A tambor batiente

La batalla al interior de Acción Nacional ya comenzó. Una eventual derrota de Ricardo Anaya este 1 de julio intensificaría la lucha por el control del partido, entre quienes apoyan al presidenciable y los cercanos a Felipe Calderón
Imelda García Imelda García Publicado el
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El sonido ensordecedor de los tambores de guerra ya se escucha al interior del Partido Acción Nacional.

En el último tramo de la campaña electoral, el PAN libra una lucha interna entre quienes están contra su candidato presidencial, Ricardo Anaya, y quienes han decidido apoyarlo a pesar de todo.

La expulsión fast track que se cocina en los órganos del partido contra los detractores de Anaya, dominados por el grupo del propio candidato, anuncia ya la batalla campal por el control del PAN de cara a una posible derrota en la elección presidencial.

Reporte Indigo publicó el 4 de junio que, apenas Margarita Zavala renunció a su candidatura independiente, el expresidente Felipe Calderón y sus más cercanos comenzaron una serie de ataques contra Ricardo Anaya, a quien han acusado de armar una alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano que ha causado daño al PAN.

La mira del expresidente de la República y su grupo puede ir en dos direcciones: recuperar las riendas del PAN, ante una inminente derrota de la elección presidencial; o conformar un nuevo partido que recoja los principios hechos a un lado por Acción Nacional.

Aunque el inicio de la guerra al interior del PAN era ineludible, ésta explotó ya en la recta final de la campaña.

Detractores de Anaya como Jorge Lavalle o Roberto Gil Zuarth fueron amenazados con ser expulsados del PAN en septiembre pasado

Con una denuncia ante la Procuraduría General de la República por lavado de dinero, interpuesta por Ernesto Cordero contra Ricardo Anaya; la excitativa a la Comisión Anticorrupción del PAN para investigar al batiente #PAN a tambor candidato presidencial —de Jorge Luis Lavalle—; y las muestras de apoyo de panistas hacia José Antonio Meade, el candidato adversario, la batalla contra Anaya está más que declarada.

La batalla por la expulsión

“Ya muchos comienzan a buscar culpables de la posible catástrofe electoral que se vislumbra”, lanzó Jorge Luis Lavalle en una carta enviada a la Comisión Anticorrupción del PAN en la que pide investigar las acusaciones que se han hecho contra Ricardo Anaya.

La batalla es por el control del partido. La derrota de Anaya empodera a sus opositores, entre quienes hay más que las caras visibles de los llamados “Rebeldes del PAN”.

De perder la elección presidencial, el PAN iniciará un camino hacia la reestructuración; los adversarios de Anaya pretenden que, aunque concluya el proceso electoral del 2018, los procesos judiciales continúen su camino y se realicen las investigaciones para impedir que retome el control del albiazul.

La apuesta de los adversarios internos de Ricardo Anaya y su grupo de poder es que desde los gobiernos estatales se presione para que haya un interlocutor válido con el nuevo gobierno del país, pues en el escenario de que la coalición Por México al Frente pierda la elección, ellos tendrán que encontrar caminos para dialogar con quien ocupe la Presidencia.

La mayoría de los gobernadores panistas ha mantenido las formas en la campaña presidencial; un paso o un apoyo en falso podría mandarlos a la congeladora política de inmediato.

Y no solo eso. En los gobernadores del PAN saben que la candidatura de Anaya lastimó sobremanera al blanquiazul.

“Los panistas tendremos que entrar de lleno en una reflexión profunda, que deberá desembocar en un planteamiento refundacional del partido. Acercarlo a sus postulados y principios, a su gente, a sus orígenes”, dijo Carlos Mendoza Davis, gobernador de Baja California Sur, en entrevista con un medio nacional.

El silencio de la mayoría de los mandatarios se une a las voces de quienes han decidido no callar ante las acciones de Ricardo Anaya cuando era presidente del PAN y buscaba la candidatura presidencial, y ante las acusaciones que se han hecho contra él por supuestamente haber sido beneficiado por una red de lavado de dinero.

