Con voz entrecortada, un claro nerviosismo en el temblar de sus manos que batallan para encender un cigarrillo, con morral al hombro y sombrero de ala ancha con un prendedor de escarabajo, Ximena Cuevas habló en entrevista para Reporte Indigo acerca de su padre y cómo es que le recuerda a un día de su partida.
“Mi sentir es el orgullo de ser hija de José Luis Cuevas, de un grande, de un gigante, o sea un agradecimiento a la vida, de haber tenido un padre tan absolutamente maravilloso”, compartió al terminar el homenaje en el Palacio de Bellas Artes.
Respecto a la falta de cercanía que no se dio entre su padre, ella y sus hermanas en los últimos años, la mujer inmediatamente apeló al llamado de sangre, “la cercanía la tengo en la sangre y la tengo en cada movimiento de mi vida y en quien soy. Mi papá nunca dejó de estar en mí, nunca”, se sinceró la también artista.
Todo indica que el legado plástico y los derechos de la obra de Cuevas, junto con su testamento, pertenecen a su viuda, Beatriz del Carmen Bazán.
“El testamento es de la esposa y la herencia maravillosa y creatividad, sentido del humor, imaginación somos (nosotras) quienes lo llevamos en la sangre, en la educación”, reveló la hija del pintor.
La noche del 3 de julio, Ximena prefirió guardarse en casa, encender velas y no entrar en controversias, y aún desconoce la causa de muerte de su padre.
“No nos apropiamos (de la urna), se apropió la gente que lo ama, nosotras no nos apropiamos, nosotras llegamos a pararnos ante la urna de nuestro padre y la gente que lo ama lo hizo lindo”, dijo.
Este suceso para Ximena fue un reencuentro y satisfacción a la vez, no solo para ella como hija, sino con el pueblo de México y el artista.
“José Luis Cuevas ha sido uno de los artistas más queridos. Mi papá fue de los únicos artistas plásticos que salía a las calles y le pedían autógrafos y la gente lo quería, un artista siempre generoso con su país, que entregó su patrimonio al Museo Cuevas por amor a México y siempre México lo recibió con ese amor”, puntualizó.
‘¡No están solas!’
“¿Y quién es ese?”, preguntó un adolescente de gorra y jeans a su novia cuando les dijeron que los fotógrafos esperaban a la carroza fúnebre de Cuevas.
“Era periodista ¿verdad?”, respondió con duda una señora que preparó su smartphone para tomar la selfie del momento, aunque no sabía del pintor que junto a Vicente Rojo, Manuel Felguérez, Fernando García Ponce, Juan Soriano y fundó la Generación de la Ruptura, movimiento plástico que cambió el arte en México.
La procesión encabezada por un vehículo antiguo de la funeraria J. García López llegó al Palacio de Bellas Artes al filo de las 5 de la tarde.
Al interior aguardaban familiares, intelectuales y demás personalidades que desde las 3 de la tarde empezaron a hacer fila para dar el último adiós al artista.
Sus hijas Mariana, Ximena y María José Cuevas fueron recibidas entre abrazos y cuando la urna fue puesta al centro del recinto, ellas se aproximaron a los restos de su padre, suceso que fue vitoreado y aplaudido.
“¡No están solas, no están solas!” se escuchó el grito por parte de los asistentes mientras que las tres mujeres custodian las cenizas de José Luis Cuevas, una victoria para las damas que estuvieron alejadas de su padre durante los últimos años.
En el homenaje no se discriminó, no hubo distinción entre clases sociales, lo mismo entraban turistas, que curiosos, indigentes o artistas a darle el pésame a la familia Cuevas.
El cineasta Sergio Arau, el arquitecto y escultor Fernando González Gortázar, la actriz Patricia Reyes Spíndola entre más celebridades estuvieron presentes.
Cuando el micrófono lo tomó el escritor Homero Aridjis, no calló su molestia en torno a cómo Cuevas vivió los últimos años de su vida: “secuestrado”.
“Yo lo veía realmente como el artista, el amigo secuestrado, era otro, entonces dije ‘¿qué le pasó?’. Yo recordaba realmente para decirlo con mucha crudeza la anécdota de Carlota, cuando Carlota se enloqueció en México decían que le habían dado Toloache, entonces dije ‘¿José Luis no habrá caído miserablemente en la línea de ese tipo de víctimas?’. En fin ha sido muy extraño todo pero para mí todos estos últimos años han sido patéticos porque una mente brillante, artística, con gran sentido del humor, con gran sentido de la amistad, de pronto se desvaneció”, exclamó Aridjis.
Las vedettes Princesa Yamal y Wanda Seux llegaron para estar próximas a María José Cuevas, realizadora del documental “Bellas de Noche” y del que son protagonistas.
“Yo tengo en este momento una afección en el corazón y es un dolor que uno siente por la amiga, de decir ‘¿cómo es posible que te tengas que enterar por Twitter de la muerte de tu papá?’”, dijo Seux en entrevista para Reporte Indigo. Y habló de cómo las hijas fueron excluidas de los arreglos funerarios, además de que no fueron informadas por las autoridades competentes del fallecimiento de Cuevas.
La ceremonia luctuosa finalizó cuando María José y Mariana se retiraron del salón principal. Abordadas por la prensa, prefirieron evitar declaraciones y salieron por la puerta trasera del inmueble.
La lluvia cayó sobre los transeúntes que se reunieron en las inmediaciones del Palacio de Bellas Artes, adolescentes improvisando rap, vendedores de libros ambulantes y de cigarros sueltos ofrecieron sus productos sin importar los trajes, abrigos y vestidos negros entre la concurrencia en el edificio.
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Cuevas, herencia en disputa por Azaneth Cruz