Vive una ‘carta de amor’ en el Teatro Milán
El Teatro Milán mañana abrirá sus puertas para estrenar Elena, la primera experiencia teatral inmersiva diseñada con distanciamiento social. El actor Pablo Perroni explica la importancia de este montaje y todos los protocolos que implementaron para mantener a salvo a los visitantes de contagios de COVID-19
José Pablo EspíndolaEl Teatro Milán mañana abrirá sus puertas para estrenar Elena.
Debido al confinamiento, los teatros en México y el mundo tuvieron que bajar sus telones y cerrar sus puertas, pero el tiempo de reanudar las actividades y prepararse para recibir al público ha llegado.
Mientras diversos recintos se han negado a levantar el telón, porque dicen que no existen las condiciones necesarias para hacerlo, el Teatro Milán mañana abrirá sus puertas para estrenar Elena, la primera experiencia teatral inmersiva diseñada con distanciamiento social.
Durante estos meses, tanto el Teatro Milán como el Foro Lucerna, recintos que coexisten en el mismo inmueble, estuvieron vacíos, no hubo movimiento alguno y se creó la atmósfera perfecta para esta nueva ficción que utiliza elementos reales de la historia del lugar.
Mariana Garza, Pablo Perroni y su hija María llegan al espacio y se les aparece un maniquí sobre el escenario de una obra que nunca se pudo estrenar. Pablo se deshace de él, pero al día siguiente vuelve a estar en el mismo lugar, lo tira otra vez y al día siguiente está de nuevo sobre el escenario, es ahí donde surge la incógnita sobre lo que está pasando.
“Mariana cree que es la energía del teatro que algo nos quiere decir, un rollo un poco más esotérico, ella en verdad cree que es una cuestión de energía, pero yo creo que es alguien que nos está jugando una broma; entonces, ella contrata a una médium para resolver el misterio y yo a un investigador; ahí es donde empieza la historia”, explica Perroni, en entrevista con Reporte Índigo.
El público será testigo de esta investigación, a través de dos líneas. Esta historia es del dramaturgo Joserra Zúñiga, quien la escribió como “una carta de amor al teatro”.
Elena habla sobre el Teatro Milán, no es una historia de fantasmas; sin embargo, le permite hacer al público un viaje al pasado para entender qué es lo que está ahí atrapado y quién está tratando de mandar mensajes.
La forma de ingresar para disfrutar de esta experiencia será cada 10 minutos, a partir de las 19:00 horas, en grupos de 10 personas, lo que permitirá respetar el protocolo de asistencia de no más del 30 por ciento del aforo.
“Es un homenaje al espacio, a lo que significó en aquel entonces, a lo que significa hoy en día. El poder abrir después de seis meses de estar cerrado con un homenaje al mismo teatro me parece importante, sobre todo, que podamos garantizar que el público va a estar en todo momento a salvo, tranquilo de que se van a tomar todas las medidas, hay más riesgo, literal, de ir al supermercado”, afirma Pablo.
Con visión para el futuro
Elena es la primera experiencia inmersiva con distanciamiento social que se realizará en México bajo estas circunstancias, no ha habido nadie que haya diseñado algo similar; sin embargo, Pablo Perroni espera que sea la primera de muchas
El actor recuerda que cuando se cumplía aproximadamente un mes de confinamiento, llegó Pepe Valdés, quien es su director técnico desde antes de abrir el Teatro Milán, y les puso sobre la mesa la necesidad de crear algo específico para este momento que se estaba viviendo.
Mientras compañías y recintos se adentraban en la creación y ejecución de obras virtuales a través de plataformas como Zoom, Valdés tuvo la visión de pensar en el anhelado regreso, cuando los recintos pudieran reactivar sus actividades.
“Sin tener claro cómo sería el regreso, existía una idea de los lineamientos que seguro iban a pedir, por sentido común, como lo que tenía que ver con el distanciamiento social, el flujo del público y que no estuvieran tanto tiempo en un mismo lugar, así fue como se concibió Elena”, confiesa Perroni.
