Unos minutos bastaron para que Perfecta Calderón viera hecho pedazos su patrimonio, y bajo el cobijo de una lona y de los restos de lo que fue su cocina, comenzaron a sobrevivir sus tres hijas, un nieto y su esposo. El 19 de septiembre el sismo de 7.1 vino de Morelos, la entidad colinda con Puebla lugar donde vive Perfecta, en su localidad, Alpanocan, no hubo pérdidas humanas pero los daños materiales se contabilizan por miles.
La forma de vivir de Perfecta cambio en unos instantes aquella tarde de septiembre, pero la circunstancias le otorgaron una nueva oportunidad y bajo el apoyo de InfraRural logró tener lo que hasta la fecha miles de damnificados esperan, un hogar.
InfraRural es una empresa de social mexicana, que aplica la tecnología para el desarrollo sustentable en comunidades rurales aprovechando los materiales locales, después de los sismos de septiembre decidieron emprender acciones de reconstrucción que iban desde apoyo psicológico, construcción de vivienda rurales emergentes, estufas ecológicas y hornos de leña.
Su trabajo data del 2014 como InfraRural y antes con el proyecto de la Brigada Multidisciplinaria de Apoyo a las comunidades de México, donde estudiantes de diversas universidades públicas realizan intervenciones para mejorar las condiciones de vivienda, salud, convivencia social y que los locales se apropien de la tecnología comunitaria de de construcción, han trabajado en estados como Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, el Estado de México y área conurbada de la Ciudad de México.
Las intervenciones que han hecho en comunidades rurales han beneficiado alrededor de 5 mil 567 personas con el apoyo de más de 600 voluntarios.
En el informe Reconstruyendo a México desde sus cimientos, InfraRural detalla cómo fue su intervención para apoyar a damnificados por los sismos.
Tras los sismos que sacudieron Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Morelos, Puebla y la Ciudad de México, InfraRural decidió apoyar a la población más afectada y también más olvidada por los apoyos gubernamentales, las comunidades rurales. “Ellos resintieron más las secuelas del sismos”, afirma Walter Ángel, director general de la empresa.
Los recursos económicos para dichas intervenciones fueron obtenidos de manera independiente por medio de eventos de recaudación, fondeos, depósitos de personas que ya conocían su trabajo, conciertos y ventas. InfraRural calcula que logró recaudar aproximadamente 500 mil pesos, los cuales fueron utilizados para la construcción de casas, reconstrucción de viviendas, compra y transportación de víveres, construcción de hornos y estufas ahorradoras de leña, entre otras actividades.
Las viviendas, la prioridad de la reconstrucción
Para Walter Ángel una vivienda digna debe ser una prioridad para apoyar a los damnificados, sin embargo, en el su intervención en comunidades rurales se dieron cuenta que apoyos otorgados por el Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden) no contemplan los modos de vida de las comunidades y Walter denuncia que el FONDEN “no reconoció la existencia de la familia extensa en la comunidades rurales y la distribución de los apoyos se hace por predios y no por familia que habita en el predio”.
El no reconocer la existencia de la familia extensa deja en desamparo a miles de familias que en las comunidades rurales viven de tres, cuatro, cinco o más familias en un solo terreno y son del mismo núcleo.
En su paso por Puebla, en la comunidad de San Antonio Alpanocan InfraRural se dio cuenta de que el 90% de la viviendas se dañaron. Según datos oficiales habitan un poco más de 2 mil habitantes y después del sismos 262 casas quedaron totalmente deshechas.
Entre esas viviendas totalmente en ruinas estaba la de Perfecta una adulta mayor que además de cuidar de sí misma, luego de la tragedia, tenía que velar por la salud de su esposo que es diabético y con ingresos que están por debajo del mínimo, mil pesos mensuales.
“Las filas para recibir apoyos eran interminables, no tenían ingresos, el esposo padecía una enfermedad y la familia de doña perfecta estaba viviendo un verdadero infierno” asegura Walter y antes este panorama la propia gente de la comunidad determinó que Perfecta debía recibir el apoyo.
La construcción
“El modelo es de transferencia tecnológica y la comunidad y beneficiarios se deben involucrar para replicar el modelo”, explica Walter respecto a las viviendas que construyeron.
La primera casa que construyeron se comenzó el 3 de Noviembre, en la construcción se involucraron habitantes de la comunidad, la familia, beneficiada y jóvenes voluntarios que provenían de la Ciudad de México.
La vivienda que se construyó consta de dimensiones de 3×5 metros por 2.50 de altura. Se utilizaron materiales de bajo costo y fácil acceso, se construyeron los cimientos utilizando la técnica conocida como super adobe, tiene una estructura de madera cubierta con ferrocemento y rellena con pet y mejora la tierra de la comunidad utilizando principalmente cal.
El mecanismo de construcción de InfraRural provee a la casa habitación de una buena resistencia sísmica dando flexibilidad a la estructura, “cuestión fundamental en un zona de alta sismicidad”, señala Walter. Cabe destacar que este tipo de casas pueden ser construidas entre 6 y 10 días, tiene un costo de entre 29 mil y 40 mil pesos, dependiendo de los materiales, si estos se consiguen con donaciones y si la mano de obra se ahorra con trabajo comunitario. Hasta el momento la empresa ha construido cinco casas y siguen buscando recursos para reactivar la construcción.
Reactivación económica con tecnología rural
Activar la economía después de una desastre natural es un de la necesidades más que más apremian a los damnificados y bajo esa necesidad, se le solicitó a InfraRural apoyar en la construcción de estufas ahorradoras de leña y hornos zapotecos.
Como una petición del Centro de Derechos Humano Digna Ochoa, InfraRural intervino en la comunidad de Huizachal que encuentra ubicada en el municipio de Tonalá en el estado de Chiapas, cerca del epicentro del sismo de 7 de septiembre. Parte de la vida económica de la comunidad gira en torno a la producción de alimentos horneados, y comercializados posteriormente en la cabecera municipal.
La región del Istmo de Tehuantepec fue de las más afectadas por el primer sismo de septiembre y no solo se dañaron viviendas, sino artefactos empleados como herramienta de trabajo, tal fue el caso de los hornos zapotecos que en la región se usan para hacer totopos y otros alimentos horneados.
Gracias a al trabajo de InfraRural, organizaciones locales, voluntarios y el involucramiento de los damnificados, la reactivación económica se materializó en las comunidades de Unión Hidalgo (Oaxaca) y Huizachal (Chiapas), a través de la instalación de 50 hornos zapotecos y la construcción de 50 estufas ahorradoras de leña, que se construyeron en una semana.
El proyecto tenía como objetivo reintegrar las herramientas tradicionales de trabajo a 50 familias productoras de alimentos horneados, y en el informe se destaca: “nuestros resultados nos arrojaron que la mejor propuesta tecnológica era una respetuosa de la identidad cultural de los y las beneficiarias”.
InfraRural sigue buscando recursos para continuar con su labor de reconstrucción y a un año de los sismo denuncian algunas irregularidades:
Para apoyar y conocer el trabajo de InfraRural se puede ingresar a su página web y redes sociales, en ella muestran como la solidaridad, y uso del conocimiento adquirido en la universidades puede servir para apoyar a las comunidades rurales y actuar frente a una tragedia.