nuevo gobierno ha insistido que, aunque Trump ha emitido algunas declaraciones contra el país, la postura oficial que ellos toman como válida es la de la delegación que visitó a López Obrador en México, que incluyó a Mike Pompeo, secretario de Estado, y a Jared Kushner, asesor principal y yerno de Donald Trump.
“No abandonaremos la tarea de convencer en el interior de Estados Unidos que debemos construir una fraternidad universal, sin muros ni fronteras, más humana y espiritual, con todos los pueblos del mundo.
“Con mucho respeto al gobierno y al derecho ajeno, vamos a defender con firmeza la violación indigna de las libertades y nuestra soberanía”, escribió López Obrador en su libro.