Primero fue pensar en el cómo iban a contar la historia y después en el qué querían contar, para eso llamaron a Joserra Zúñiga, quien la empezó a desarrollar, mientras que Miguel Septien fue el elegido para dirigir el montaje.
“Nos pusimos a trabajar y llevamos tres meses desde que se empezó a escribir, a checar todo el recorrido, todavía se están haciendo los últimos ajustes. Desde hace dos meses llevamos a gente de la alcaldía Cuauhtémoc y de Protección Civil a hacer el recorrido para que dieran luz verde, vieran que se cumplían las normas, y no sólo les pareció que cumplíamos con todas, sino que dijeron que estábamos por debajo de lo que se está pidiendo, ya que para abrir se requiere sólo del 30 por ciento del aforo y nosotros con esta experiencia estamos al 10 por ciento”, explica Pablo.
Una experiencia segura en el Teatro Milán
Después de pensar en cómo podían utilizar todo el edificio, el Teatro Milán, el Foro Lucerna y los lobbys, se trazó muy bien la ruta, dividida en siete estaciones, para que el público no estuviera a menos de metro y medio entre ellos mismos y con un distanciamiento de tres metros de los actores, quienes no están más de dos por estación.
“Nunca hay más de 70 personas en el edificio al mismo tiempo. Los grupos van entrando de 10 en 10, cada 10 minutos. El público va recorriendo el teatro en un solo sentido y en cada una de las siete estaciones ocurre una escena, así es como se cuenta esta historia”, describe el actor.
Como en la mayoría de los lugares, al entrar se les tomará la temperatura a las personas y tendrán que limpiar su calzado sobre tapetes sanitizantes, además colocaron estaciones de gel en cada rincón.
El público nunca estará más de 10 minutos en un lugar y sólo en dos estaciones se sentarán; sin embargo, las sillas estarán marcadas por colores, de modo que al ser grupos de 10, la silla solo será ocupada por una persona durante todos los recorridos.
“Hay una pausa para desinfectar el espacio, estamos tomando todas las medidas para ofrecer una experiencia interesante, padre, que la gente salga motivada y emocionada, pero sobre todo que sepan que no hay ningún riesgo”, enfatiza Pablo.
El recorrido dura aproximadamente una hora y 15 minutos, es un relojito y tiene que ser exacto, por lo que se pide la puntualidad de la gente. Además, como una de las normas es que no haya aglomeración afuera de los recintos, la venta de los boletos sólo es a través de Ticketmaster, donde habrá dos horarios abiertos, pero conforme se vayan llenado se activarán nuevos.
“Estamos viendo la posibilidad de abrir la taquilla una o dos horas durante el día, no durante la función, para gente que no cuente con tarjeta de crédito, pero aun así les mandaríamos el boleto por mail para que lo puedan imprimir, porque no vamos a dar el boleto físico, así se evitan contagios”, explica.
Así, entre el pasado y el presente, por las paredes y los camerinos, en medio del vestuario, de fotos, alfileres y de un maniquí que quedó atrapado en el escenario por 30 años, el público podrá descubrir los secretos que se esconden en el Teatro Milán y el Foro Lucerna, lugares que ahora forman parte de la historia de la familia Perroni Garza que se escribe sobre el escenario de este emblemático inmueble.
Creen en el trabajo
Pablo Perroni confiesa que han sido tiempos difíciles para todos, ya que seguro no hay un teatro que diga que lo tiene resuelto; sin embargo, dice que a ellos no les gusta quejarse, por lo que dan entrevistas cuando tienen un proyecto, así que toda su energía y concentración está en generar este y otros proyectos, porque en eso creen, en trabajar y en ver cómo sí se puede.
“No hemos dejado de pagarle absolutamente a nadie, no hemos despedido a nadie, entonces, sí se ha vuelto prácticamente imposible, no es que Elena venga a salvar al el mundo, pero sí esperamos que con esto se empiece a reactivar y sobre todo que el público tenga esa confianza de regresar a los teatros de manera segura”, dice Perroni.