Hay espacios que aportan condiciones para el desarrollo de la obesidad en las personas, afirma el doctor Guillermo Arteaga MacKinney, quien es profesor de la Universidad de Sonora.
“Los distintos ambientes que promueven la obesidad son factores de riesgo, condicionantes que suceden en el ambiente, muchas veces no es una decisión, por así decirlo, personal, sino que se dan por el lugar donde vivimos, la colonia, por la propia cultura.
“Este tipo de cosas son factores de riesgo que fomentan conductas relacionadas con patrones de alimentación equivocados y también asociados a la parte de una vida más sedentaria, un mayor estrés, problemas de sueño”, asegura el también colaborador del Laboratorio de Datos contra la Obesidad.
El doctor asegura que el ambiente está relacionado con la salud y esto viene desde los modelos de urbanización de las primeras ciudades de habla inglesa en las que se pensó en procurar el mejor modelo de vida para los habitantes.
“Algunas referencias indican, sobre todo cuando empezó la urbanización en Inglaterra y en Estados Unidos, que la gente, sobre todo en Europa, se estableció en esta idea, que fue muy clara y avanzada, de que la ciudad tendría que estar diseñada para la salud de las personas.
“De ahí viene la situación de hacer drenajes, poner iluminación, establecer parques, y otro tipo de cosas. Todo lo que tiene que ver con urbanismo”, explica el experto.
Estos modelos también inciden en la salud de las personas y eso está relacionado directamente con el incremento de casos de obesidad y otras enfermedades.
Afirma que en Europa y Estados Unidos hay un movimiento denominado “Healthy City” (Ciudad Saludable) en el que se busca -con las herramientas actuales- construir núcleos urbanos que promuevan el cuidado de la salud.
“Es un movimiento que empezó como en los 90 y que aplica en las ciudades nuevas, pero es muy difícil en ciudades de cientos de años en donde el cambio en la urbanización es muy compleja”, explica Arteaga MacKinney.
El experto llama a hacer conciencia de que hay elementos de nuestro entorno que no son los adecuados y fomentan la obesidad, por ello hay que identificarlos y buscar una solución.
“La alimentación lleva a un concepto de salud. No todo tiene que estar disponible en el momento, tenemos que esforzarnos, cocinar, ver el proceso de alimentación. No es solamente abrir el empaque de plástico, comer y tirarlo, sino que involucra todo un proceso”, explica.
Considera que el reconocimiento de que el ambiente físico se relaciona con la salud viene de cientos de años y hoy se ha perdido esta conciencia.
Señales de alerta ante la obesidad
Los padres de familia deben evitar que los niños se desvelen y estar pendientes para identificar cuadros de ansiedad o depresión, asegura la nutrióloga Alejandra Ponce Garza, especialista del Laboratorio de Datos Contra la Obesidad.
Considera que es importante que los padres procuren un horario en el día para los menores de edad en el que siempre tengan las mismas horas de sueño. No es recomendable que un niño se desvele tampoco ni por hacer la tarea.
“Si un niño se está durmiendo tarde por la tarea, estamos hablando de un niño que al día siguiente de todas maneras se tiene que despertar temprano e iniciar su día y va a estar más cansado, y si está más cansado, va a buscar más comida”, sentencia la especialista.
Considera que es importante tener en cuenta que los menores de edad también presentan cuadros de depresión y ansiedad que se pueden manifestar con el deseo de consumir alimentos elevados en contenido de azúcares.
“(Hay que ) darnos cuenta que los niños presentan los mismos síntomas de ansiedad y depresión que podemos presentar los adultos y uno de esos es refugiarse en los alimentos.
“El hecho de ver que el niño está comiendo de más o está queriendo comer puro dulce, es también para ponernos a pensar qué más puede estar pasando y, si es una cuestión de salud emocional, se debe de atender de inmediato”, explica.
Además, hace énfasis en que lo emocional y la alimentación van muy de la mano, ya que se han intentado hacer miles de campañas en cuestión de nutrición y no han funcionado claramente porque el problema no es tanto lo que estamos comiendo, sino lo que nos está llevando a comer lo que estamos comiendo.
Considera que los mayores esfuerzos respecto a la salud deberían ir ahorita orientados en el tema emocional y en aceptar que los menores, aunque sean niños, pueden llegar a tener ansiedad o depresión.