Un nuevo altar satánico fue hallado en un inmueble cateado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, la Fiscalía capitalina y la Guardia Nacional, en calles de la alcaldía Gustavo A. Madero.
El hallazgo se llevó a cabo en la Unidad Habitacional en la Avenida Camino a San Juan de Aragón, en la colonia El Olivo.
Hallaron drogas en el operativo
En el sitio del cateo, se aseguraron 118 bolsas con narcóticos a granel y en envoltorios, junto con aditamentos utilizados para la confección de dosis para su distribución y venta, tales como una báscula comercial con capacidad de 40 kilogramos, una prensa artesanal y cinco tablas de marcaje.
Durante el operativo también se descubrieron varias bolsas de plástico con sustancias ilícitas. Entre los estupefacientes decomisados se encontraban un kilo 200 gramos de marihuana y un paquete de 300 gramos de cocaína en piedra.
Los diablos estaban vestidos de charros
Además de los narcóticos, se encontraron indicios claros de la práctica de rituales satánicos, como un altar confirmado por dos efigies en tronos, uno de color negro y dorado, portando trajes de charro blanco con variantes en azul y rojo, botas estilo vaquero y herraduras doradas.
En el entorno del altar se apreciaban botellas de alcohol, una botella de Tonayan y latas de cerveza, así como frutas, dulces y recibos de servicios como electricidad y de agua.
Aunque no se realizaron detenciones en el lugar, el inmueble fue sellado y puesto bajo resguardo policial. La aparente droga y los objetos asegurados quedaron a disposición del Ministerio Público para continuar con las investigaciones correspondientes.
¿Qué hay con los narco satánicos de CDMX?
Vale resaltar que es el tercer hallazgo de este tipo en la Ciudad de México, evidenciando una preocupante tendencia entre las organizaciones criminales de la capital hacia el culto satánico.
Todo parece indicar que el culto al diablo ha encontrado un terreno fértil entre los círculos de narcotraficantes en la CDMX, donde la violencia y la impunidad han creado un entorno propicio para la proliferación de prácticas ocultistas, pues algunos líderes del crimen organizado recurren a este culto para consolidar su poder y sembrar el temor entre sus rivales.