En punto, aunque no exento de contratiempos, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Con una ceremonia llena de simbolismos que sirvió para defender todo el proyecto de la autodenominada Cuarta Transformación, y a la que asistieron todos sus allegados y hasta algunos rivales políticos, el primer mandatario cumplió con la primera parte de la promesa.
Respecto a esta situación, el urbanista por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Roberto Ponce, tiene sus dudas.
En entrevista para Reporte Índigo, el especialista explica que la obra plantea un cambio de paradigma para la zona norte del Estado de México y brinda la oportunidad de generar desarrollo social y obras de infraestructura urbana de movilidad en lugares como Tecamac o Zumpango, que son de alta marginación, sin embargo, por ahora todo esto está pendiente.
“El gobierno se comprometió a construir escuelas, centros comerciales y a pavimentar las calles entre otras cosas que aún no suceden y son cosas que deberían estar pasando ya.
“Entonces el riesgo de que ya no sucedan es muy alto, ya que son obras que no se ven y a las cuales ya nadie les está poniendo atención, especialmente cuando también falta concluir la refinería Dos Bocas y el Tren Maya”.
En cuanto a la movilidad, Ponce asegura que de igual manera hay muchos retos, pues únicamente dos vías de acceso están completamente terminadas: el Circuito Exterior Mexiquense y la carretera federal México-Pachuca.
Contrario a esto, las obras para mejorar la vía libre de la México-Pachuca no han iniciado, lo mismo que sucede con las ampliaciones hacia el AIFA de las líneas 1 y 4 del Mexibús.
Por su parte, el Tren Suburbano, la apuesta del Gobierno federal para llegar al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles desde la CDMX en 40 minutos, no estará listo hasta la segunda mitad de 2023.
“A diferencia de las obras pendientes para convertir las zonas aledañas al AIFA en un polo de desarrollo tanto social como económico, la construcción de las vialidades eventualmente se resolverá por la misma presión y necesidades de los usuarios, algo que no sé si suceda en Tecamac o Zumpango”.
Coordinación, factor clave en el AIFA
El principal objetivo del AIFA es claro: desahogar la carga que tiene el Benito Juárez en la Ciudad de México.
Sin embargo, Fernando Gómez, especialista en aviación, opina que en las condiciones en las que fue inaugurado el inmueble surgido de una consulta popular y de la cancelación del de Texcoco, será complicado.
“Se inaugura como lo prometieron y eso es una labor muy loable de la Sedena, pero difícilmente resolverá de manera inmediata el problema de saturación del aeropuerto capitalino, el cual data de hace 30 años.
“No nada más se trata de decir, vamos a tener tres o cinco aeropuertos funcionando a la vez, se trata de ver cómo se implementa un sistema de distribución de vuelos que les permita complementarse de manera eficiente.
“Si de verdad querían desconcentrar el Aeropuerto Benito Juárez debieron por lo menos haber construido las 28 terminales que se tienen contempladas en la primera etapa, no solo 14, esto tomando en cuenta que el de la CDMX tiene 60”, dice en entrevista con Reporte Índigo.
Entre las situaciones que dificultan que el AIFA cumpla de momento con su principal objetivo destacan dos temas: la seguridad aérea y la falta de acuerdos con líneas comerciales internacionales.
“La incorporación de aerolíneas es un tema pendiente y es muy importante ya que de eso depende la correcta movilización de pasajeros desde y hacia México a través de este inmueble, y si se sigue dejando esta carga al aeropuerto de la Ciudad de México, pues no se estaría cumpliendo con el principal propósito.
“A esto se suman cuestiones como la conectividad de vuelos que no vienen como destino final, sino como parte de su trayecto, y la complementariedad obviamente en el espacio aéreo entre las terminales Toluca, Ciudad de México y el Aeropuerto Felipe Ángeles”.
Nuevos atributos
El nuevo complejo aeroportuario destaca por tener una capacidad instalada para mover 20 millones de pasajeros y 470 mil toneladas de carga anualmente.
También cuenta con 125 posiciones para aeronaves de ala fija y de ala rotativa así como tres pistas de aterrizaje, las más grandes y las mejor equipadas del país, con capacidad para llegadas simultáneas aun en malas condiciones de visibilidad.
Una torre de control de tráfico aéreo con tecnología de vanguardia en ayudas a la navegación a nivel mundial y una terminal de pasajeros desplantada en un sistema antisísmico que reduce hasta en un 80 por ciento las afectaciones provocadas por temblores.
Además, los mostradores contarán con sistemas biométricos y filtros de seguridad a base de tomógrafos computarizados y escáneres de cuerpo completo, que reducen los tiempos de documentación y embarque, mejorando la experiencia de los pasajeros.