La entrada de tecnología como la 5G no solo representa oportunidades para los países, también implica una serie de retos.
A pesar de que con la crisis sanitaria la digitalización en el país se aceleró, también se acrecentó y se visibilizó la desigualdad de oportunidades entre la población que tiene acceso a estas herramientas y quienes no.
En el área educativa fue claro. Aquellos alumnos que asistían a escuelas privadas, tenían una buena conexión a internet así como dispositivos de calidad para poder acceder a los contenidos en línea, no solo vieron sus aprendizajes menos afectados, también se mantuvieron en la escuela.
Para el resto de la población, la deserción escolar y la pérdida de aprendizajes fue el común denominador.
Respecto a esta situación, Paola Cicero, presidenta suplente del Comité 5G y experta de México, ¿cómo vamos?, dice que a pesar de que nuevas tecnologías lleguen al país, estas no son accesibles para todos, como debería ser.
“Para países en desarrollo como México y muchos otros, sin duda va a representar un reto. ¿Es una realidad en el país la Red 5G? Sí y no. Yo te diría sí, porque actualmente como bien sabemos ya hay dos compañías, dos concesionarios móviles, que ya ofrecen este servicio en ciertas zonas, concretamente en la Ciudad de México, lo que lo hace real.
“Ahora, desde el otro punto de vista, te diría que no es real porque no es generalizado su uso entre la población. Todavía faltan obstáculos por superar, por lo que es muy complicado saber cuánto tiempo tomará en que esta tecnología sea accesible para todos”.
Repensar el trabajo con la tecnología
Paola Cicero, directora general de la oficina del Comisionado Javier Juárez en el Instituto Federal de Telecomunicaciones, explica que la llegada de cualquier tipo de tecnología disruptiva, como lo será el uso de la inteligencia artificial gracias al poder de la red 5G, normalmente viene acompañada de desplazamiento laboral.
“Esta tecnología sin duda generará una mejor experiencia para los usuarios, pero sobre todo tendrá un impacto muy grande primero en las industrias. Algo que ya estamos viendo.
“Un ejemplo es la evolución a una minería inteligente con operaciones autónomas y remotas más seguras y menos contaminantes o consolidar la agricultura inteligente a gran escala gracias a sensores conectados que puedan enviar información en tiempo real sobre el estado de los cultivos”.
Sin embargo, Cicero asegura que esto no debe significar el despido de los empleados que hoy se dedican a estas labores.