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Nuestros padres nos dijeron hasta el cansancio que comiéramos frutas y verduras, y los comerciales de la televisión lo repitieron con el fin de fomentar una buena alimentación, rica en vitaminas y minerales.
Pero más allá de clichés, lo cierto es que el consumo de vitaminas sí hace la diferencia entre un organismo nutrido y uno que no. De hecho, agregarle vitamina D a los alimentos reduce el riesgo de muerte, de acuerdo a un estudio publicado en la revista científica British Medical Journal (BMJ).
Esto debido a que esta vitamina ayuda a mantener saludables los huesos y los dientes, y también fortalece la masa muscular. Además, protege contra la gripe y disminuye el riesgo de padecer enfermedades respiratorias.
“La vitamina D aumenta el trabajo de los péptidos en los pulmones, sustancias consideradas defensas naturales en las vías respiratorias”, dice Carlos Camargo, autor principal de la investigación publicada en BMJ.
El estudio incluyó las conclusiones de 25 ensayos clínicos en 14 países, en los que se recaudaron los datos de 11 mil participantes de todo el mundo.
Carlos Camargo agrega que el análisis mostró que la vitamina D “ayuda al cuerpo a combatir infecciones respiratorias agudas, enfermedades que son responsables de la muerte de millones de personas todos los años”.
Y es que este suplemento es esencial, ya que nuestro cuerpo lo necesita para absorber de manera adecuada el calcio, para controlar el crecimiento celular y para una buena función neuro-muscular.
Otro beneficio que brinda el consumir vitamina D –o agregarla a los alimentos– es la protección contra problemas como osteoporosis, sobre todo para los adultos mayores. A su vez, disminuye el riesgo de padecer cáncer, sobre todo el de colon.
Les falta vitamina D
Las personas que tienen riesgo de padecer deficiencia de vitamina D son aquellas que tienen 50 años o más, que no se exponen al sol, las que padecen enfermedades renales o problemas de absorción de minerales, las de tez oscura, los vegetarianos o los que no toleran la lactosa.
