Violencia contra las mujeres en el cine mexicano

A lo largo de la historia, la violencia contra las mujeres y el machismo han predominado en las películas mexicanas, una situación que en lugar de cambiar, parece prevalecer.
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Si bien las películas son una historia ficticia, muchas veces marcan tendencia cultural y social. La violencia contra las mujeres y el machismo en el cine mexicano son una realidad del entretenimiento nacional, y no es tema de hoy. 

Lamentablemente la violencia contra las mujeres y el machismo han estado presentes desde la época del cine de oro mexicano, y a pesar de que la industria cinematográfica de hoy busque producir películas más progresistas, el arraigo ante este tipo de actitudes ya es imprescindible.

Cine de oro machista

La época del cine de oro nos regaló grandes actuaciones como las de ‘La Doña’, que al día de hoy son aclamadas por la crítica y la sociedad en general.

No obstante, la mayoría de sus papeles estuvieron sometidos al estereotipo de las mujeres sumisas por sus parejas, quienes las podían tratar de cualquier forma, pues ‘eran suyas’, o faltarles al respeto por ser bellas.

Escena que podemos ver en Enamorada, una cinta de 1946 protagonizada por María Félix y Pedro Armendáriz, considerada por muchos como una de las mejores películas mexicanas de todos los tiempos.

¿Qué pensarías si esto te pasara en las calles? ¿Lo verías romántico?

El lamentable cine de ficheras

 A diferencia de nuestro país, las producciones estadounidenses mostraron a mujeres que sobresalían con personajes inteligentes, fuertes y ejemplares para la sociedad. Como el caso de Julie Andrews interpretando a Mary Poppins en 1964 o de la misma Carrie Fisher y la Princesa Leia en las cintas de Star Wars, que de no ser por ellas, las películas como tal no habrían tenido el éxito que ahora conocemos.

Un contraste evidente que podemos ver en las películas de la misma época en nuestro país, donde si bien las mujeres destacaban en sus papeles, estas lo hacían por su cuerpo escultural o por salir desnudas.

Quizá habrá sido la falta de recursos (lo dudo) o el hecho de que aquí y en china el sexo vende.

El cine de ficheras escaló en los años 70 y 80 el gusto del mexicano, quien además de ver a la mujer como una propiedad, ahora la podría sexualizar siguiendo el ejemplo de películas en las que las mujeres destacaron por sus desnudos o bailes al ritmo de una canción guapachosa.

Títulos con albures y bromas dirigidos hacia las mujeres caracterizaron a películas como Las cariñosas, El sexo me da risa, Sexo, sudor y lágrimas, La torta caliente, entre otras.

Cintas con tan pobre argumento que dependían de la humillación sexual a la mujer para cosechar los rotundos éxitos por los que ahora son recordadas.

Ejemplo claro tenemos a Mi Vecino Sancho, donde un sujeto se disfraza de vampiro para meterse en la cama con la esposa de un policía.

Cinta como muchas que podemos encontrar en Youtube de manera gratuita y que está plagada de comentarios misóginos como: “quien sabe a cuantas actrices se ha de haber cogido este wey”, “que envidia se chingaba a pura mamasita”, y más comentarios que catalogan al hombre como alguien exitoso por mantener relaciones con distintas mujeres.

el cine machista de hoy

Las producciones de la actualidad no han cambiado mucho. Si bien en el discurso del guión se ha intentado modificar, aún muchas cintas se valen de los desnudos y de los estereotipos de un hombre infiel e irresponsable y de una mujer que sufre por su pareja.

Tan sólo el año pasado se estrenó La Prima, una cinta de Victor Ugalde, que sí, en pleno 2018 muestra a la mujer como una insatisfecha sexual, que se casa por interés y que es un objeto erótico para el hombre.

Basta ver la entrevista con el director, quien presume con orgullo su más reciente creación.

 

No importa la época, la violencia contra las mujeres y el machismo son una realidad del cine mexicano, un cine que no respeta ideologías, diversidad y que cosifica en todo momento. Lo más sorprendente es que este tipo de producciones continúen siendo financiadas mientras que pequeños creadores luchen por sacar sus obras a flote.

El problema no es que existan películas de ficheras o de mujeres interesadas, el problema es dónde quedan las demás profesiones y talentos que tienen muchas mujeres.

¿Qué opinas?

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