AMLO buscaría su partido político

Los rumores se confirmaron. Andrés Manuel López Obrador hizo oficial su separación del bloque de las izquierdas que lo postularon como candidato a la Presidencia de la República.

“En esta nueva etapa de mi vida voy a dedicar toda mi imaginación y trabajo a la causa de la transformación de México. Lo haré desde el espacio que representa Morena, por esta razón me separaré de los partidos del Movimiento Progresista”.

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"No se trata de una ruptura, me despido en los mejores términos. Me separo de los partidos progresistas con mi más profundo agradecimiento a sus dirigentes y militantes”
Andrés Manuel López Obrador
A la hora de los agradecimientos nombró en primer lugar al empresario regiomontano Alfonso Romo, identificado por algunos como un determinante respaldo político y financiero del tabasqueño

Los rumores se confirmaron. Andrés Manuel López Obrador hizo oficial su separación del bloque de las izquierdas que lo postularon como candidato a la Presidencia de la República.

“En esta nueva etapa de mi vida voy a dedicar toda mi imaginación y trabajo a la causa de la transformación de México. Lo haré desde el espacio que representa Morena, por esta razón me separaré de los partidos del Movimiento Progresista”.

Es un parteaguas de la historia de la izquierda en México que fue atestiguado por miles de hombres y mujeres –jóvenes, adultos y ancianos– que este domingo llenaron la plancha del Zócalo de la Ciudad de México.

La gran mayoría eran los fieles seguidores de la causa lopezobradorista, muchos de los cuales se conglomeran ya en torno al Movimiento de Regeneración Nacional, Morena: la asociación civil que formó parte nodal de la estrategia electoral y la vigilancia de los comicios de julio pasado.

“No se trata de una ruptura, me despido en los mejores términos. Me separo de los partidos progresistas con mi más profundo agradecimiento a sus dirigentes y militantes”, dijo el tabasqueño tras lo cual  hizo reconocimientos expresos.

Comenzó agradeciendo el apoyo recibido por el Partido Movimiento Ciudadano, el otrora Convergencia que fue dirigido por Dante Delgado, quien no acudió al evento ni fue mencionado expresamente por el tabasqueño. 

Luego reconoció haber contado “con el respaldo decidido” de militantes y dirigentes del Partido de Trabajo, “en particular, de su dirigente Alberto Anaya”, que lo acompañó en el acto, al igual que su homólogo del Movimiento Ciudadano Luis Walton.

La tercera y última mención fue para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde militó durante 23 años y del que fue dirigente nacional de 1996 a 1999. 

En este punto su mensaje fue más elocuente: “Tengo en el PRD muchos amigos que en todo momento me dieron su confianza y respaldo y, en correspondencia, considero que les di lo mejor de mí y los representé con entrega y dignidad. Estamos a mano y en paz”.

Sus palabras resonaron desde el templete en el que, paradójicamente, lo acompañaban tan sólo unos cuantos perredistas.

Estuvieron el actual gobernador Arturo Núñez, ex priista converso al sol; los senadores Alejandro Encinas y Armando Ríos Peter; el bejaranista Manuel Oropeza, presidente del PRD capitalino; el ex diputado Martí Batres quien, justamente en septiembre del año pasado, fue destituido como secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal.

Contadas fueron las figuras importantes de las izquierdas en el poder. Por eso quizá, las miradas de los reporteros iban una y otra vez de un extremo al otro del podio. Repasaban quién acudió a acompañar a López Obrador en su último mensaje como perredista.

Destacaron miembros propuestos para formar parte del gabinete presidencial, y que han formado parte de la “presidencia legítima” de AMLO. Entre ellos Bernardo Bátiz Vázquez, Miguel Torruco Márques, Raquel Sosa Elízaga, Javier Jiménez Espriú y Claudia Sheinbaum Pardo. 

También estuvieron presentes algunos dirigentes locales de Morena.

Se dejaron ver unos que han desfilado por el PRI y el PRD: los petistas Manuel Bartlett y Porfirio Muñoz Ledo; y detrás de ellos estaba la nueva adepta al Movimiento Ciudadano, la senadora Layda Sansores.

Más atrás de las filas visibles de la tarima donde habló AMLO, estuvieron los senadores Manuel Camacho Solís y Ricardo Monreal.