La forma que Ricardo Anaya y Damián Zepeda, hoy dirigente nacional del partido, encontraron para imponer su visión, fue iniciar procesos de expulsión a sus detractores, en un intento por truncar las acciones de los calderonistas por hacerse del control del partido.

Así, hoy enfrentan un proceso de expulsión panistas como el presidente del Senado, Ernesto Cordero, quien denunció penalmente a Ricardo Anaya ante la PGR y mostró su apoyo por José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México (PRI, PVEM y NA).

En la misma circunstancia está el senador Jorge Luis Lavalle, quien envió una excitativa a la Comisión Anticorrupción del PAN, presidida por Luis Felipe Bravo Mena, para que investigue las acusaciones contra el candidato presidencial.

Jorge Camacho, excandidato a la gubernatura de Guerrero y exvocero de Margarita Zavala; y Eufrosina Cruz, exdiputada federal y actual diputada local en Oaxaca, también enfrentan un proceso de expulsión por haber declarado su apoyo a José Antonio Meade.

Panistas inconformes como Ernesto Cordero o Eufrosina Cruz han mostrado su apoyo a José Antonio Meade de manera pública

Otras acciones contra los calderonistas están pendientes desde septiembre pasado, cuando también se amenazó a Cordero, Lavalle, Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano —hoy parte de la campaña de José Antonio Meade— con la expulsión del partido.

Los otros inconformes

Las medidas tomadas por los órganos cupulares del PAN han sido cuestionadas no solo por los involucrados, sino por otros panistas que han mostrado su apoyo a quienes serán sancionados.

En redes sociales, algunos panistas postearon mensajes de apoyo a los posibles sancionados acompañados de una captura de pantalla donde consta que son militantes de Acción Nacional, con el fin de que no puedan desacreditarse sus opiniones.

Uno de esos apoyos fue el de Miguel Ángel Toscano, exdiputado federal y extitular de la Cofepris en el gobierno de Felipe Calderón, quien se solidarizó con sus compañeros de partido

“Me uno a la solidaridad de mis compañeros expulsados. Sepan nada más que no somos uno, somos muchos los que estamos cansados de los abusos de las dirigencias, de su corrupción”, escribió Toscano en su cuenta de Twitter (@ ma_toscano).

Lo mismo ocurrió con Jorge Guajardo (@jorge_guajardo), quien fuera embajador de México en China en el gobierno calderonista.

“Toda mi solidaridad para @ ErnestoCordero, @EufrosinaCruz, @JLavalleMaury, @Camacho_Jorge y el resto de Panistas que enfrentan proceso de expulsión por parte de la mediocre dirigencia de @ AccionNacional, me honraría ser expulsado con ellos”, expuso en redes.

A la candidatura de Ricardo Anaya también le pegaron los mensajes de discordia de Everardo Padilla, presidente del movimiento panista de jóvenes Nada Nos Detiene, quien hizo pública su inconformidad a la coalición con el PRD, MC y la organización Ahora —de Emilio Álvarez Icaza—.

“Con @ahora_mx compartimos una agenda de democratización para México, un acuerdo que significó sacrificio de candidaturas para panistas. Lo mínimo que esperamos es respeto a nuestros Principios de Doctrina. Las expresiones de @LuRiojas no abonan a la estabilidad del Frente”, escribió Padilla en su cuenta de Twitter (@ EverardoPadilla).

El mensaje se refería a la defensa y promoción por el derecho de las mujeres a decidir la interrupción legal del embarazo que hace Lucía Riojas, (@LuRiojas), candidata a diputada federal plurinominal por la coalición Por México al Frente (PAN, PRD, MC).

Una derrota en la elección presidencial echará sal en la herida de los panistas que consideran que la coalición con esos dos partidos fue errónea. ¿Podrá hacer algo Ricardo Anaya para evitar la debacle de su grupo de poder al interior del PAN?

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