La eterna fuga, esa construcción mental de un futuro mejor o un pasado ideal que permite escapar del presente tortuoso, justo así lo hizo Alonso Quijano con ayuda de Sancho Panza para ir tras Aldonza Lorenzo, en Don Quijote de la Mancha. También Guido Orefice, cuando transformó la realidad de la Segunda Guerra Mundial para hacerla llevadera a su pequeño hijo Giosuè, en La vida es bella (1997) o como Tyler Durden se inventa un alter ego mejor de sí mismo para instaurar el caos en El club de la pelea (1999).
Así como estas ficciones se adentraron en la psique humana y han dado un vuelco a lo preestablecido, ahora le toca el turno a la mini serie Maniac, de Netflix, la cual se coloca con una premisa similar ante el público del streaming.
‘Owen Milgrim’ es un hombre que no logra distinguir la diferencia entre la realidad y su imaginación, por lo que busca consuelo en un programa experimental de drogas, que lo auxilia a controlar su temperamento esquizoide.
Al interior de la investigación, conducida por Neberdine Pharmaceutical Biotech (NPB), conoce a Annie Landsberg, quien también evade su pasado y encuentra consuelo en los fármacos suministrados durante los ensayos clínicos.
Aunque Maniac ofrece un producto alternativo dentro de Netflix, de acuerdo con la crítica, difícilmente logrará capturar la atención de las grandes audiencias. Al público que se dirige es de nicho, alejándose del furor que provocó Luis Miguel o La casa de las flores.
Ya era turno, dicen algunos, de acercar a los televidentes a la introspección, a un futuro cercano posiblemente distópico, a invitar a cuestionar su aquí y ahora para compararlo con su imaginario e interrogar a su profundo estado de conciencia como lo hiciera el poeta Peter Handke con la pregunta: ¿Acaso la vida bajo el Sol no es tan sólo un sueño?
¿Sci-Fi, comedia, distopía o todas las anteriores?
Sumergirse en Maniac exige el uso de la atención por completo, la atmósfera creada por Patrick Somerville y dirigida por Cary Joji Fukunaga muestra un mundo posible a la vuelta de la esquina, pero que combina elementos que ya se han visto en narraciones establecidas.
Pinceladas “Orwellianas”, robots o androides en primeras fases de desarrollo, una sociedad evasiva como vaticinara Aldous Huxley, son escenarios comunes de la ciencia ficción que se perciben en la serie, que también está aderezada con toques de comedia negra.
Maniac vs Maniac
Somerville y Fukunaga tomaron la premisa de la serie homónima, creada por Espen PA Lervaag, Håakon Bast Mossige, Kjetil Indregard y Ole Marius Araldsen en 2015, pero a diferencia de lo realizado por los noruegos, la versión estadounidense trabaja más con los campos de la ciencia ficción.
El programa europeo es una clara comedia en donde el personaje central, Espen —interpretado por el autor del mismo nombre de la serie— es un hombre que vive en un sanatorio mental y huye de su existencia creando un mundo.
La edición de la serie noruega conjuga la realidad de Espen, internado en el nosocomio, junto con las alucinaciones que tiene en su mente, por ejemplo, cuando conoce a la psicóloga que lo trata, imagina que está conquistando a una exuberante dama, cuando la realidad es otra.
La construcción de Netflix suma una escala de mayor conflicto dramático, agregando también subtramas y personajes, que lo Foto presentado por los noruegos.
El talento Fukunaga
Cary Joji Fukunaga es reconocido por haber estado involucrado en el arranque de True Detective, en 2014, programa por el que ganó el Emmy a Mejor Dirección en una Serie Dramática. Recientemente, acaba de ser designado como el director que realizará la vigésimo quinta película dentro de la saga de James Bond.
Los otros escapes posibles
Maniac recuerda a clásicos que siempre vale la pena revisar sobre situaciones mentales:
Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia) (2014)
Un actor que vive del recuerdo de sus mejores días hollywoodenses apuesta todo por sacudirse el fracaso con el que es visto en los círculos artísticos y demostrar que puede entregarlo todo en el teatro, mientras su mente lo acosa con alucinaciones.
Una mirada dentro de la mente de Charles Swan III (2012)
Diseñador gráfico, playboy y escapista de la realidad, así es como vive este seductor que tras el rompimiento con su novia, se abstrae en fantasías constantes, desde sentirse perseguido como en una cinta de espías, hasta meterse a un western del viejo oeste.
Time bandits (1981)
Kevin despierta en su cuarto en medio de la noche cuando un grupo de enanos intrusivos escapan con un valioso mapa que les hace brincar en el tiempo. Así, el infante viaja a las guerras napoleónicas, conoce a Robin Hood y hasta al rey griego Agamenón.
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004)
Joel Barish acude a Lacuna Inc. para que borren las memorias de su relación romántica que acaba de terminar con Clementine Kruczynski, pero todo sale mal y sus recuerdos se mezclan con sueños y con la realidad, que no sabe si es pasado o presente.
El origen (2010)
El hurto de información se lleva en los sueños, así es como Dom Cobb se dedica a extraer datos, cuando es contratado por firmas de negocios, y robar secretos industriales, pero en el pensamiento onírico ya no distingue que es real y que es su imaginación.
Matrix (1999)
En un mundo controlado por las máquinas, Neo se sumerge en la realidad virtual para combatir a la inteligencia artificial, es sólo ahí donde viven los humanos sin saber que están dormidos, ignorando que el planeta como lo conocían es inexistente.