En el último día de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como presidente de México, el colectivo Madres Buscadoras de Sonora protestó contra la indiferencia del mandatario ante la desaparición de sus familiares a través de una ficha de búsqueda simbólica, correspondiente a AMLO.
Fue Ceci Patricia Flores Armenta, fundadora del colectivo, quien encabezó la manifestación y pegó la pancarta afuera de Palacio Nacional, tras la última “mañanera” del aún presidente.
De acuerdo con la ficha, las Madres Buscadoras llevan seis años buscándolo y la última vez que se le vio “prometió ayudarnos a encontrar a nuestros hijos, decir la verdad sobre Ayotzinapa y pacificar al país”.
Ceci Flores señaló que no ha dormido desde que llegó de Pesqueira, Sonora y que su camisa huele a muerte y a desesperanza. Sin embargó, bendijo a AMLO en su retiro como presidente: “Que Dios lo bendiga, presidente López Obrador; tómese un descanso, nosotras seguiremos buscando”, aseguró.
Vengo desde Pesqueira, Sonora, no he dormido, mi camisa huele a muerte y desesperanza, trae impregnado el olor de los hijos que quemaron en los crematorios que encontramos…
Que Dios lo bendiga Presidente, @lopezobrador_ tómese un descanso, nosotras seguiremos buscando. pic.twitter.com/KGdaE10H7Q
— Ceci Flores 6623415616 (@CeciPatriciaF) September 30, 2024
No se trata de la primera vez que la activista critica al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues durante su sexenio ha reprochado que no cumplió con la promesa de encontrar a los hijos de las integrantes del colectivo ni a otras cien mil personas desaparecidas; por el contrario, las cifras de desaparecidos han aumentado en su sexenio, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
Ceci Flores se convirtió en activista tras sufrir la desaparición de tres de sus hijos desde 2015. A la fecha, uno de ellos le ha sido devuelto, pero los otros dos no, por lo que continúa su búsqueda hasta dar con su paradero. Tan solo el mes pasado, las Madres Buscadoras hallaron un crematorio clandestino en Nogales, Sonora, con restos humanos aún quemándose, reportaron las activistas.