Cada quien su yoga

¿Cómo te gusta hacer yoga? Si se le hace esa pregunta a quien practica esta saludable actividad, es muy probable que respondan Bikram, Hatha o Ashtanga. O bien, su respuesta podría decir algo como “sin una sola prenda encima”, “acompañado de Brownie, mi mascota”, “con una cerveza helada y/o un churro”.

Y es que hoy no depende de qué tipo de yoga se haga, sino de cómo se realiza este ejercicio.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Cervezas es el promedio que consumen los que practican beer yoga

¿Cómo te gusta hacer yoga? Si se le hace esa pregunta a quien practica esta saludable actividad, es muy probable que respondan Bikram, Hatha o Ashtanga. O bien, su respuesta podría decir algo como “sin una sola prenda encima”, “acompañado de Brownie, mi mascota”, “con una cerveza helada y/o un churro”.

Y es que hoy no depende de qué tipo de yoga se haga, sino de cómo se realiza este ejercicio.

Hay quienes optan por el yoga completamente al desnudo y la razón de ello no está relacionada con el calor, sino con la confianza, la seguridad y la comodidad que brinda practicarlo de esa manera.

Llamado naked yoga (yoga al desnudo, en inglés), “no está indicado para el alumno de yoga tranquilo y relajado. Se inventó para fortalecer todo el cuerpo y desarrollar el potencial de la persona. Quema calorías, hace que ganes masa muscular y aporta un cuidado extra a zonas concretas como las caderas, los isquiotibiales y la zona lumbar”, dicen Monika Werner y Joschi Schwarz, maestros de esta disciplina en el estudio Bold & Naked, ubicado en Chelsea, Estados Unidos.

“Mientras que muchos creen que estar desnudo solo tiene que ver con el sexo, esto no podría estar más lejos de lo que en verdad pasa en una clase de yoga sin ropa. Se trata de estar cómodo en tu propia piel y la increíble confianza que eso te otorga”, señalan en su página web Schwarz y Werner.

Y una investigación a cargo de la Universidad de Northern Iowa, en el mencionado país, señaló que los yoguis al desnudo tienen mayor nivel de aceptación de su cuerpo que quienes utilizan los llamados yoga pants, combinados hasta con el color del tapete que llevan a las clases (o que tienen en su casa para practicar la actividad).

Poses y perros

Entre las poses más populares que tiene el doga están las siguientes:

Silla: el perro se tiene que sentar sobre sus patas traseras y levanta las patas delanteras al aire.

Chaturanga: La mascota está sobre su estómago, mientras la persona le acaricia la espalda.

Savasana: El animal se acuesta en su espalda, mientras su dueño  le acaricia el vientre.

Corazón-Perro Mudra: La persona coloca una mano en su corazón y la otra en el corazón del perro, cierra los ojos y respira con profundidad.

Al desnudo

Así como hay yoga con perros, hay quienes practican esta disciplina sin portar una sola prenda, lo cual aumenta su seguridad.

Clases de doga

Así como hay naked yoguis, también hay doggies (combinación de la palabra perro y yoga, en inglés), quienes practican esta disciplina física, mental y espiritual acompañados de su mejor amigo: su perro.

La mascota se vuelve un alumno más de la clase, en la que su presencia refuerza ciertas posiciones y/o aplican la fuerza y el peso que falta en alguna zona clave del cuerpo. Además, la clase se convierte en un espacio de paz, conexión y armonía, gracias a la presencia de los perros.

Los maestros que imparten doga consideran que tener la presencia y la compañía de las mascotas durante esta actividad fomenta la risa, la cual es una acción espiritual sin igual.

Con cheve y mota

Si se buscan las tendencias más modernas que hay, están el beer yoga (yoga con cerveza, en inglés) y el yoga con mariguana… sí la persona puede beber cerveza mientras está en ese momento de esfuerzo, balance y  equilibrio.

Las creadoras de este tipo de clase que nació en Alemania son las profesoras de yoga Jhula y Emily, quienes idearon esta modalidad con el fin de que las yoguis no tengan que dejar de beber cerveza, porque cuidan su físico.

Juhla y Emily, que bautizaron esta tendencia como BeerYoga, explican que tener una “cheve” durante la clase también hace que el entrenamiento sea más ameno y señalan que tomaron la tradicional filosofía del yoga “con el placer de beber cerveza para alcanzar un mayor nivel de conciencia”.

Por otro lado, hay yoguis que incluyen un ingrediente más para la disciplina: el cannabis, lo cual es todo un reto, pues fumar mariguana afecta la respiración y ésta es fundamental en el yoga.

En la ciudad de Colorado, en Estados Unidos, ya es legal el uso recreativo de esta droga, por lo que cada vez hay más gimnasios que la permiten para los yoguis.

Todd Mitchem, de la asociación “Yo elijo mariguana”, indica que “si usas la cantidad y clase (de cannabis) apropiados, puedes mejorar la práctica de tu yoga y tu meditación”.

Para quienes practican yoga canábico, la sustancia se ha convertido en un elemento para potenciar la meditación y los beneficios que ésta provoca para el organismo.

Para las personas más tradicionales, el yoga es un acto “sagrado” y no requiere más que de la persona y la concentración para llevarlo a cabo.

Pero para otros, sobre todo los más jóvenes, abrirse a la experimentación provoca que los efectos sean aún mayores y consideran que se debe estar en constante evolución a la hora de practicar ejercicio.

Sigue siendo yoga

>> Para los tradicionales, el yoga es “sagrado” y no necesita nuevos elementos.

>> Cada vez hay más maneras de practicar esta disciplina, con el fin de que más personas se conviertan en yoguis.

>> El doga (yoga con perros) fortalece los lazos con las mascotas, quienes aumentan la armonía y el equilibrio.

>>Los que practican yoga canábico consideran que la mariguana ayuda a potenciar la meditación.

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