Vivir bajo un estrés constante aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas
Un nuevo estudio de la doctora Lilian Calderón Garcidueña arroja que el 50 por ciento de los jóvenes adultos en México padecen de estrés postraumático, en especial las mujeres; esta cifra alarmante, considera, debe tratarse de forma prioritaria
Karina CoronaEn la última década, diversas investigaciones han puesto en evidencia que las patologías neurodegenerativas y cardiovasculares afectan a los habitantes de la Ciudad de México como resultado de la exposición a nanopartículas magnéticas procedentes de los desechos electrónicos, que llegan al cerebro y al corazón.
Sin embargo, dichas nanopartículas adquieren mayor relevancia cuando se considera el papel del tronco encefálico y el cerebelo en las emociones, el comportamiento afectivo, el sistema autonómico, los ciclos de sueño y vigilia, postura, marcha e inervaciones colinérgicas, de las cuales dependen funciones extraordinariamente importantes.
Esto ha sido revelado gracias al último estudio de la doctora Lilian Calderón Garcidueñas titulado Tronco cerebral cuádruple aberrante hiperfosforilado Tau, beta-amiloide, alfa-sinucleína y TDP-43, estrés y trastornos del comportamiento del sueño, el cual fue publicado recientemente en la revista científica International Journal of Environmental Research and Public Health.
“No es ninguna sorpresa que el estrés y los trastornos relacionados con el sueño se asocien a las patologías neurodegenerativas que tienen como origen la exposición crónica a concentraciones de contaminantes atmosféricos. Para los residentes de la CDMX esas normas se rebasan todos los días, los que usan transportes como el Metro que tienen exposiciones altísimas de metales y aquellos que por sus ocupaciones están en contacto con el medio ambiente contaminado”, especifica la doctora.
Para realizar el estudio, que contó con la colaboración del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México, se aplicó una encuesta a cuatro mil 502 adultos urbanos de edades entre 18 y 45 años, en donde se midieron los síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático usando la Escala de Impacto de Eventos.
El estudio puso en evidencia que más del 50 por ciento de los participantes tuvieron puntajes en la Escala de Impacto de Eventos, compatibles con un probable Trastorno de Estrés Postraumático. Por otro lado, se identificó el Trastorno del Comportamiento del Sueño con movimientos oculares rápidos en 22.6 por ciento de los participantes de todo el país.
“El estrés moderado a grave está afectando más del 50 por ciento de la población, pero especialmente a las mujeres. Este dato es muy relevante, porque se sabe que la violencia familiar y los casos de feminicidio en México se han incrementado significativamente y no existe apoyo ni protección alguna”, detalla Lilian Calderón.
La especialista indica que uno de los motivos de gran preocupación es que las mujeres de esta muestra se ven particularmente afectadas por el Trastorno de Estrés Postraumático y el Trastorno de Conducta del Sueño de movimientos oculares rápidos. Es fundamental que estas mujeres sean identificadas, diagnosticadas y tratadas.
“Comprender estos factores permitirá la prevención, la detección más temprana y el descubrimiento de estrategias específicas para detener el desarrollo y la progresión de enfermedades neurodegenerativas”, abunda.
Calderón Garcidueñas afirma que debe de ser una prioridad de investigación conocer la interacción entre la neurodegeneración, los trastornos del sueño y de estrés postraumático en las primeras cuatro décadas de la vida, ya que así se podrán desarrollar tratamientos tempranos modificadores de demencias y trastornos motores degenerativos tales como Alzheimer y Parkinson.
Toma nota
Tras realizarse un estudio en adultos jóvenes en 101 ciudades de México, se observó que la población estudiada manifiesta sintomatología compatible con el Trastorno de Estrés Postraumático en más del 50 por ciento de los casos y en un 22.6 por ciento también existe un trastorno específico del sueño.