Adiós, DF
La reforma del Distrito Federal llegó a su cita con la historia. Después de años de debate y jaloneos políticos, ayer la Cámara de Diputados aprobó –con algunos cambios- la minuta que el Senado le envió en abril pasado
El tema de la reforma del Distrito Federal fue motivo de negociaciones políticas durante varios años; sin embargo, desde la llegada al poder de Enrique Peña Nieto, con la firma del Pacto por México, el debate de tanto tiempo comenzó a tomar forma.
Imelda García
La reforma del Distrito Federal llegó a su cita con la historia. Después de años de debate y jaloneos políticos, ayer la Cámara de Diputados aprobó –con algunos cambios- la minuta que el Senado le envió en abril pasado
El tema de la reforma del Distrito Federal fue motivo de negociaciones políticas durante varios años; sin embargo, desde la llegada al poder de Enrique Peña Nieto, con la firma del Pacto por México, el debate de tanto tiempo comenzó a tomar forma.
Lo que destrabó el asunto, que estuvo en la congeladora durante años, fue que la izquierda permitió que en la redacción de la Constitución local participaran los poderes federales y los partidos de oposición en la capital.
El interés del PRI por retomar el control de la capital del país, fue un aliciente para lograr los acuerdos y dar al Distrito Federal su nuevo estatus legal.
Incluso, legisladores de izquierda acusaron que el modelo aprobado favorece al tricolor, por ejemplo, en la conformación de la Asamblea Constituyente.
Cambios como la transformación de las delegaciones en municipios o la elección de una asamblea constituyente que redacte la nueva carta magna, son algunos de los temas que trae aparejada la reforma política del Distrito Federal.
Esta reforma culmina un camino de casi 30 años de debates en que se discutió la necesidad de dar otro estatus a la Ciudad.
La transformación de la capital del país comenzó en 1987, con la creación de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal; después, en 1993, se aprueban los cambios legislativos para dar más poderes a esa Asamblea.
En 1996 la Asamblea se convierte en Legislativa y se aprueba que el jefe de Gobierno sea electo por la ciudadanía, mediante el voto directo.
Desde 1997, el gobierno del Distrito Federal ha permanecido en manos del PRD; y, desde entonces, la izquierda ha intentado que se diera a la capital su propia Constitución.
En el año 2000, los ciudadanos pudieron elegir también a los jefes delegacionales, autoridad local más cercana a la población para proveer servicios o realizar trámites administrativos.
A más tardar, el 31 de enero del 2017, la Ciudad de México deberá tener su primera Constitución Política.
Ahora, con la reforma, llega el reconocimiento de que la Ciudad de México tenga el mismo estatus que un estado de la República, sin dejar de ser sede de los poderes federales y capital del país.
Por haberse realizado algunos cambios a lo aprobado en el Senado, la reforma política del Distrito Federal fue enviada de regreso.
Ahora, solo queda esperar que su aprobación en la Cámara Alta se dé a más tardar el próximo martes 15 de diciembre, último día de este periodo ordinario de sesiones.
Cambio de estatus
La reforma política del Distrito Federal implica la modificación de 54 artículos de la Constitución Política en los que se habla del nuevo estatus y estructura de la Ciudad de México.
La capital dejará de llamarse Distrito Federal y se convertirá en la Ciudad de México, de forma oficial.
Los cambios
1 Se redactará la Constitución Política de la Ciudad de México a través de una Asamblea Constituyente que solo estará en funciones para redactar la Carta Magna.
2 Se crearán poderes locales en la capital, que significará la desaparición de los ya existentes.
3 Las delegaciones se transformarán en demarcaciones locales, por lo que la figura de Jefe Delegacional desaparecerá.
4 En las nuevas demarcaciones actuará un alcalde y un concejo, a manera de cabildo, quienes serán electos por el voto directo cada tres años.
5 La Asamblea Legislativa desaparecerá y se convertirá en un Congreso local, que tendrá la capacidad de aprobar o rechazar reformas constitucionales, así como enviar iniciativas al Congreso de la Unión.
6 La reforma suprime la facultad del Senado para nombrar o remover al Jefe de Gobierno, como se encuentra ahora estipulado en la Carta Magna.
7 El Presidente de la República ya no podrá indultar a sentenciados en la capital.
8 La Cámara de Diputados ya no podrá decidir sobre la declaratoria de procedencia respecto a diputados del Congreso local, el jefe de Gobierno o el procurador local en caso de que se les instaure un juicio político.
9 Se creará un Sistema Nacional de Información Estadística e Informática que proveerá datos oficiales para la toma de decisiones sobre la política local. Asimismo, se creará un Consejo de Desarrollo Metropolitano.
10 El tema más polémico de la reforma política del Distrito Federal es la conformación de la Asamblea Constituyente.
Una Asamblea intervenida
El Congreso Constituyente del Distrito Federal fue el tema de quiebre en el debate por la aprobación de la reforma.
Diputados de Morena y Movimiento Ciudadano se mostraron en contra de que en la asamblea que redactará la Carta Magna, haya representantes del Gobierno federal y el Congreso de la Unión.
La Asamblea Constituyente estará conformada por 60 diputados electos y 40 integrantes nombrados por otros agentes.
De esos 40 diputados, seis serían nombrados por el Gobierno federal; seis por el Jefe de Gobierno; 14 por el Senado; y 14 por la Cámara de Diputados.
Los opositores a esta composición del Congreso constituyente han afirmado que, de los 40 designados, al menos 33 serían diputados del PRI y sus aliados, lo que significaría tener en control a la tercera parte de la asamblea constituyente.
“Esto lesiona el principio democrático de integración del Constituyente, y refleja el veleidoso acuerdo de los partidos políticos de siempre. La pretendida designación de notables no sólo regala una injustificada sobrerrepresentación a los poderes locales y federales, sino que suplanta la voluntad popular”, expuso René Cervera, diputado por Movimiento Ciudadano.
Vidal Llerenas, diputado de Morena, coincidió en que todos los legisladores constituyentes deberían ser electos por el voto popular.
El modelo propuesto, sostuvo, es totalmente conservador, porque el Ejecutivo y el PRI tendrán injerencia directa en la redacción de la Carta Magna de la capital, aunque tengan apenas una representación marginal en las preferencias electorales del país.
“Tal vez habría que ir a Pinochet para encontrar a la última Constitución en donde alguien que hace una ley, fue elegido por un presidente.
“Y eso pone en riesgo muchas cosas. Pone en riesgo la política social de la capital, que es la única que quiere constituir un estado de bienestar que garantice a todos, a los pobres el mínimo para vivir. Pone en riesgo la interrupción ilegal del embarazo; pone en riesgo también el matrimonio igualitario; pone en riesgo todo lo que hemos construido en esta ciudad porque, saben qué, no somos nosotros los que vamos a decidir”, afirmó Llerenas.
Cronología
> 1996
La Asamblea se convierte en Legislativa y se aprueba que el jefe de Gobierno sea electo por la ciudadanía, mediante el voto directo.
>1997
El gobierno del Distrito Federal ha permanecido en manos del PRD; y, desde entonces, la izquierda ha intentado que se diera a la capital su propia Constitución.
>2000
Los ciudadanos pudieron elegir también a los jefes delegacionales, autoridad local más cercana a la población para proveer servicios o realizar trámites administrativos.
>2017
La Ciudad de México deberá tener su primera Constitución Política