El horario ya cambió, pero sus efectos siguen haciendo de las suyas. Para algunos puede pasar desapercibido, para otros suele ser sumamente desgastante.
Uno de los efectos más comunes es la falta de sueño y, por ende, de descanso. Esto porque las personas se duermen más tarde y se despiertan –y levantan– antes de lo que el organismo estaba acostumbrado, provocando falta de productividad laboral y fatiga.
La falta de energía también está relacionada a la alteración de las horas de comida, consecuencia de la llegada del horario de invierno.
Aunque también se presentan cambios y alteraciones a nivel fisiológico, expertos de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señalan que las consecuencias repercuten de mayor manera a nivel emocional. Algunas personas se sentirán irritables, irascibles y padecerán insomnio.
Durante ésta y la próxima semana ten el propósito de dejar de utilizar dispositivos móviles como celulares y tablets horas antes de ir a la cama, ya que la luz artificial afecta directamente el ciclo del sueño, lo que garantiza un desvelo seguro, así como dificultad para dormir plácidamente.
Adaptación al cambio
>> Aún estás a tiempo de tomar medidas para evitar que esta semana y la próxima (cuando más se presentan los efectos por el cambio de horario), sea más fácil sobrellevar los efectos del cambio de horario.
>> Haz ejercicio o actividades moderadas (se previenen los trastornos del sueño y aumenta la secreción de serotonina, la cual sintetiza la hormona que se produce en el sueño, melatonina).
>> Aplica horarios de sueño (mejorará la adaptación al cambio).
>> Come y cena ligero (la indigestión y el hambre hacen que te levantes en la madrugada, alterando el ciclo del sueño).