El presidente Andrés Manuel López Obrador realizó desde Tijuana, Baja California su llamado acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con Estados Unidos tras las amenazas del presidente del país vecino sobre un aumento del 5% en los aranceles.
Entre los invitados al acto de unidad de AMLO, el padre Solalinde y el presidente de de la Confraternidad de Iglesias Cristianas y Evangélicas (CONFRATICE), Arturo Favela, felicitaron a México por este triunfo.
Por su parte, Arturo Favela agradeció a Dios por poner orden en el gobierno de Estados Unidos y México para que “estos dos pueblos hermanos puedan caminar juntos”.
“Estados Unidos y México no son distantes”, así comenzó López Obrador su discurso, y luego de hacer un recuento histórico sobre la relación bilateral entre el país vecino y México, AMLO recordó que “una de las consecuencias de la imposición del modelo neoliberal en nuestro país fue la expulsión masiva de población de sus lugares de origen, la pérdida de empleos, en una industria desmantelada cuando decían que la mejor política industrial era la que no existía”.
El presidente destacó que la participación política de mexicanos que residen en Estados Unidos es cada vez más relevante, y que la relación entre estas dos naciones es sumamente importante pues de acuerdo con él, hay más de un millón de emprendedores, además los mexicanos realizan el 30% de las labores agrícolas en Estados Unidos, el 20% en las tareas de la construcción y el 15% en el turismo; en contraparte esos compatriotas contribuyen a la economía mexicana con remesas por más de 33 millones de dólares anuales.
“Un dato poco citado es que en México residen cerca de un millón 200 mil estadounidenses es decir, nuestros dos países son protagonistas del mayor intercambio demográfico del mundo. Es en este contexto que en víspera de la conclusión del Tratado de México, Estados Unidos y Canadá que se presenta la decisión unilateral del presidente Donald Trump de imponer un arancel generalizado y progresivo a las exportaciones mexicanas a los estados unidos. Se trató de una medida que respetamos pero no compartimos, pues de aplicarse hubiera causado un daño importante en ambas economías y debilitado en formas significativas la alianza comercial”.
AMLO considera que las oportunas propuestas para resolver el fenómeno migratorio, contribuyó en las intensas negociaciones que se celebraron en Washington, además de la “decidida” postura de mantener una política de respeto y buena vecindad con el gobierno de Estados Unidos y de Fraternidad con su población.
Para decirle una vez más al pueblo estadounidense que “no abrigamos, ni abrigaremos intención alguna de perjudicarlo y que estamos resueltos a colaborar con él en todos los ámbitos, especialmente ante la preocupación del crecimiento del flujo migratorio. También pedimos su comprensión pues este movimiento no surge de la nada, surge de la carencia e inseguridad de países centroamericanos”, continuó el mandatario tabasqueño.
El presidente confesó que rechaza los actos de represalia y la Ley de Talión: “soy un pacifista convencido, inspirado en los ejemplos de Gandhi, de Martin Luther King y Nelson Mandela, sin embargo como jefe y representante del estado mexicano no puedo permitir que se atente contra la economía de nuestro país, y menos que se establezca una asimetría injusta para nuestra nación”.
También aseguró que a partir del lunes ya no habrán aranceles, impuestos, ni crisis económicas o financieras en México.
