Vive el París de Amedeo Modigliani en sus obras
Hoy se inaugura esta magna exposición que reúne obras del artista italiano y de sus contemporáneos del siglo XX. La muestra, conformada por piezas maestras, desmenuza la relación que existió con Diego Rivera y el vínculo que tuvo con México
José Pablo EspíndolaPor muchos años, París se convirtió en la capital de la cultura. Los artistas venían de lejos para vivir entre sus callejones experiencias bohemias que marcarían sus obras. Así, proveniente de Italia llegó Amedeo Modigliani.
Ahora, todas sus historias, amores y amistades podrán ser vividas por el público en El París de Modigliani y sus contemporáneos, exposición que se presenta a partir de hoy en el Palacio de Bellas Artes, en el marco del centenario de la muerte del artista italiano.
La selección está conformada por 143 pinturas, 11 dibujos, cuatro libros, dos máscaras y cuatro reproducciones fotográficas. Las piezas provienen de cuatro instancias internacionales, en su mayoría de la Colección Jonas Netter, así como de 14 colecciones nacionales.
De las 164 piezas que conforman la muestra, 23 son obras originales de Modigliani, 13 pinturas y 10 dibujos; el resto es de 40 artistas, entre ellos Chaim Soutine, Maurice Utrillo, Moïse Kisling, André Derain y Suzanne Valadon; también se incluyen obras de Diego Rivera, Ángel Zárraga y Benjamín Coria.
“Por primera vez en México, esta exposición presenta simultáneamente la obra de los más renombrados integrantes de la Escuela de París, al mismo tiempo que muestra los vínculos, influencias e intercambios que dichos artistas mantuvieron con algunos de los más admirados referentes del arte mexicano del siglo pasado”, dijo Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes.
La exposición está dividida en siete temáticas, cada una integrada por obras destacadas de diversos artistas que conformaron la atmósfera cultural de los barrios parisinos de Montparnasse y Montmartre, y que determinaron el curso del arte moderno en el siglo XX.
“Después de Cézanne”, “De la pintura al aire libre al paisaje urbano”, “Amedeo Modigliani”, “Los amigos mexicanos de Modigliani”, “El desnudo y la máscara”, “Chaim Soutine” y “La Escuela de París” son las secciones de la exposición.
Amedeo Modigliani y Diego Rivera
Los vínculos entre artistas no se reducen al trato personal, sino que se abren a la transmisión plástica, a la influencia compartida, a la definición de estilos propios e incluso al homenaje magistral, aspectos que se exploran en “Los amigos mexicanos de Modigliani”.
“Para mí, un vínculo muy preciso en 1914, por ejemplo, fue con pintores mexicanos, porque fue de difusión y de intercambio cultural, para mí esencialmente es importante porque es la fuente de los intercambios de la Europa artística, cinco siglos antes de la Europa económica y política, aquí participa el arte en lo que será el futuro mundo”, explica Marc Restellini, curador de la muestra.
Restellini alabó el trabajo del equipo del Museo del Palacio de Bellas Artes al poner en escena los vínculos que unieron a Modigliani con Diego Rivera, aquellos que él sabía y sospechaba que existían.
“Si ven con atención la exposición van a observar que los puentes iconográficos entre estos artistas son evidentes y notables. La muestra es por cajones, se puede decir, porque por sí misma va contando decenas de historias de Modigliani con un número importante de pinturas, cuatro o cinco de las mejores que pintó”, asegura el curador francés.
Estas cuatro obras maestras son Niña vestida de azul, “su cuadro más bello”; el retrato de Chaim Soutine, de una fuerza pictórica y simbólica; Elvira con cuello blanco y el más emotivo que es la pintura de Jeanne Hébuterne, la cual le hizo meses antes de su suicidio.
Modigliani y Rivera vivieron juntos entre seis u ochos meses en un mismo taller. Su relación nunca fue de maestro a alumno, porque el pintor italiano creía en el intercambio, y aunque los dos artistas no se influyeron en su trabajo, crearon ideas, conceptos, lógicas y visiones artísticas, fruto de sus pláticas en común, que después se reflejó en su arte.
Cuando Diego Rivera regresó a México, trajo un acervo cultural de lo que había vivido y aprendido en París, y por supuesto que el pensamiento de Modigliani formaba parte de ello. A partir de entonces, existe un crisol, un puente, entre dos culturas distintas, unidas por el sincretismo.
“La elección de Diego Rivera es muy interesante, porque Diego era mexicano y México, en mi opinión, es el sincretismo, es esa especie de lógica la que le interesó a Modigliani, mezcla de una nueva tradición artística con una vieja que ocurrió cuando llegaron los italianos a París”, argumenta el curador.
Bajo la nueva normalidad
El París de Modigliani y sus contemporáneos estaba prevista para ser inaugurada el 27 de marzo pasado, pero debido a la pandemia de COVID-19 se aplazó y se aplicaron cambios en el diseño museográfico.
Sin tener que pagar más a las colecciones que prestaron las piezas al Museo del Palacio de Bellas Artes, permanecerán en México hasta diciembre, lo único que tuvieron que pagar fue el seguro que incrementó 8 millones de pesos.
Para que el público tenga toda la seguridad e higiene para visitar la muestra, el recorrido se hará por grupos pequeños de manera unidireccional, para ello se colocó señalética y estaciones sanitizadoras.
Además, se pusieron videos de traducciones a la Lengua de Señas Mexicana (LSM) y lengua náhuatl e interactivos con sensores de proximidad para evitar el contacto.
Finalmente, para ingresar al recinto, los visitantes deberán pasar un filtro sanitario en el cual se les tomará la temperatura —la cual no debe exceder los 37.4°C— y se les aplicará gel antibacterial. El uso de cubreboca es indispensable, así como mantener la sana distancia de 1.5 metros.