Afros, invisibles en Jalisco
Durante siglos habían permanecido ocultos a las instituciones, pero su registro en la más reciente Encuesta Intercensal ha mostrado que la población que se reconoce como afrodescendiente está presente y su importancia histórica ha sido crucial
Jonathan ÁvilaLa llamada tercera raíz, la población afrodescendiente, había estado oculta en México por siglos, como señaló Fortino Domínguez Rueda, miembro de la comunidad zoque, académico de la Universidad de Guadalajara y coordinador de la Cátedra de la Interculturalidad de esta casa de estudios.
Así lo mostraron los datos arrojados por la Encuesta Intercensal del 2015, donde pudo conocerse que un millón 381 mil 853 habitantes se reconocen como afrodescendientes, un porcentaje de 1.2 por ciento de los cerca de 120 millones de personas que habita en este país.
La entidad que más población afro registra es el Estado de México, con 304 mil 274, seguido por Veracruz (con 266 mil 163), Guerrero (229 mil 514), Oaxaca (196 mil 213), Ciudad de México (160 mil 353) y Jalisco, en el quinto lugar.
En esta entidad hoy existen 61 mil 140 personas que se reconocen como afrodescendientes, un porcentaje de alrededor del 0.78 por ciento de la población en esta entidad, de acuerdo con los datos de la Encuesta Intercensal de 2015.
Juanacatlán, representativa
A partir de la Encuesta Intercensal del 2015 se cuenta con el primer registro oficial de todos y cada uno de los habitantes que se reivindican con este origen étnico.
Lagos de Moreno, reconocida por tener en sus habitantes una importante población negra esclava en la colonia, hoy cuenta con muestras insuficientes de personas que se consideren como afrodescendiente, al igual que 65 municipios de Jalisco; en tanto que 48 municipios cuentan con una población de 0.10 por ciento o menos de población afro.
No obstante, la encuesta también pudo constatar que en 12 municipios la concentración de población afrodescendiente es superior al 0.10 por ciento, incluso llegando a aglutinar un porcentaje del 2 por ciento de su población.
La mayoría se concentra en el centro de la entidad, en las delimitaciones geográficas de la Zona Metropolitana de Guadalajara, pero el municipio que más afrodescendientes registra es Juanacatlán, con 2.11 por ciento de población afro. A pesar de ser considero como un municipio metropolitano, su forma de vida sigue siendo predominantemente rural.
En tanto que los municipios cuya población afrodescendiente se encuentra en uno y 2 puntos porcentuales están los que integran la ZMG: Guadalajara (con 1.54), Tlaquepaque (1.43), Zapopan (1.19) y Tonalá (1.07). Mientras que Tlajomulco de Zúñiga cuenta con 0.78 por ciento de esta población.
El municipio que más población registra es Cañadas de Obregón, con un porcentaje de 0.41 afrodescendientes en sus región.
Aunque en este caso destacan que otros municipios aledaños no cuentan con muestras suficientes de afros, como Yahualica de González Gallo, Jalostotitlán y San Juan de los Lagos, históricamente considerada para la población negra colonial y hoy sin cifras al respecto.
Esclavos o sirvientes
La relevancia que la población negra tuvo en la zona del occidente de México es importante a pesar de que los registros actuales poco lo muestran, pues en esta región, al darse la prohibición de emplear a indígenas en las labores de plantación, se tuvo que usar a la población esclava que llegaba a los puertos desde los barcos de comercio que provenían de África.
Así lo señala el texto Esclavitud y servidumbre en el Occidente de México, escrito por Sergio López Mena, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México y originario de Lagos de Moreno, en los Altos de Jalisco, municipio que colinda con Guanajuato. El autor señala que por ese motivo, en Zacatecas y Guanajuato abundó la gente de raza negra.
“Los negros que no trabajaban en las minas y en las plantaciones de azúcar, ya fuesen esclavos o libres, eran sirvientes de los españoles y de los criollos. (Ciudad de) México y Guadalajara tenían barrios formados por numerosa población negra”, se lee en el texto de López Mena.
Contrariamente, la visión imperante del fenómeno apenas y había registrado la presencia de esta población en los estados de Veracruz, Guerrero y Oaxaca.
En el caso de Veracruz es notaria su presencia y relevancia porque este puerto fue el principal ingreso marítimo internacional y por ello relevante para el comercio esclavo de la época colonial, en tanto que Guerrero destaca hoy por la relevante población que reivindica sus derechos en la zona de Pinotepa Nacional.
Demandan derechos
Sergio López apunta que hubo una nula o poca atención a este fenómeno en un grueso de los historiados, destacando el trabajo que a finales de los 80 hizo Thomas Calvo, en tanto que José María Muriá, desde su columna de los 90 en el entonces diario Unomásnuno, señalaba:
“La obra de Calvo aniquila la idea de que los negros se quedaron solamente en algunas costas y plantea (…) que están presentes en muchos ámbitos más, incluyendo el de Guadalajara, donde un ulterior proceso de generalizado blanqueamiento diluyó y dejó casi imperceptible su presencia”.
Su presencia en esta región es innegable, a pesar de que su desaparición como población específica se debe a que estos se fundieron en el mestizaje. A la vez que Sergio López Mena arguye que el fenómeno de desaparición también se dio porque era escasa la presencia de mujeres negras y mucha de la población moría como consecuencia de su trabajo en las minas.
La deuda histórica no sólo se encuentra en su reivindicación numeraria o como parte de los registros históricos, actualmente esta población exige su presencia en la normativa que rige a este país, pues piden hacer patentes sus derechos en la Constitución, una demanda que poco eco ha tenido en Jalisco, a pesar de que en su población los afrodescendientes son numerosos.