En la línea de sangre de Yael Weiss se encuentra la herencia familiar de migrantes que transitaron a pie cientos de kilómetros, pasos apresurados por regiones hostiles, entre ríos, montañas y extensiones de hielo. Sin embargo, según la perspectiva de la escritora, cada individuo es un testimonio viviente de movimientos y desplazamientos, en los cuales inevitablemente se incorporarán nuevas experiencias geográficas.
Esta reflexión adquiere mayor profundidad, cuando la también editora emprendió un viaje a Tijuana, que coincidió con la llegada de miles de personas procedentes de Centroamérica, quienes buscaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Este acontecimiento marcó la caravana migrante más grande que se había organizado hasta esa fecha.
La bitácora creció por Ciudad Hidalgo, Ciudad Juárez, Tenosique, Tijuana y Reynosa, para dar vida al libro Los muros de aire y otras crónicas de frontera (Debate) y conocer de primera mano cinco historias de mujeres, niños y hombres que recorrieron de sur a norte el territorio mexicano, a pesar del miedo a la enfermedad, el hambre, la migra y el narco.
“Sigo sorprendida de todo lo que vi, los deseos, el drama que se vive en las fronteras. Es una especie de caldo de cultivo de emociones, de anhelos, esperanzas, desesperanza y tristeza de estas personas que están haciendo uno de los actos más difíciles y emocionantes de sus vidas: se están yendo porque fueron obligados por la violencia para salvar su vida,”, cuenta Weiss a Reporte Índigo.
Yael transporta al lector a este mundo en constante cambio. Sus palabras se sumergen en las experiencias de los migrantes, en sus sueños y luchas, en su búsqueda de una vida mejor.
En Los muros de aire y otras crónicas de frontera, la migración se convierte en un drama humano, es un recordatorio de que, a pesar de las barreras y desafíos, la esperanza y la resiliencia son fuerzas motrices inquebrantables.
Historias de fronteras
Para Yael Weiss la sensibilidad y su conexión con el dolor ajeno la impulsó a plasmar historias sobre la realidad en la frontera, pues el dolor es una fuente de inspiración poderosa, una emoción que agudiza los sentidos y transforma la percepción de la realidad.
“Cuando se siente el dolor ajeno, todo se vuelve más claro, más preciso, más colorido, incluso, en las sombras más oscuras. Este estado mental, marcado por la sensibilidad y la empatía hacia el sufrimiento de otros”, expresa la autora.
Yael describe cómo esta sensibilización multiplica sus sentidos y percepciones, permitiéndole captar el dolor en su forma más cruda. Ella recuerda la historia de Bilma, una de las primeras mujeres traileras en Guatemala.
La crónica se titula “Los ángeles migrantes, Rambo y Bilma la trailera” y narra su encuentro con esta mujer, quien se había casado muy joven y sufría el maltrato de su marido. Bilma le contó cómo, clandestinamente, aprendió a manejar y consiguió un trabajo, dejó a su marido y se enamoró de una enfermera.
“Cuando le dice a su marido sobre la enfermera, él contrató a alguien para que las matara, el asesino falló; sin embargo, las mandó a cuidados intensivos, cuando salió Bilma, recibió la llamada del marido quien le dijo ‘el asesino falló una vez, pero no va a volver a suceder’.
“Es terrible, porque no hay quien las defienda y qué estúpidos en Guatemala por este tipo de hombres, por ellos se quedan sin una mujer que está abriendo camino para las traileras. Me da mucho coraje ver cómo hay personas valiosas que los países pierden absurdamente por sus restricciones, por sus limitaciones”, agrega la autora.
Lo nómadas del tiempo
Para la autora de Hematoma (2019), la movilidad es esencial para la naturaleza del ser humano, pues es una especie en constante movimiento, adaptándose a nuevas fronteras temporales y geográficas.
Pero, ante esta necesidad de exploración y descubrimiento también existen una serie de limitaciones impuestas por las fronteras, “barreras artificiales” que dividen a las personas en lugar de permitirles explorar libremente.
Refiriéndose a la historia de la migración humana, Yael señala que las personas se han movido a lo largo de los siglos debido a guerras, hambrunas, inundaciones, sequías y epidemias.
#AlAire en la cabina de Prisma RU, nos visita la escritora @Yael_A_Weiss para hablarnos de su libro “Los Muros de Aire y Otras Crónicas de Frontera”.
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— PrismaRU (@PrismaRU) September 14, 2023
“La migración es algo natural que tiene sus picos, son como olas, a veces son más grandes, otras con mareas bajas, lo no natural es que haya barreras. Esas las pusimos en esta organización social que tenemos”, explica.
Además de las barreras físicas, para la autora también la pobreza o la falta de recursos se pueden volver parte de esos obstáculos. Por ello, cree que la sociedad no vive en total libertad.
“No somos tan libres, ya de entrada, porque no podemos ir a donde queremos, ni siquiera dentro de nuestro propio país. Lo que más me cambió de ver migrantes, y no me había dado cuenta, es el no poder salir de un país, o de un pueblo, por la pobreza. La libertad es estar afuera de la cárcel, pero nos encierran muchísimas cosas y restricciones.
“No somos libres de movernos, porque no podemos caminar a Estados Unidos si se nos antoja, ni pasar por muchos lugares de México, porque están ocupados por el crimen. No somos libres, porque también somos víctimas o prisioneros de nuestros prejuicios, de lo que leemos, de cómo construimos la realidad, que muchas veces es muchísimo más pequeña y restringida, por eso el arte te permite ver más allá, expandir tu pequeño mundo y no estar tan encerrado”, concluye Weiss.
No te pierdas la #CharlaCASUL de la próxima semana con @Yael_A_Weiss. Platicaremos acerca de su libro “Los muros de aire y otras crónicas de frontera”, obra que retrata diversas historias de migración. 📚🗣️ 📅 Viernes 22 de septiembre ⏰ 19:00 hrs. 🔴 Transmisión en FB LIVE pic.twitter.com/fllIgCYW2f
— Casul UNAM (@casulunam) September 16, 2023
El aprendizaje de la frontera
A pesar de ser un terreno hostil, fuerte y bravo, Yael Weiss destaca muchas enseñanzas de estos viajes que realizó por las fronteras de México.
“Cada libro me ha servido para mejorar este oficio y aprender a hacerlo mejor, no sé si me va a servir la migración para el siguiente libro, pero gracias a los migrantes conocí otras maneras de ser humano, otras situaciones y otro tipo de personas que son de otros países y en estas situaciones, es decir, ensanché mi conocimiento del humano. Y por otro lado, practiqué otras técnicas narrativas”, cuenta.