Viven un amor a través de los años en la serie Travesuras de la niña mala

Si bien la idea de interpretar a dos personajes creados bajo la pluma de un premio Nobel de Literatura, como lo es Mario Vargas Llosa, ya es hablar de un reto mayor, la actriz Macarena Achaga y el actor Juan Pablo Di Pace tuvieron que impregnar personalidad e identidad a dos personas a lo largo de 40 años, bajo circunstancias totalmente diversas.

Esta hazaña podrá ser presenciada en la serie Travesuras de la niña mala, a través de la plataforma ViX+, la cual en 10 episodios traduce el lenguaje visual de distintas épocas de la narrativa para desarrollar la compleja relación entre Ricardo Somocurcio y “la niña mala”.

“El libro de Vargas Llosa es fácil de leer, pero tiene complejidad, porque habla de dos personas y su amor obsesivo que viaja durante el tiempo y el espacio. Una actriz decía que solamente le atraían personajes repulsivos, no digo que sean así, pero sí son difíciles. Ricardo es un anti galán y tiene un mundo interior profundo, un expatriado que busca un sueño, esas partes lo hicieron un reto hermoso”, relata Juan Pablo Di Pace.

En entrevista para Reporte Índigo, la actriz Macarena Achaga agrega que ambos personajes tienen diversas capas de lecturas que no son tan claras, pues pasan por diversas emociones.

Por lo que para ella se trató de poner “la cantidad exacta cal y arena” para crear una mezcla proporcional. Además, de cómo los hechos sociales y políticos, las diversas ciudades como Francia, España o Perú, fueron determinantes para su forma de ser y actuar.

“Habla de cómo la conciencia colectiva te va siendo humano, en quién eres. Fue bonito tener referencias de todo lo que estaba pasando alrededor en esas épocas para contar esta historia”, precisa.

Por su parte, Pablo comenta que la narrativa obtuvo más fuerza debido a que también los personajes tienen que vivir en medio de una Revolución cubana o el inicio de la lucha por del VIH, en paralelo con una parte más introspectiva y emotiva, como lo puede ser mudarse a otro país, casarse, pasar por diversos duelos, todo lo que puede suceder a lo largo de una vida.

“Mi personaje nace de un trasfondo humilde, pero quiere ser otra cosa, tiene un ideal de vivir en Francia, buscan transformarse y eso es bueno interpretativamente, porque te dan más colores y enseñanzas como actor, para mí fue aprender el valor de la constancia, porque es muy fácil cambiar, tirar todo, y hay un valor humano en eso y creo lo hemos perdido un poquito”, explica Di Pace.

Para Macarena, interpretar a una mujer que rompe con lo convencional de una época, como lo fueron los años 60 y 70, es una oportunidad para hablar y poner sobre la mesa temas pendientes.

“Como actriz una hace hasta donde puede, porque muchas veces los guiones pueden resultar limitantes, pero haces un pequeño espacio para crear, más con este contexto tan importante. Mi personaje toma decisiones poderosas, no se contenta con cualquier cosa, si eso se logra transmitir al otro lado de la pantalla creo que ya ganamos, porque habla de que todos podemos elegir quién queremos ser.

“Siempre trato de elegir papeles que representen a mujeres extraordinarias que tienen claro cuál es su lucha y hacia dónde van. Esta mujer a base de mucho sacrificio toma el control de su vida con todo y las limitantes”, comenta.

Bajo la mirada de dos directores

Todo este trabajo no hubiera sido posible sin la dirección de dos mentes creativas y ambiciosas,  Alejandro Bazzano y Pavel Vázquez, quienes junto con la escritora María López Castaño, realizaron un trabajo titánico para adaptar la novela de Mario Vargas Llosa al universo visual.

“Fue una adaptación interesante y fiel, porque mantuvo el espíritu e intenciones de la novela, junto con la búsqueda de locaciones y talentos hacen una serie atractiva”, comenta el director español Bazzano.

De acuerdo con el mexicano Pavel Vázquez, lo que más disfrutó de este proyecto es que todos hicieron un engranaje perfecto para llevar a cabo este “imponente reto”, a través de locaciones tanto en Europa como en México.

“Vamos encontrando diversas capas en su relación, la cual también se entreteje con el proceso del tiempo y las cosas que le suceden. Ellos comparten su esencia y no la proyección que son hacía los otros. Son personajes que duran tanto tiempo revisitándose en diferentes contextos sociales, económicos, de un París o Londres en los 50,  se vuelve un cuadro muy completo que te ayuda a navegar en su historia”, profundiza Vázquez.

Lo que más disfrutó el director español de Travesuras de la niña mala fue el planteamiento de luchas y objetivos sociales. Por ejemplo, durante la época de los años 60, la revolución sexual y cómo el mundo cambió a partir de ello.

“Si bien han pasado los años, muchas luchas siguen activas y vivas todavía, a pesar del paso del tiempo. Sí hay logros y conquistas, pero hay mucho por qué pelear y conseguir, se siguen peleando las mismas consignas que empezaron en los 60 y que no llegan a buen puerto como tendría que suceder”, concluye.

¿De qué trata Travesuras de la niña mala?

La serie presenta la historia de amor entre Arlette, una mujer aventurera y su amor de la adolescencia, “Ricardo”, un hombre atrapado en una rutina, quien, gracias a ella, poco a poco aprende a salir de su zona de confort.

En el transcurso de 40 años, la vida de ambos personajes se entrelaza por todo el mundo: Lima, París, Madrid, Tokio y Londres, entre otras.

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