En su más puro estilo, el originario de Macuspana hizo un anuncio susceptible de ser leído entre líneas: “Estoy seguro que esta decisión ayudará a renovar y a fortalecer al Movimiento Progresista. 

“Además, siempre que se trate de la defensa del pueblo, del patrimonio nacional y de luchar por la transformación del país, estaremos dispuestos a caminar juntos y llegaremos a acuerdos para actuar como una sola organización”.

Así dejó abierta la puerta hacia ese futuro –lejano para unos, cercano para otros– llamado 2018.

Y junto a su esposa Beatriz Gutiérrez y su pequeño hijo Jesús Ernesto, AMLO mencionó que Morena transitará hacia otra faceta. La que podría ser su próximo nuevo partido político.

Movimiento pacífico

Minutos antes de hacer público su alejamiento de las izquierdas institucionales, López Obrador refrendó que no reconocerá al priista Enrique Peña Nieto como presidente legítimo de México.

No obstante su afirmación del uso de dinero a raudales en el proceso electoral, que supuso la compra de millones de votos a favor del actual presidente electo, hizo un llamado a los seguidores de su movimiento a seguir en la ruta de la desobediencia civil de manera pacífica.

“Pienso que produce más sufrimiento y se termina imponiendo con mayor facilidad quienes no tienen la razón pero cuentan con la fuerza para reprimir. La violencia en vez de destruir al régimen autoritario lo perpetúa”.

Este mensaje lo reiteró de distintos modos aún cuando los principales gritos que se escucharon en la Plaza de la Constitución fueron los de: “¡Fraude!” y “¡Revolución!”.

También hizo un reconocimiento a los ciudadanos que le ayudaron a convencer a empresarios y a integrantes de clases medias “que debido a las campañas de desprestigio, mantenían una mala imagen de nosotros”.

En primer lugar nombró a Alfonso Romo Garza, a quien algunos han identificado como un determinante respaldo financiero y político del tabasqueño.

En el marco de la pasada calificación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre la elección presidencial, el empresario regiomontano publicó en los principales diarios nacionales un desplegado. 

En él dijo que “fuimos testigos de las violaciones que se cometieron, fue indignante presenciar la inescrupulosa compra de votos y más grave aún la manera como se abusó del hambre del pueblo”.

A los magistrados del TEPJF el fundador del Grupo Pulsar llamó a no premiar a quienes cometieron ilícitos: “esto equivaldría a elevar la corrupción a rango constitucional”, sostuvo. 

Por ello no extrañó la mención especial hecha a Romo por parte de Andrés Manuel, quien también reconoció el apoyo brindado por el actor Demián Bichir, los productores Epigmenio Ibarra y Luis Mandoki; así como por Manuel Clouthier, Dolores Heredia, León Larregui, Tomás López Rocha, Pago Ignacio Taiblo, Lorenzo Rojas Guzmán y María Antonieta Laso, y quienes aceptaron ser parte de su gabinete presidencial.

Eje de ‘esperanza’

En la segunda parte de su largo discurso, López Obrador delineó el rol que a partir del 9 de septiembre cobrará Morena.

La organización elegirá a los órganos de dirección de los estados del país, así como su Comité Ejecutivo Nacional. A partir del día 12, comenzarán a reunirse para decidir si Morena se convierte en un partido político.

Será un proceso tardado pero “sublime”, dijo el tabasqueño, para limpiar el camino a las nuevas generaciones.

“Morena seguirá sembrando ideas y haciendo conciencia. Fortaleciendo valores culturales, morales y espirituales… Con Morena defenderemos a los que sufren injusticias, protegeremos a los débiles y cuidaremos el patrimonio nacional, herencia de las futuras generaciones”.

De este modo dijo a los cerca de 16 millones de mexicanos que le dieron su voto que no los dejará solos.

“A los hombres del régimen solo les queda el dinero y el aparto de manipulación y de fuerza. Pero el dinero no lo es todo, no es Dios”, dijo al principio de su intervención.

Para el cierre de su discurso, y tras destacar que “Iniciamos una nueva etapa”, el tabasqueño remató:

“Créanme que estoy consciente del coraje, el desánimo, la impotencia y los malestares del alma que sienten millones de mexicanos luego de este nuevo fraude electoral. 

La faceta del político-pastor quedó impresa en este fin y principio de la izquierda encabezada por López Obrador.

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