Vaychiletik muestra un México desconocido en Zinacantán, Chiapas

La ópera prima Vaychiletik describe la vida al interior de Zinacantán, Chiapas, donde las costumbres, la religión, la moral y el arraigo al tzotzil rigen la vida de sus pobladores. Su director, Juan Carlos Pérez, logró este retrato debido a que los protagonistas son sus padres
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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José Pérez López soñó desde pequeño que sería el flautista del pueblo, para seguir a “los abuelos”, los adultos mayores de Zinacantán, Chiapas, en parte de la faena que les tocaba hacer durante la temporada de rezos al santo patrono de esta localidad, ya que ellos peregrinaban tocando los tambores; eventualmente, este instrumento de viento le fue conferido al ahora agricultor.

Pero el sueño de José no era solo un anhelo, ya que también sucedía en su descanso. Al dormir, él tenía visiones únicas de su vida que han ido construyendo su camino en este poblado lejano de las ciudades, en donde sigue tocando la flauta, peregrinando y embriagándose durante estas festividades, aunque él ya no desee hacerlo.

Vaychiletik es la primera película de Juan Javier Pérez y significa “sueños”, en tzotzil. El director decidió hacer este documental como un homenaje a su padre, quien es el protagonista de la historia y habla este idioma; actualmente, este largometraje es parte de la muestra Ambulante, que recorrerá México por el resto de 2022.

“Es una historia con la que crecí, en este universo y en este sueño inmerso dentro de las ceremonias y fiestas que se llevan a cabo en Zinacantán, Chiapas. También soy músico y desde niño acompañaba a mi papá, esto no era común y toda esta memoria y fiestas del pueblo nacen como una historia y sabía que el protagonista tenía que ser mi padre”, comenta Pérez.

El cineasta novel se enfrentó a los prejuicios que no solo su padre tiene de sí mismo, sino los de su madre, pero logró convencerlos de hacer esta película, siempre y cuando no sea mostrada en Zinacantán; sin embargo, Pérez platica que ellos se encuentran contentos con el resultado final.

“Ese es el reto y creo que esa es la intención del cine, provocar y romper estos estereotipos. Mis papás no quieren que lo muestre hasta la fecha, aunque ya tenemos una fecha tentativa en Zinacantán y estoy buscando un lugar estratégico, no va a ser en la plaza pública, tal vez será en la casa de la cultura del pueblo, para que no sea muy público por respeto a mis padres”, describe en videollamada desde San Cristóbal de las Casas.

A diferencia del formato documental tradicional, en el que hay entrevistas a cuadro o un narrador que se convierte en el hilo conductor de la historia, Pérez decidió utilizar un estilo experimental y observacional para contar la historia de sus padres, donde sólo se ven las acciones, y el espectador es testigo de lo que acontece en Zinacantán.

“Quería aprovechar esta cercanía que tenía con mis personajes, conocía bien como los espacios, entonces, con eso permití conectar mejor con el espectador, siento que esta herramienta de cine directo u observacional sirve para eso, claro, que tiene sus complicaciones”, agrega el artista.

El joven director aproxima la cámara a un México que pareciera ya inexistente, pero todavía es cotidiano para millones de personas, por ejemplo, su madre Elvia Pérez Suárez cocina en un fogón de leña, lava la ropa a mano en el río y hace desde cero las tortillas, desde cocer el maíz hasta hacerlo masa. Su padre cosecha a mano en un pequeño huerto y los pobladores le regalan aguardiente en botellas de vidrio de cerveza, entre más curiosidades que pasan en Zinacantán.

“El nombre del documental es ‘Sueños’, en tzotzil, y creo que así somos nosotros, unos soñadores, porque en nuestro pueblo es un pequeño valle rodeado de cerros sagrados, siempre baja la niebla y pues para mí, estar en Zinacantán, es estar dentro de un sueño, eso quería reflejar en el filme”, platica Pérez.

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