Aguacate, de entre las cenizas
En Michoacán, la mayoría de los incendios son provocados. Detrás de los siniestros, hay intereses económicos de agricultores que de esa forma logran incrementar las extensiones de terreno para la siembra de huertas de aguacates.
Desde el 2010, Greenpeace alertó de la acelerada pérdida de bosques en Michoacán, con la finalidad de dar paso a la extensión de las huertas frutales; tan solo en los últimos 15 años, en los 11 municipios del estado donde se concentra 95 por ciento de la producción de aguacate, se ha perdido más del 40 por ciento de los bosques de pino y encino.
En Michoacán, la mayoría de los incendios son provocados. Detrás de los siniestros, hay intereses económicos de agricultores que de esa forma logran incrementar las extensiones de terreno para la siembra de huertas de aguacates.
Desde el 2010, Greenpeace alertó de la acelerada pérdida de bosques en Michoacán, con la finalidad de dar paso a la extensión de las huertas frutales; tan solo en los últimos 15 años, en los 11 municipios del estado donde se concentra 95 por ciento de la producción de aguacate, se ha perdido más del 40 por ciento de los bosques de pino y encino.
En los últimos 35 años, de acuerdo a datos de la propia Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la superficie de cultivos de aguacate ha crecido en casi un 350 por ciento, es la misma proporción en que se ha perdido la superficie boscosa.
El caso más reciente, el del aparatoso incendio en el Cerro de la Cruz, en el municipio de Uruapan, donde las llamaradas –que ardieron por tres días- devastaron más de 2.5 millones de metros cuadrados de bosque, pone en perspectiva el problema de la deforestación, sobre todo porque sobre el bosque consumido ya existen propuestas que ofrecen “reforestar” las áreas siniestradas con árboles de aguacate.
Hacia 1980, según cifras de la Sagarpa, la superficie utilizada para la producción de aguacate en Michoacán era de poco más de 31 mil hectáreas, misma que hacia el 2015 llegó a cuantificarse en casi 108 mil hectáreas, todas ganadas a bosques siniestrados.
El crecimiento de la superficie de huertas de aguacate a expensas de los bosques devastados por incendios, no es exclusivo del estado de Michoacán. Este fenómeno también se registra en Jalisco, Estado de México, Nayarit y Morelos.
Según datos del Fideicomiso Instituido en Relación a la Agricultura (FIRA), dependiente de la Sagarpa, son 27 los estados que participan en la producción de aguacate a nivel nacional. Michoacán lidera con una producción promedio de 127 mil 084 toneladas anuales.
En el 2009, de acuerdo a datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) se perdieron 12 mil 468 hectáreas de bosques en Michoacán, resultado de mil 083 incendios. En el 2010, la superficie de aguacate en el estado registró un aumento de caso 8 mil hectáreas.
Lo mismo sucedió en Jalisco, de las 9 mil 458 hectáreas de bosque incendiadas, cerca de 7 mil se incorporaron al cultivo de aguacate.
En el Estado de México, en lo que va del 2016 se han registrado mil 198 incendios, los que han arrasado con 4 mil 643 hectáreas de bosque, de las que al menos la mitad ya ha sido sembrada con árboles de aguacate.
La Meseta devastada
Una de las zonas que más ha sido devastada por los incendios forestales, de todo el territorio nacional, es la Meseta Purépecha en el estado de Michoacán, en donde los comuneros de las principales localidades indígenas, principalmente del municipio libre de Cherán, han denunciado intereses económicos detrás de los incendios provocados.
En la Meseta Purépecha ha ido a la alza en los últimos años, de la mano de los incendios forestales, el surgimiento de nuevas huertas de aguacate, las que han crecido 300 hectáreas por año. Eso ha hecho que en esa zona geográfica se concentre el 75 por ciento de la producción total de aguacates que genera la entidad.
Un estudio realizado por el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), revela que los municipios michoacanos que más bosques han perdido en los últimos años, son Nahuatzen, Charapan, Los Reyes, Cherán, San Juan Nuevo, Parangaricutiro, Peribán, Paracho, Tingambato, Tancítaro, Uruapan y Ziracuaretiro.