Hace 50 años, auditorio Justo Sierra de la UNAM fue rebautizado Che Guevara por estudiantes de 1968

Durante 1968, integrantes del Movimiento Estudiantil de 1968 decidieron rebautizar como Che Guevara el espacio inaugurado en honor a Justo Sierra; actualmente, hay quien pide expulsar a los ocupantes del espacio de la UNAM
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Este 8 de agosto, en México se conmemora otra fecha importante en el marco del 50 aniversario del Movimiento Estudiantil de 1968: cuando el auditorio Justo Sierra de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibió el nombre de Che Guevara.

El espacio, uno de los más emblemáticos de la máxima casa de estudios, se encuentra en Ciudad Universitaria, a un costado de la Facultad de Filosofía y Letras, cerca de la Torre de Rectoría y la Biblioteca Central.

Ese 8 de agosto de 1968, el Comité Coordinador de Huelga del Instituto Politécnico Nacional declaró que cualquier plática con las autoridades para resolver el pliego petitorio de los manifestantes debería ser pública, y utilizando los medios de comunicación.

Además, se constituyó la Coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades Democráticas.

Aunque los jóvenes ya empezaban a llamar Che Guevara al auditorio Justo Sierra, formalizaron el el nuevo nombre ese 8 de agosto.

A lo largo de la historia, el auditorio Justo Sierra ha sido punto de reunión para integrantes de movimientos estudiantiles; en ese sitio se reunieron los jóvenes de 1968, pero también los de los años 1971, 1977, 1986, 1987, 1994, 1996, y los de la huelga que se llevó a cabo en la UNAM entre los años 1999 y 2000.

El espacio fue fundado el 22 de septiembre de 1962, por el entonces rector Ignacio Chávez.

En su discurso, Chávez hizo referencia a la figura de Justo Sierra: “No es sólo porque fundo esta Universidad y esta Facultad de Filosofía, por lo que venimos a clavar devotamente su nombre en nuestros muros. Es, sobre todo, porque queremos mantener perennemente encendida, frente a todo profesor, frente a todo estudiante de esta casa, igual que se enciende un faro, la virtud de su ejemplo, como una lección salvadora”.

El discurso del rector concluyó con las siguientes palabras: “Las generaciones que rinden este homenaje, mañana habrán pasado, pero el bronce queda. Queremos que a su vista, mañana y en el futuro distante, todo universitario mexicano, a la pregunta de un viajero que inquiera sobre el Maestro, pueda responder con la frase lapidaria de Altamirano: Su nombre para mí es ‘gloria’; para el mundo, Justo Sierra”.

Tras la huelga de 1999, y luego de que los integrantes del Consejo General de Huelga (CGH) abandonaran las instalaciones del auditorio, jóvenes de otras agrupaciones como la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, el Comité de Derechos Humanos Cerezo, y el Comité de Familias de Detenidos Desaparecidos, se instalaron en el lugar.

En el auditorio instalaron un restaurante de comida vegetariana, y se imparten cursos, sin embargo, detractores dentro de la UNAM han acusado a los ocupantes de vandalismo y hasta de narcomenudeo.

Integrantes de la comunidad universitaria también acusan que se les niega el acceso a las instalaciones del auditorio, por lo que desde 2011 hay quien solicita que se expulse a los ocupantes.

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