Vestir (y ser) transparente

Rihanna está acostumbrada a robar miradas, y sin duda volvió a ser el centro de atención al llegar a los premios del Council of Fashion Designers of America (CFDA), en los que recibió el galardón al Ícono de Moda del Año de las manos de Anna Wintour, portando un vestido transparente, decorado con más de 200 mil cristales Swarovski.

Debajo de él, no tenía más que una tanga color piel.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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https://www.youtube.com/watch?v=ST40q9ZNhS4

Rihanna está acostumbrada a robar miradas, y sin duda volvió a ser el centro de atención al llegar a los premios del Council of Fashion Designers of America (CFDA), en los que recibió el galardón al Ícono de Moda del Año de las manos de Anna Wintour, portando un vestido transparente, decorado con más de 200 mil cristales Swarovski.

Debajo de él, no tenía más que una tanga color piel.

Tomar riesgos es otra de las actividades favoritas de la cantante –de hecho Adam Selman, diseñador del vestido, lo describió en Style.com como “tela de red, cristales y un par de dedos cruzados”– pero en esta ocasión sus fanáticos vieron algo más que el simple deseo de ser provocativa.

Sin nada que ocultar 

Las transparencias están de moda, tanto que lo que hace unos años se percibía como un atrevimiento impensable –recordemos el infame vestido de Rose McGowan en los Video Music Awards de 1998– ahora fue recibido con calidez y buen humor en los CFDA, los premios más importantes de la industria del estilo.

Las vemos en las pasarelas y las alfombras rojas, y celebridades desde Kristen Stewart hasta Beyoncé, Jennifer Lawrence y Charlize Theron las usan sin pensarlo dos veces, y los resultados suelen ser agradables.

Rihanna llevó lo transparente al extremo y, aún así, más allá de algunas noticias y unas cuantas entradas de blog, el escándalo fue nulo, en parte por la actitud desafiante de Rihanna. El público la conoce y ha aprendido a esperar estos statements de la cantante.

En este caso, el ejemplo que dio fue de más que solo atrevimiento, y ha desencadenado una reacción positiva, de quienes opinan que la joven es un referente de confianza en sí misma y aceptación. Rihanna, al mostrarse casi desnuda, inspiró a sus fanáticas a aceptar sus siluetas tal como son.

“Cuando Rihanna, una mujer que fue víctima de violencia doméstica muy públicamente, despliega su cuerpo con orgullo manda dos mensajes: se rehúsa a igualar estar desnuda a ser vulnerable, y no le importa lo que la gente piense”, opina Justine Harman en Elle. “Claramente no le importa si (sus pechos) no están altos como si los estuviera sosteniendo un cable, o que sus pezones no sean del tamaño de ‘Tic Tacs’. Cuando Rihanna expone sus perfectamente femeninos senos, lo hace porque quiere. Y eso me hace sentir maravillosa”.

Ella Alexander, columnista de The Independent, se refirió al vestido como “una declaración feminista valiente, poderosa y fantásticamente seductora del que el mundo pop debería estar orgulloso en lugar de tenerle miedo”. 

Tras años de imágenes retocadas y demasiado producidas, este “descaro” al vestir podría dar un mensaje positivo a las jóvenes que encuentran difícil aceptar su cuerpo.

Es un mensaje parecido al que Scout Willis dio con su protesta #FreeTheNipple, en la que caminó con el torso descubierto por las calles de Nueva York, donde esta actividad es legal.

Aunque le cerraron su cuenta de Instagram por compartir imágenes que incluían pezones, la joven de 22 años aprovechó la oportunidad para invitar a las mujeres a dejar de avergonzarse de sus senos.

“En los años 30 los pezones masculinos eran tan provocativos, vergonzosos y tabú como los de las mujeres ahora, y los hombres protestaron de la misma manera (…). Para 1936, los torsos desnudos de los hombres eran aceptados”, explicó la joven en el sitio XO Jane. “Entonces, ¿por qué 80 años después las mujeres no pueden conseguir lo mismo? ¿Por qué no puede una mujer amamantar a su hijo en público sin sentirse un objeto?”

Para Scout Willis, se trata de libertad. 

“Lo que intento es que las mujeres puedan elegir cómo representar sus cuerpos –y que tomen la decisión basadas en sus deseos personales y no en el miedo de cómo va a reaccionar la gente o cómo la va a juzgar la sociedad (…) Ninguna mujer debería sentirse avergonzada de su cuerpo”, dijo.

Y como la moda de la transparencia va más allá de la ropa, ya que gracias a las redes sociales tenemos un acercamiento sin precedentes a la vida a veces poco glamurosa de las celebridades, el mensaje toma más profundidad: no es necesario ser perfecto para ser maravilloso. 

Rihanna
El vestido de “RiRi” causó polémica en redes sociales y se convirtió en el protagonista de todos los memes. Pero también  fue considerado una muestra de feminismo valiente y un mensaje positivo para que las jóvenes acepten su cuerpo.

Por siempre una ‘Showgirl’
Cher ha usado algunos de los atuendo más memorables de la historia, pero en los premios Oscar de 1986 solidificó su estatus de ícono con un atuendo digno de una showgirl de Las Vegas, con todo y penacho.

Hablando de enseñar piel
Lady Gaga dio una sorpresa que todavía no se disipa por completo, cuando usó un vestido hecho de carne en los MTV Video Music Awards del 2010. El outfit, que incluía botas a juego y una especie de sombrero, además de medias de red, fue diseñado por el argentino Franc Fernandez.

Un escote para la historia
El vestido Versace que Jennifer Lopez llevó a los Grammy del 2000 tiene su propia entrada en Wikipedia. Sus vertiginosos cortes en el escote, la espalda y la pierna dejaron claro que J.Lo tenía un cuerpo tonificado –y que lo sabía.

El inolvidable
Björk se caracteriza por su excentricidad, pero su vestido el los Premios de la Academia en marzo del 2001 dejó a los asistentes con la boca abierta, y se ha convertido en una de las prendas más icónicas de la historia. Fue diseñado por el creativo macedonio Marjan Pejoski, y la cantante lo complementó simulando que ponía un huevo mientras recorría la alfombra roja.

Poca tela, mucha atención
El recorrido de Paris Hilton por la alfombra roja de un evento de la revista People en el 2010 fue memorable por todas las razones incorrectas. Su vestido dejaba muy poco a la imaginación, y su torso estaba cubierto solamente por un top y una blusa de red, que conectaba con una falda diminuta.

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