A siete meses, ¿jóvenes del puño en alto se olvidaron de damnificados del sismo?

Un texto de la agencia de noticias Notimex da cuenta de cómo la sociedad parece olvidarse de quienes perdieron su casa el día del sismo del 19 de septiembre; Reporte Índigo dio cuenta de cómo la juventud se volcó aquellos días para apoyar a los necesitados
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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A siete meses del sismo que azotó a la capital del país el 19 de septiembre de 2017, las calles que lucieron abarrotadas de voluntarios y de personas que querían reconfortar a los afectados, hoy lucen vacías.

“A siete meses del sismo pareciera que los capitalinos olvidaron aquellos días en los que dejaron su status social afuera de las zonas cero para levantar escombros”, reza un texto de la agencia de noticias Notimex.

El día de la tragedia, en su texto ‘Millennials, levantando al país contra todas las expectativas’, Reporte Índigo dio cuenta de la manera en que la juventud mexicana se ayudó para apoyar a las labores de rescate, y reconfortar a quienes participaban en ellas:

La fuerza de los millennials se hizo presente de inmediato; organizaron grupos para colectar víveres y medicamentos, que tanto los recatistas como los afectados necesitaban en ese momento.

Estudiantes de ingeniería y medicina de diversas escuelas se unieron para apoyar en las labores; unos se quedaron en la Ciudad de México y otros se trasladaron a los estados de Morelos, Puebla y Estado de México, donde también se vive la desgracia.

El terremoto de 1985 no lo vivieron los jóvenes que hoy tienen menos de 32 años, no tenían experiencia para actuar ante una emergencia de esta magnitud; sin embargo, la solidaridad fue más grande y hoy unen fuerzas para levantar a México.

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Quienes perdieron sus casas, indica Notimex, aún pasan los días en los albergues que siguen en pie en la capital del país: “lo que predomina no sólo es la incertidumbre por el destino de sus patrimonios, sino la tristeza y desesperanza de ver minada la ayuda tanto de las autoridades.

En ese mismo, fueron muchos los que aprendieron que un puño en alto significa silencio, y quienes decidieron utilizar esa señal para recordar a quienes perdieron la vida.

En entrevista con Notimex, el director general de Campaña Mundial por la Alimentación, Greco Vargas, consideró que “las personas necesitan ver la desgracia ajena para sumarse a alguna causa social y los damnificados ya dejaron de estar en el foco de atención de algunas personas”.

Greco Vargas sigue apoyando a los necesitados, llevando alrededor de 120 comidas calientes diarias a los distintos albergues que hay en la capital del país.

De la necesidad de sacar cuerpos y alimentar brigadistas quedan sólo las reminiscencias, al parecer ya nadie necesita nada, pero aún hay quienes continúan con la vida rota desde septiembre del año pasado, algunas personas siguen sin dictámenes que avalen la seguridad de sus viviendas, otras tantas conocen el verdadero significado de la palabra peregrinar y van de una oficina a otra buscando saber qué pasará con su patrimonio.

Mientras tanto, José Ramón Amieva, el recién estrenado jefe de Gobierno de la Ciudad de México, prometió estar al pendiente del informe de los recursos presupuestales que conforman el Fondo de Reconstrucción, que es de seis mil 800 millones de pesos, con lo que de acuerdo con la administración capitalina, el apoyo está garantizado.

Con información de Notimex**

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