Y la Luna “devoró” al Sol… El eclipse desde la mirada capitalina

Desde diferentes puntos de la CDMX capturamos cómo la gente disfruta de este evento astronómico, que no pasaba en el país desde 1991
Abida Ventura, Karina Corona y José Pablo Espíndola Abida Ventura, Karina Corona y José Pablo Espíndola Publicado el
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El gran día llegó. La Luna se interpuso entre la Tierra y Sol y apagó su luz. Algunas zonas de México se oscurecieron por completo mientras otros solo parcialmente, lo que sí pasó en todas, fue la emoción de la gente al saber que ahora son parte de la historia, testigos de un hecho que no ocurrirá en el país, sino hasta 2052.

Las calles y las playas de Mazatlán, Sinaloa, fueron tomadas por locales y turistas, quienes se reunieron en el mejor punto para disfrutar del llamado “eclipse mexicano”; en la capital del país diversas instituciones, como la UNAM, el IPN y la Sociedad Astronómica de México, ofrecieron varias actividades para que la gente disfrutara de este evento astronómico.  

El puerto de Mazatlán, donde la Luna eclipsó por completo al Sol, a las 11.07 horas (hora local), fue visitado por más de 750 mil personas, incluidos científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) quienes realizaron investigaciones desde la zona. Foto: Especial
El Gobierno de Sinaloa regaló lentes con filtros en puntos estratégicos para que los visitantes pudieran observar el fenómeno astronómico sin ninguna consecuencia, ya que verlo directamente podría provocar daños permanentes en la retina. Foto: Especial
Mónica y sus hijos, Thalía, de 8 años, e Ian, de 6, montaron su casa de campaña en Las Islas, en CU, para presenciar el fenómeno astronómico. “Me interesa porque me gusta ver las lunas y porque dicen que se va a ver de otro color, y ya se ve naranja”, compartió el pequeño Ian previo al eclipse. Foto: Especial
Desde la colonia Peralvillo, una familia se reunió en el Planetario “Luis Enrique Erro” para presenciar un evento celestial extraordinario. Entre ellos estaba Óscar Mauricio, un niño de tres años cuyo gran sueño es convertirse en astronauta. Foto: Especial
Familias se reunieron en la sede de la Sociedad Astronómica de México (SAM) para poder observar el eclipse con ayuda de visores hechos con materiales reciclados, pero seguros para evitar daños en la retina. Mientras las personas avanzaban, el personal de la SAM explicaba lo que iba pasando en el cielo. Foto: Especial
Una de nuestras reporteras, Abida Ventura, durante la cobertura del eclipse en Ciudad Universitaria, donde se reunieron cerca de 65 mil personas, entre ellos familias con niños de todas las edades. Foto: Especial
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