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En un futuro la disponibilidad de agua se irá reduciendo y eso no tiene vuelta atrás.
Durante la XXVII Convención Anual de la Asociación Nacional de Empresas del Agua y Saneamiento, los expertos concluyeron que, en los próximos 30 años, México necesita proveer de agua de calidad a los que todavía no la tienen.
Hoy, razones políticas, financieras y sociales han contribuido a que en el país el costo del agua esté subsidiado en más del 50 por ciento.
Mientras en Europa se cobran 5 euros –casi 90 pesos- por metro cúbico, en algunas ciudades de México, como el Distrito Federal, apenas se pagan 5 pesos en promedio por metro cúbico.
Su costo real debería establecerse por arriba de los 20 pesos, pero en muchas ciudades no se puede ni siquiera cobrar el servicio porque está atado a la debilidad financiera de la región o a intereses político.
En la cónclave, en la que participaron 6 mil expertos y más de 140 proveedores de servicios en México, también se planteó la necesidad de desarrollar esquemas de financiamiento público y privado, donde el sector empresarial ofrezca alternativas de inversión y los Ayuntamientos superen la resistencia a no cobrar este líquido.
Gustavo Saltiel, consejero de Banco Mundial, aseguró que de no hacerlo, los organismos operadores podríancolapsar y poner en riesgo la sostenibilidad del abasto de agua.
Recordó que de todos los miembros de la OCDE, México es el país que cobra la tarifa más baja por el uso de agua a nivel doméstico.
Por su parte, Víctor Javier Bourguett Ortiz, director general del Instituto Mexicano de Tecnología de Agua anunció que este sector presentará al Congreso una propuesta para ajustar las tarifas de agua en los estados y municipios.
Se pretende con ello, dijo, transparentar los subsidios y plantear el reuso de este líquido.
Situación alarmante
Humberto Armenta, director de Recsa, advirtió que la situación de los organismos operadores en el país “es alarmante”.
Destacó que se enfrentan no solo a la falta de autonomía administrativa sino también a bajas tarifas, deficiente recaudación e insuficiente infraestructura.
Reconoció que, si bien no se pueden homologar las tarifas de agua en todo el país, se debe buscar la rentabilidad del servicio y la autosuficiencia.
Armenta señaló que de las 32 principales ciudades del país, ocho no registraron ningún aumento en sus tarifas desde 2011 a la fecha, y en seis, el ajuste fue menor a la inflación.
El director de la empresa consultora explicó que el esquema de Mejora Integral de Gestión (MIG) consiste en la celebración de un contrato de prestación de servicio que eleva la eficiencia física y comercial.
En el MIG, indicó el directivo de Recsa, el inversionista privado cobra al Ayuntamiento y el cliente es el usuario final.
Este esquema ya se aplica en Celaya, Oaxaca, Tijuana, Tuxtla Gutiérrez, San Luis Potosí y Chihuahua.
En el caso de México, el problema es no solo lo caro que resulta proporcionar el servicio, sino el enorme desperdicio, el cual alcanza hasta el 40 por ciento, refirió Armenta.
Cada vez más caro
Roberto Oliva, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México A.C.. (Aneas), indicó que en la actualidad 9 millones de mexicanos no tienen acceso al agua.
Según cifras del Inegi, solo 70 por ciento de los hogares mexicanos cuentan con agua entubada dentro de sus habitaciones. Y un 19 por ciento tienen agua potable fuera de la vivienda, pero no dentro del terreno.
Lo que significa que 11 por ciento no cuenta con el servicio y tiene que proveerse con pipas, traerla de arroyos o procurarla por otros medios.
Traerla de los lagos, las presas, los mantos acuáticos profundos o someterla a un proceso de desalinización -en el caso del agua del mar- es un cada vez más caro, recalcó Oliva.
De acuerdo con el consultor, el reto de proveer de agua potable será cada vez mayor, por eso para algunos analistas las guerras del futuro serán por el agua más que por los energéticos.