Alcaldes de diferentes regiones del país preparan su plan para reanudar las actividades económicas y escolares en las localidades que gobiernan.
Sin embargo, también dejan al descubierto sus dudas sobre la fecha en la que deben sumarse a la llamada “nueva normalidad”.
Los alcaldes aseguran que, a pesar de que el Gobierno federal marca la pauta para el reinicio de labores en los municipios –mediante el semáforo–, ellos evalúan la viabilidad sanitaria para que sus habitantes salgan del confinamiento social y se basarán en la curva de contagios que presenten sus demarcaciones, con el fin de no arriesgar a su población.
Aunque la administración federal planteó que a partir del 18 de mayo 269 municipios denominados de “la esperanza” podían reiniciar actividades con las medidas de seguridad sanitarias necesarias, en algunos estados como Chihuahua se determinó que se aplazara el distanciamiento social y el resguardo en los hogares.
En días recientes, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó en su informe diario que la Jornada de Sana Distancia, impuesta por la Secretaría de Salud federal (Ssa), termina el 1 de junio y que a partir de dicha fecha las medidas para reanudar actividades y evitar la propagación del virus será responsabilidad de los gobiernos estatales.
“Cuando termina (la Jornada Nacional de Sana Distancia) es como quitar una cobija, abajo queda la autoridad sanitaria estatal. No quiero decir que estén abajo, son tan importantes como la autoridad sanitaria nacional, para su ámbito de competencia, que es el territorio del estado”, expresó el subsecretario en conferencia el 13 de mayo.
En medio de este contexto, Reporte Índigo conversó con seis presidentes municipales de distintos estados del país. Mientras unos ya presentaron la ruta que van a seguir para reanudar sus actividades, otros esperan reunirse con los distintos sectores económicos y de gobierno para determinar las fechas y las acciones con el propósito de reintegrarse a la nueva normalidad.
Con respecto al apoyo que reciben de los gobiernos estatales o el federal, munícipes de Morena ven con buenos ojos la estrategia liderada por la Ssa y los estímulos económicos de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por el contrario, alcaldes abanderados por partidos de oposición aseguran sentirse en el abandono por la falta de recursos públicos para combatir los efectos de la pandemia.
Todos estos alcaldes coinciden en que la salud de sus pobladores es lo más importante, por ello considerarán la necesidad de abrir hasta estar seguros de que se correrá el menor riesgo.
Reinicio prematuro para algunos alcaldes
Adrián Oseguera Kernion, alcalde de Ciudad Madero, Tamaulipas, se enfrenta a un dilema. Aunque su municipio es considerado de “muy baja vulnerabilidad” y podría reiniciar actividades esenciales y no esenciales a partir de junio, para él todavía es prematuro abrir las puertas de comercios y otras actividades.
El munícipe explica que la reapertura dependerá del comportamiento que tenga el virus en su comunidad y las localidades aledañas.
“Hay municipios pequeños que no presentan ni un caso, pienso que pueden reactivar sus actividades normales; en el caso de Ciudad Madero veo difícil que se inicie el 1 de junio y mira que soy positivo, pero también soy realista, mi preocupación son los maderenses.
Oseguera considera que uno de los sectores prioritarios en la pandemia es la obra pública, la cual no tuvo suspensión en la cuarentena.
El motivo de mantener esta actividad, es por la inversión de alrededor de 100 millones de pesos, situación que incentiva la construcción y mantiene los empleos.
Al día de ayer se contabilizaban 192 personas con el virus y tres decesos por la misma causa. El presidente municipal comenta que aun cuando se divulgara la información de que a partir del próximo mes las personas podrían volver a sus labores, está seguro de que no lo harían por temor al contagio y porque todavía no existe una vacuna.
En Ciudad Madero se encuentra Playa Miramar, uno de los destinos turísticos más importantes de Tamaulipas y fuente de ingreso de miles de familias para el municipio.
Unas semanas después de que se registraran los primeros casos de COVID-19 en México, el alcalde decidió prohibir las actividades en esta playa para evitar el contagio del virus.
“Desde el 15 de marzo tomé la decisión de cerrar los accesos para que no se saliera de control el número de casos. De no hacerlo, hoy tendríamos muchísimos más casos”, agrega Oseguera.
Con respecto al apoyo brindado a sus gobernados, el munícipe destaca que mantiene coordinación con el Gobierno federal para el reparto de los créditos por 25 mil pesos que se dispersan mediante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Además, asegura que el municipio reparte despensas y un monto de 3 mil pesos a personas que se quedaron sin trabajo por el cierre de Playa Miramar, un programa dirigido a comerciantes.