En el año 2022 se pondrán a prueba las coaliciones político electorales, no solo en el bloque opositor,sino también del lado oficialista. Alianzas que, más pragmáticas que ideológicas, ya han comenzado a sufrir algunas grietas. Los resultados y la forma en que trabajen los partidos durante el proceso electoral en curso podría determinar su futuro.
La coalición Va por México, conformada por el PRI, PAN y PRD, nuevamente mantendrá un solo frente para cuatro de las seis gubernaturas en juego este año, ya que no logró un acuerdo en Oaxaca por la desgastada relación que hay con Alejandro Murat, priista que se ha mostrado muy cercano a la 4T.
“No hay la confianza de nuestros compañeros en el comportamiento de la fuerza gobernante allá en Oaxaca, pero no es que nos preocupe.Cada quien toma los amigos que quiere”, dijo el dirigente perredista Jesús Zambrano el pasado 14 de diciembre, cuando se anunció la alianza con Acción Nacional y el Revolucionario Institucional.
Pese a Murat, Zambrano no descarta que se pueda lograr una alianza con el PAN y fuerzas locales en Oaxaca. Caso similar al de Quintana Roo, donde el PRD inició pláticas con el actor y empresario Roberto Palazuelos para una posible candidatura, pero los otros partidos desestimaron esta posibilidad, principalmente el PRI.
Sobre esta aproximación, el priista Alejandro Moreno explicó que “para nosotros no es tema porque no estuvo sentado con nosotros en la mesa, hubo aproximaciones con otras fuerzas políticas”. Siendo que los dirigentes de PRD y PAN en Quintana Roo sentenciaron, a finales de diciembre, que no esperarán a que el tricolor se decante por sumarse o no a la alianza estatal.
Otro caso que amenaza con provocar más tensiones es Hidalgo, donde sí hubo un acuerdo para ir en coalición, pero causó una ruptura entre el CEN tricolor y el gobernador Omar Fayad, otro mandatario también bajo sospecha de traición a sus colores y que ha sido señalado directamente por la dirigencia priista de querer entregar el estado a Morena.
Dado que Hidalgo es, con Coahuila, una de las dos entidades que el PRI no ha perdido en casi un siglo, el dirigente priista, Alejandro Moreno, reclamó públicamente a Fayad porque “a lo largo de los últimos años ha demostrado su sumisión y entreguismo con el poder. No vamos a permitir que le entregue el estado de Hidalgo a Morena”. Siendo que él mismo había calificado a su secretaria general, Carolina Viggiano, como un “cuadrazo” y respaldó sus intenciones de ser candidata.
Una situación a la inversa ocurre en Durango, donde gobierna el panista el aspirante mejor posicionado es el priista Esteban Villegas, a quien el gobernador saliente venció en la elección de 2016. Razón por la que la coalición aún no ha confirmado posibles abanderados en el estado.
A esto se suma el hecho de que en Aguascalientes, único estado donde la alianza parte como favorita, el gobernador Martín Orozco se encuentra confrontado con Marko Cortés desde la filtración de un audio en el que el dirigente nacional del PAN da por perdidas las otras cinco gubernaturas ante Morena.
A inicios de diciembre, Orozco criticó el método de selección del PAN para determinar a Tere Jiménez como su abanderada. Diciendo que Cortés “se está ganando otro calificativo, el de rajón, porque hay un video previo donde dijo cómo iba a ser el método y ahora siempre no”, siendo que previamente lo tachó de “derrotista”.
Turbulencia guinda
Con la oposición resquebrajada y tras las elecciones de 2021, todo indica que el Movimiento Regeneración Nacional tiene pista libre para otra apabullante victoria, sin embargo, una vez más la definición de candidatos sacó a relucir su turbulencia interna.
Morena y sus aliados, los partidos del Trabajo, Verde Ecologista de México y Nueva Alianza presentaron a su caballada el 23 de diciembre. Confirmando que, de seis candidaturas, tres serán para personajes que militaban en el PRI hasta hace poco: Julio Menchaca en Hidalgo, Marina Vitela en Durango y Américo Villareal en Tamaulipas.
Tras el anuncio, varios aspirantes manifestaron su inconformidad al ser relegados, como lo hizo la senadora Susana Harp luego de que Salomón Jara recibiera la candidatura en Oaxaca, estado donde Morena parte con no menos de voto más los mencionados señalamientos de un acuerdo con el gobernador Murat.
“No podemos permitir una vez más que las acciones afirmativas hacia las mujeres sean para las contiendas más desfavorables”, dijo la legisladora al asegurar ser la segunda mejor calificada en las encuestas, solo por detrás de Mara
Lezama en Quintana Roo, con lo que anticipó pocas posibilidades para Vitela en Durango y Nora Ruvalcaba en Aguascalientes.
Harp llevó su protesta a tribunales, como también lo hicieron José Ramón Enriquez, expriista electo alcalde de Durango en 2016 por el PAN y senador en 2018 por
Movimiento Ciudadano; y Maki Ortiz, exalcaldesa de Reynosa por Acción Nacional y relevada en el cargo por su hijo, Carlos Peña Ortiz, postulado por Morena en las elecciones municipales de Tamaulipas en 2021.
Además de ellos, la senadora Marybel Villegas también acusó imposición en la encuesta de Quintana Roo, donde Lezama obtuvo una amplia ventaja. A diferencia de los otros casos, la expriista, experredista y expanista ha dejado entrever su salida de Morena pues, como ella misma confirmó, ha tenido “varios ofrecimientos” de otras fuerzas políticas.
Esto teniendo como antecedente directo que en 2021, varios de los inconformes con la selección de candidatos optaron por postularse con partidos de la llamada “chiquillada”, como Cristóbal Arias en Michoacán o Claudia Yáñez en Colima, ambos aceptando el ofrecimiento de Fuerza por México.
Además de que en algunos estados la misma coalición Juntos Haremos Historia compitió en contra de Morena, como ocurrió en San Luis Potosí, donde PVEM y PT lograron la elección de Ricardo Gallardo, mientras que en Guerrero esta alianza quedó en un lejano tercer lugar, detrás de la hoy gobernadora Evelyn Salgado y de la fórmula PRI-PRD.