Abuso sexual infantil, delito invisible durante décadas

Delitos como el abuso sexual a niñas y adolescentes se han normalizado por décadas; la última en denunciar ha sido la cantante Sasha Sokol, quien con su testimonio rompió el silencio para que cada vez más personas en su situación alcen la voz y los agresores no queden impunes
Laura Islas Laura Islas Publicado el
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Cada año, miles de niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual en México, un delito que prácticamente se ha normalizado por décadas.

La última en alzar la voz fue la cantante Sasha Sokol, quien con su acusación a través de un hilo de Twitter puso en la mira esta situación.

Sokol denunció al productor Luis de Llano, un hombre poderoso en la industria del entretenimiento con quien tuvo una relación cuando ella tenía solo 14 años y él 39.

Casi tres décadas después, la artista pone las palabras clave sobre la mesa: “sabe perfectamente que lo que hizo es un delito”.

Su testimonio ha cimbrado al mundo del espectáculo, pero también visibilizado un delito del que casi no se habla y que afecta a las más vulnerables: las niñas y las adolescentes.

Las menores de edad no solo sufren violencia sexual, también se han incrementado los feminicidios infantiles y los embarazos a temprana edad, la mayoría por violaciones y matrimonios forzados

“Es muy positivo que con estas declaraciones de personas conocidas, artistas famosos, los temas cobren interés. Lo que sorprende es que siendo un asunto tan grave y permanente en México, pareciera que solo atraen la atención cuando salen a la luz este tipo de historias”, dice Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).

El año pasado, 7 mil 886 personas de 0 a 17 años —niñas, niños y adolescentes— fueron atendidos en hospitales en México por violencia sexual; y el 90 por ciento de los agresores fueron hombres, de acuerdo con la investigación de la Redim “Salud, Lesiones y Causas de Violencia”.

“De estos 7 mil 886 casos, el 93 por ciento corresponde a mujeres. Lo que estamos viendo es una mezcla tóxica entre los usos y abusos del poder expresados también en violencia sexual que, en combinación con el sexismo, que sigue latente en nuestro país, pues da este tipo de pautas”, dice Ramírez Hernández.

Las cifras anteriores también representan un incremento del 43 por ciento respecto al 2020, pues en ese año, el número de casos de menores atendidos en hospitales por violencia sexual fue de 5 mil 494.

“Ojo, son los casos que llegan a ser atendidos en hospitales por violencia sexual, sabemos que hay un tabú detrás de esto, entonces el subregistro puede estar ahí presente”, alerta la directora ejecutiva de la Redim.

En México, las niñas y las adolescentes no solo sufren violencia sexual, también se han incrementado los feminicidios infantiles y los embarazos a temprana edad, la mayoría por violaciones y matrimonios forzados.

Abuso sexual, una realidad constante

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el país con más casos de abuso sexual de menores de edad y la mayoría de las víctimas son niñas, pero tiene una alta cifra negra porque casi no se denuncia.

Ana Fátima López Iturríos, coordinadora nacional de la Red de Abogadas Violeta, una organización que brinda acompañamiento y asesoría jurídica por violencia de género, menciona que el delito de abuso sexual infantil es constante y tiene graves secuelas que duran incluso décadas, pero se oculta por la cultura que prevalece.

“Es un tema terrible de abordar, porque es una realidad constante en nuestro país, estamos hablando de que solo una pequeña minoría (denuncia) y digo pequeña, reiteradamente, porque para que un menor de edad pueda entender el contexto de violencia que está viviendo y las circunstancias que está viviendo por el padre, por el primo, por el hermano, va a ser muy difícil.

“En su cerebro y en su madurez intelectual es muy complicado poder entender los agravios que se cometen en contra de su cuerpo y sobre todo las secuelas que van a tener, porque esa es la parte que tendríamos que estar replanteándonos”, explica.

La abogada dice que en el caso de Sasha, ella tenía 14 años cuando ocurrió el delito, pero fue hasta que era una adulta que pudo reconocer las formas de violencia que vivió y pudo alzar la voz. Sin embargo, se pregunta cuántas niñas y niños en esa situación no pueden hablar.

“¿O cuándo hablan —ese es el grave problema de nuestra sociedad, de nuestra cultura mexicana, que preferimos esconder nuestros secretos bajo la alfombra, bajo la almohada que decir lo que está pasando— les dicen: ‘no, no es cierto’, ‘no, lo estás inventando’, ‘no, tu hermano no te tocó’, ‘no, tú papá no sería capaz’, ‘no, mi novio no sería capaz’, ¿por qué? Porque la cultura te indica que si nosotras atacamos a nuestras fuentes principales de ingresos, quién nos va a mantener, de dónde vamos a sacar esos ingresos”.

La especialista señala que estos delitos no deberían de prescribir, ya que aunque es sumamente complejo poder integrar la carpeta y demostrar quién estaba presente y cómo, así como la construcción del hecho, son vidas las que se tocan con la comisión de estos ilícitos.

“Tenemos que replantearnos muchísimas cosas, pero sobre todo darnos cuenta de que las personas que están sufriendo más son nuestras niñas”.

México es el país con más casos de abuso sexual de menores de edad y la mayoría de las víctimas son niñas, además de que existe una alta cifra negra porque casi no se denuncia este delito

Los aliados del crimen

Para la senadora Josefina Vazquez Mota, presidenta de la Comisión de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia en la Cámara alta, el crimen de violencia sexual ha tenido tres grandes aliados: el silencio, el miedo y la impunidad.

“No son los únicos pero podría destacar que sin estos tres, el crimen de violencia sexual hace muchos años hubiese encontrado justicia para las víctimas y castigo para los agresores. Actualmente, en nuestro país, lejos de tener un destino mejor para millones de niñas, cada día tenemos más crímenes de violencia sexual”, explica.

La legisladora menciona que actualmente se estima que hay más de cinco millones de niños y niñas víctimas de violencia sexual, quienes en sus hogares viven verdaderos infiernos, sobre todo durante la pandemia de COVID-19.

Además, dice, el Senado ya aprobó “la no prescripción” de este crimen de violencia sexual, y la iniciativa está en la Cámara de Diputados.

“¿Qué quiere decir esto? Que no importa si pasan 10, 20, 30 o 40 años, la víctima puede denunciar y puede con ello tener justicia. Las leyes en México son totalmente laxas para el victimario y son terribles para la víctima, la victimización o la revictimización de las niñas y las mujeres es brutal”, menciona.

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