31 minutos ha sido uno de los programas para niños más importantes en América Latina, especialmente en su natal Chile y México gracias a que el Canal 11 transmite el programa desde hace varios años.
Aunque comenzó como un programa televisivo, más tarde se hizo una película y ahora cuenta con shows en vivo; dos de los cuales tuvieron lugar este fin de semana en el festival Vive Latino de la Ciudad de México.
El detalle más destacado de las presentaciones del 14 y 15 de marzo es que en éstas se pudo ver a los artistas que dan vida a los famosos personajes; mientras cantan, bailan y se divierten semiocultos en el juego de luces y sombras sobre el escenario.
En conferencia de prensa, Álvaro Díaz, creador y productor del programa, dijo que la fórmula para llegar al público es que en realidad 31 minutos ha generado un vínculo con la gente:
“Alguna cosa estará de moda y nosotros no estaremos de moda, pero tenemos nuestra propia relación atemporal con la gente… 31 minutos tiene una relación con la gente; queremos que se enriquezca esa relación y queremos que esa relación se proyecte en el futuro”.
Por otro lado, Pedro Peirano, otro de los creadores, dijo que 31 minutos nació de manera espontánea y que la banda está relacionada con la historia de los personajes, además hizo notar que el escenario translucido, con ventanas que se abren y cierran es nuevo; de esta manera, surge la idea de hacer obras que tengan canciones pero que también cuenten con parte de actuación:
Peirano, también fundador de Aplaplac, es guionista, actor, titiritero y le da voz a Tulio Triviño, Raúl Guantecillo, Bongo Stingo, entre otros.
Posiblemente, lo más interesante de la nueva escenografía o caja de pandora a la que se refiere Peirano son las posibilidades, la historia de los personajes está alrededor, el personaje está en el centro y la persona que le da alma se ilumina y se señala por momentos; incluso, puede salir de la caja y correr en el escenario como en el turno de Cucho Lambreta con su canción Ríe, donde podemos ver a Álvaro y a Cucho salir a la parte descubierta del escenario y mostrarse siendo el artista llevando al personaje.
31 minutos comenzó en 2003 con la idea de hacer televisión para niños, donde ellos fueran más que observadores pasivos y se transformaran en entes activos y críticos. Sin embargo, el programa ha cautivado a adultos también y ha conservado a sus fans que comenzaron viéndolos siendo aún muy pequeños.
Pedro Peirano opina que el éxito del programa recae en que la idea nunca ha sido concientizar, sino ofrecer una visión distinta del mundo:
“Para nosotros siempre ha sido muy importante no ponernos en ninguna altura para darle lecciones a nadie de nada. Sino que ponernos en una altura similar a la gente, que es el público, y descubrir cosas juntos. Nos gusta cultivar la curiosidad del mundo y también la nuestra”.
La vigencia de 31 minutos recae en su originalidad y cotidianidad, es decir, los personajes pueden ser “casi cualquier cosa”, pero para que eso sea un personaje necesita todo un trabajo detrás para que funcione.
Álvaro, quien además de ser fundador, productor y guionista, también le da vida a Juan Carlos Bodoque, hizo notar que los personajes nacen de ser rigurosos y curiosos:
Así la idea de un escenario donde los “titiriteros” muestren sus cuerpos, sus rostros y revelen el trabajo que hay detrás, no le quita magia a la presentación, sino que agrega originalidad y además refleja la profunda entrega de quienes hacen 31 minutos.