La elección presidencial de 1988 es uno de los pasajes más polémicos en la historia de México; la famosa “caída del sistema”, que presuntamente devino en el triunfo electoral de Carlos Salinas de Gortari sobre Cuauhtémoc Cárdenas, marcó un parteaguas para la vida democrática del país. Esta semana se cumplen 30 años de aquella jornada que aún sigue dando que hablar.
La historia del presunto fraude electoral señala que Cárdenas tenía ventaja sobre Salinas en los conteos preliminares, por lo que el gobierno federal, encabezado por Miguel de la Madrid, ordenó suspender el flujo de información; una vez que fue reanudada la difusión de los datos, el priista ya estaba a la cabeza.
Aquella elección presidencial fue la primera donde se empleó un sistema de resultados preliminares; el cual era bastante rústico, comparado con la tecnología actual. El internet en México era visto como un sueño futurista y las computadoras no contaban con la velocidad necesaria para operar un proceso tan grande como una elección presidencial.
Los resultados de los distritos electorales eran informados vía telefónica a la Comisión Federal Electoral (CFE), la cual era presidida por Manuel Bartlett Díaz, el entonces secretario de Gobernación. La información era plasmada en papel por un grupo de secretarias, quienes entregaban la información al funcionario y éste la compartía con los representantes de los partidos.
Ante esta situación, Diego Fernández de Cevallos, representante de la bancada panista en la Cámara de Diputados, dijo que el sistema “se cayó”, es decir, que se había dejado recibir por teléfono la información proveniente de los distritos. Actualmente, hay quienes consideran que el panista no dijo “se cayó”, sino “se calló”, es decir, guardó silencio.
Sin datos oficiales y con el sistema de resultados preliminares detenido, la noche de aquel 6 de julio, el presidente nacional del PRI, Jorge de la Vega Domínguez, declaró que “con las actas en la mano” Salinas de Gortari había ganado la elección presidencial. Aquellas palabras hacían pensar que el PRI tenía mayor información sobre el proceso que la propia CFE y la Secretaría de Gobernación.
Cárdenas acusó fraude electoral e inició un movimiento que concluyó con la formación del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Salinas asumió la Presidencia de la República el 1 de diciembre de 1988. Mientras que Bartlett fue señalado como el principal responsable del presunto fraude electoral; durante el sexenio salinista ocupó la titularidad de la Secretaría de Educación Pública.
Tres años después de la elección presidencial, las bancadas del PRI y el PAN en la Cámara de Diputados aprobaron la incineración de las boletas electorales de 1988, pues los resultados ya habían quedado asentados en las actas, las cuales se encuentra en el Archivo General de la Nación.
A 30 años de la historia… ¿Qué han dicho sus protagonistas?
Bartlett Díaz, quien ahora es senador del Partido del Trabajo y hombre cercano a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha negado en múltiples ocasiones que él haya orquestado un fraude electoral para favorecer a Salinas de Gortari, sin embargo, ha revelado datos clave para entender un poco más sobre lo ocurrido en aquella jornada.
El ahora senador ha señalado en diversas entrevistas que las sospechas se dispararon gracias a la declaración de victoria de Vega Domínguez, siendo que no había información oficial en ese momento. Bartlett también ha dicho que fue el presidente De la Madrid quien ordenó al líder del PRI dar aquel anuncio.
El año pasado, en entrevista para el diario Reforma, Bartlett indicó que no le consta que Salinas de Gortari hubiera ganado la elección, pues nunca tuvo acceso a las actas o los paquetes electorales, además que la calificación de la elección correspondía a la Cámara de Diputados, convertida en colegio electoral, no de la Secretaría de Gobernación.
Bartlett asegura que Salinas y el PRI pactaron con el PAN para que los diputados calificarán y aprobarán la elección de 1988, y que por esta razón Clouthier y los panistas dejaron de apoyar las protestas de Cárdenas.
El tema regresó a las primera planas el año pasado, luego que Calderón criticó en Twitter la unión Bartlett-AMLO. “Otra purificación Morena: Bartlett suspendía el conteo de votos en el que ganaba Cárdenas. Hoy santo varón del peje”, escribió el expresidente.
Otra purificación Morena: Barttlet suspendía el conteo de votos en el que ganaba Cárdenas. Hoy santo varón del peje. pic.twitter.com/HGvR1VnM0M
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) 6 de julio de 2017
En aquella ocasión, Bartlett calificó a Calderón como hipócrita, pues dijo que él y otros panistas, como Fernández de Cevallos, acordaron con Salinas quemar las boletas electorales de 1988.
.@FelipeCalderon hipócrita; él, Salinas y Fernández de Cevallos quemaron los paquetes electorales del 88. Defraudadores.
— Sen Manuel Bartlett (@ManuelBartlett) 6 de julio de 2017
En el libro Cambio de rumbo: Testimonio de una Presidencia, escrito por Miguel de la Madrid, señala que, efectivamente, él ordenó al presidente del PRI que declarara ganador a Salinas la noche del 6 de julio.
Por su parte, Cárdenas sostiene hasta la fecha que lo ocurrido fue un fraude electoral en su contra. Para el fundador del PRD, el fraude mayor se cometió en alrededor de 70 de los 300 distritos electorales del país, según se puede leer en una carta presentada en el quinto Congreso Internacional de Derecho. Derecho y democracia: logros, problemas, retos.
“Así fue el fraude electoral que comenzó con las órdenes de Miguel de la Madrid al secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral de suspender el flujo de la información sobre los resultados electorales, y al presidente del partido oficial de declarar, sin tener cifras que lo sustentaran, “el triunfo del PRI”, pues necesitábamos, dice en su libro, “darlo por sentado el día 7, ante el peligro de que cundiera la convicción que Cuauhtémoc había ganado en todo el país…”, señala Cárdenas en dicha carta.
Mientras que Salinas ha sostenido que no hubo fraude en la elección que lo lanzó a la Presidencia de la República, pues aunque fueron quemadas las boletas, las actas oficiales con los resultados aún pueden ser consultadas.
La elección presidencial de 1988 cumple 30 años esta semana, justo cuando México está por elegir nuevamente presidente. Aunque cada vez se conoce más información sobre aquel 6 de julio, las dudas y acusaciones no se han detenido y, probablemente, se siga hablando del tema en el futuro.