Hace unos días una nueva y desesperanzadora cifra de pobreza contrastó con el ánimo de festejo del presidente Calderón por su último informe presidencial.
Para finales del sexenio, habrá 60 millones de pobres, según señaló José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey.
El fin de semana, un informe de la UNAM reveló que el valor adquisitivo del salario mínimo cayó 43.1 por ciento, entre 2006 y 2012.
Lo anterior se traduce en que ahora tres personas tienen que trabajar para mantener a una familia, cuando antes solo uno de los integrantes se veía obligado a hacerlo.
Además el informe detalla que para recuperar su valor, tendrían que congelarse los precios de diversos productos durante 47 años.
Este es el escenario al que se enfrentará Enrique Peña Nieto cuando se siente en la silla presidencial, lo que hace que el tema de la pobreza se vuelva aún más complicado de lo que siempre ha sido.
Contra el asistencialismo
En su particicpación durante la reunión de los 300 líderes más influyentes de México, el presidente electo enfocó su “segunda promesa” en el combate a la pobreza.
“(La) segunda gran meta que me propongo llevar a cabo: reducir significativamente la pobreza de nuestro país”, dijo ante los líderes.
Y agregó que buscará “dejar atrás las prácticas o este simplismo a veces de la política social, que supone que el regalar dinero a través de distintos programas para distintos objetivos, sea la mejor manera de combatir la pobreza. Puede ayudar, puede mitigar, pero no resolver”.
Como alternativa, Peña Nieto propuso aplicar una política de nueva generación, con programas sociales de carácter participativo, en donde se comparta responsabilidad entre el ciudadano y el gobierno.
“Que no solo permitan que el Estado acerque instrumentos de apoyo a quienes más lo necesitan, sino que también les arrastre, les haga corresponsables a los beneficiarios de esas acciones”.
Según el CONEVAL, actualmente 52 millones de mexicanos viven bajo la línea de pobreza.
En cuanto a la experiencia previa del próximo mandatario, de 2008 a 2010, periodo en el que era gobernador del Estado de México, la entidad fue la que presentó mayor aumento de personas en pobreza extrema.