El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo una entrega simbólica del Zócalo a su sucesora, Claudia Sheinbaum, a un mes del cambio de Gobierno. A la vez que hizo una advertencia respecto a la importancia de mantener las políticas de su administración, reconociendo que sigue habiendo atraso en algunas áreas.
“Me voy a jubilar con las consciencia tranquila y muy contento”, dijo en durante su discurso frente a la Puerta Central de Palacio Nacional. Haciendo un énfasis “qué felicidad que quien va a quedar en lugar de uno es una mujer excepcional que le va a dar continuidad a la transformación. Por eso me río”.
En tres ocasiones, López Obrador encabezó a los asistentes en coros de “¡Presidenta, Presidenta!” y al hablar del tren Interurbano El Insurgente y el rescate de los murales del Centro SCOP, dedicó llamados de “¿verdad, Claudia?” para reafirmar que la mandataria electa, entre los invitados de honor, concluirá las obras.
AMLO culpa a oligarcas de atraso del país
En ese sentido, el primer mandatario cerró su discurso de 125 minutos no solo con un “gracias, gracias de corazón, que viva el pueblo de México”, sino también con la advertencia de que hay que mantener las políticas iniciadas en este sexenio. Reconociendo que aún quedan temas por atender.
“Aún con lo mucho que se ha logrado, todavía es notorio el atraso que padecimos por el largo y tormentoso periodo en que el Gobierno estuvo en manos de oligarcas insensibles”, señaló. Pues en su discurso contrapunteó su sexenio con los anteriores en economía, desarrollo social, inversión pública, salud, entre otros.
López Obrador hizo un llamado a mantener esta ruta bajo el argumento de que “es indispensable seguir luchando para fortalecer lo alcanzado y continuar construyendo una patria nueva, generosa, eterna”. Así como ratificó su confianza en que la Presidenta electa cumplirá con este propósito.