Víctimas de guerra

Durante conflictos armados, el medio ambiente y los ecosistemas sufren severamente. En el Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados, la ONU pide que se cuiden los efectos contra el planeta en zonas bélicas y de desastre
María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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En los últimos 60 años, el 40 por ciento de los conflictos ha estado relacionado a la explotación de los recursos naturales, tanto por su gran valor, como la madera, los diamantes, el oro, los minerales o el petróleo, como por su escasez, como la tierra fértil y el agua, de acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Y es que para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es primordial garantizar que la preservación del medio ambiente “forme parte de las estrategias para la prevención de conflictos y para el mantenimiento de la paz y su consolidación, porque no puede haber paz duradera si los recursos naturales que sostienen los medios de subsistencia y los ecosistemas son destruidos”.

Lamentablemente, en zonas bélicas y de desastre se pierden vidas humanas, pero también se deteriora severamente el medio ambiente, el cual “ha sido con frecuencia la víctima olvidada. Pozos de agua contaminados, cultivos quemados, bosques talados, suelos envenenados y animales sacrificados, todo se ha dado por válido para obtener una ventaja militar”, según el organismo internacional mencionado.

Durante las guerras no solamente se extermina a ecosistemas, plantas y seres vivos, también se producen enfermedades causadas por la contaminación provocada por estrategias militares que se utilizan para atacar a enemigos.

Armas nucleares, biológicas y químicas exterminan lo que tienen enfrente. Tras un conflicto armado –sea o no una guerra– quedan destruidos los ríos y los lagos envenenados. Y se producen deforestación y desertificación.

Lo mismo sucede con los ataques que no corren por parte de la mano del hombre, como lo son los fenómenos y desastres naturales. El planeta es una víctima más.

Lo peor del caso es que evitar que se dañe a los bosques, a los árboles, a la infraestructura y que se exploten los recursos no forma parte de las agendas internacionales.

Recuperar ecosistemas y reconstruir regiones afectadas tampoco es prioridad de gobiernos en países como México, cuyas entidades han sido golpeadas por desastres naturales como sismos y huracanes, así como por las consecuencias del crimen organizado.

“Los países industrializados, con alrededor del 26 por ciento de la población, acaparan el 78 por ciento de la producción mundial de bienes y servicios, el 81 por ciento del consumo energético, el 70 por ciento del consumo de fertilizantes químicos y el 87 por ciento del armamento mundial”, según el documento titulado “Ecodesarrollo y gobernabilidad: sugerencias para la aplicación de nuevas estrategias de desarrollo”, de los investigadores Rafael Grasa e Ignacy Sachs.

La ONU alega que los pozos de agua quedan contaminados, los cultivos son quemados, los bosques talados, los suelos envenenados y los animales sacrificados

Daños colaterales

Algunos de los efectos de la guerra en el medio ambiente son la destrucción del hábitat. Uno de los conflictos más devastadores para los hábitats fue la Guerra de Vietnam, en la que se rociaron herbicidas sobre bosques y manglares. Para hacerse una idea del daño, se utilizaron más de 20 millones de galones de herbicidas, provocando que algunas regiones se tardaran décadas enteras en recuperarse.

A su vez está el colapso de la infraestructura, entre ellos los puentes y los servicios públicos que son destruidos por el paso de militares.

Y qué decir de la caza y la caza furtiva, la cual aumenta cuando se requiere alimentar al ejército en lugares como Sudán. En la República Democrática del Congo se redujo el número de elefantes de 22 mil a 5 mil por esta razón.

También el narco

En países como México, en donde la guerra contra el narcotráfico ha dejado más de 100 mil muertes humanas en la última década, el medio ambiente es una víctima más.

En el país han ocurrido incendios forestales causados por la delincuencia organizada, se han talado montes y bosques enteros en estados como Guerrero y Michoacán están desapareciendo por el mencionado factor. De igual manera que no se protege y actúa para salvar a los humanos en esta guerra, las autoridades tampoco están haciendo algo para detener el ecocidio.

Las armas nucleares, biológicas y químicas suelen exterminar lo que tienen a su paso

Un día para concientizar

En 2001, el 6 de noviembre, fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el  Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados, con el objetivo de concientizar sobre los perjuicios producidos al medio ambiente durante los conflictos armados.

Tras los sismos

Los desastres naturales provocan tragedias y decesos, pero también afectan directamente el medio ambiente. Los sismos ocurridos en México en el mes de septiembre destruyeron infraestructuras y por ello fallecieron seres humanos y se dañó a zonas verdes y a ecosistemas.

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De los conflictos de los últimos 60 años ha estado relacionado con el deterioro del planeta
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