Videojuegos para la lucidez

Cada vez es más clara –y más precisa– la evidencia de que los videojuegos son un tónico para el cerebro de los adultos mayores. 

En mayo de este año, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Iowa reveló que el desafío mental al que se somete un usuario de videojuegos durante varias horas puede revertir –o al menos retrasar– el deterioro cognitivo de personas de más de 50 años. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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"Esta es una prueba importante que confirma lo que se puede conseguir con estas terapias, como diagnosticar deficiencias neuronales o mejorar las capacidades cognitivas del cerebro"
Adam Gazzaley Autor del estudio

Cada vez es más clara –y más precisa– la evidencia de que los videojuegos son un tónico para el cerebro de los adultos mayores. 

En mayo de este año, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Iowa reveló que el desafío mental al que se somete un usuario de videojuegos durante varias horas puede revertir –o al menos retrasar– el deterioro cognitivo de personas de más de 50 años. 

Ahora, una nueva investigación realizada por investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, y que fue publicada esta semana en Nature, demostró que personas de entre 60 y 85 años lograron un mejor desempeño que un grupo de jóvenes de 20 años en un videojuego que requiere de habilidades multitasking.

En el estudio, encabezado por el neurocientífico Adam Gazzaley, 46 adultos mayores fueron sometidos a un entrenamiento cuya dinámica consistió en jugar tres veces a la semana, durante una hora y a lo largo de un mes, un videojuego 3D de conducción de autos. 

El grupo de jóvenes no participó en esta capacitación. 

A medida que su desempeño mejoraba, los adultos mayores jugaban distintas versiones del videojuego, cada vez más complicadas. 

El juego, llamado “NeuroRacer”, fue diseñado específicamente para que el usuario ejercitara la capacidad de ejecutar varias tareas al mismo tiempo. 

También se observó que después de este entrenamiento y tras seis meses sin práctica, además de haber superado los resultados de los más jóvenes, las personas de entre mayores conservaron las habilidades que desarrollaron. 

Mientras jugaban, la actividad cerebral de los participantes también se analizó a través de la electroencefalografía. También se observaron cambios en los patrones de actividad cerebral conforme mejoraron las capacidades cognitivas, como el enfoque de la atención, la memoria de trabajo y concentración. 

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