Vanessa Munguía es una de las mayores coleccionistas de muñecas Barbie de toda Latinoamérica

En medio de juguetes que la invitaban en su infancia a jugar a ser mamá o ama de casa, Vanessa Munguía encontró en las muñecas Barbie una ventana a un mundo de oportunidades, donde podía ser astronauta, apicultora, deportista, maestra, doctora, veterinaria y todo lo que ella quisiera ser. Ahora, la mexicana es una de las mayores coleccionistas de esta muñeca de toda Latinoamérica.

La coleccionista recuerda que las Barbies siempre fueron sus amigas, y más porque al estar viajando mucho por el trabajo de su papá, siempre se llevaba algunas, así que eran las incondicionales y constantes en su vida. “Siempre estuvieron ahí para mí”, afirma Vanessa.

“Cuando estaba en la escuela ya no veía la hora de que sonara la campana final para regresar a mi casa y ver cómo estaban mis amigas, jugar con ellas, o sea, de verdad, fue una parte muy importante de mi infancia”, recuerda.

Aunque Munguía cuenta con una base de datos de cada una de sus piezas, no sabe cuántas muñecas forman su colección. Dejó de contar por ahí de la 900. Ya no se fija en el número, porque no quiere que sea un tema de cantidad sobre calidad.

“No quiero estresarme si son muchas, si son pocas, si el de junto ya tiene más, o sea, en su momento cuando fue la exposición del Franz Mayer, Mattel dijo que yo era la coleccionista más grande de México y Latinoamérica, no sé si siga siendo el caso, pero sí es un número importante”, comparte.

En 2009, parte de la colección de Munguía se exhibió en el museo Franz Mayer para conmemorar los 50 años de Barbie con la exposición Barbie 50 años de historia, moda y diseño.

Vanessa no recuerda cuándo tomó la decisión de coleccionar Barbies. Su primera muñeca de esta marca se la regalaron a los cuatro años y ahí empezó la historia de amor. “Es una colección que se formó orgánicamente, de verdad, jamás me imaginé llegar a tener esta colección”.

En los años 90, cuando tenía, aproximadamente 600, dijo “híjole, esto sí, ya va en serio”. Vanessa era una coleccionista de clóset hasta la exposición del Franz Mayer; ni sus amigos más cercanos sabían que lo hacía, era algo ciento por ciento privado.

Vanessa comparta la historia de algunas de sus muñecas

Vanessa Munguía tiene la creencia de que son las Barbies las que la encuentran a ella, por eso no está pendiente de lo que va saliendo ni metida todo el tiempo en los websites, pero si va a alguna tienda o juguetería sí le gusta darse la vuelta para sorprenderse.

Munguía tampoco se fija mucho en el valor económico de las piezas, para ella lo que realmente importa es que le digan algo, por cualquier tema en particular. Puede ser la del súper de 100 pesos porque algo le llamó la atención, ya sea su vestido, zapatos, sus accesorios o, incluso, la profesión que ejerza.

“Siempre he dicho que ese es el valor de mi colección, que prácticamente de cada objeto te puedo dar la historia de dónde me encontró, porque yo digo que me encuentran a mí y no yo a ellas, quién me la regaló, porque también tengo muchas amigas que me han dicho ‘oye, me encontré mis Barbies, con las que yo jugaba, están en buen estado y quiero que se queden contigo’. Entonces, esas colecciones heredadas obviamente tienen un gran valor para mí. Ese es el valor de mi colección, que te puedo dar la historia de prácticamente cada pieza”, afirma.

El encuentro más inesperado lo tuvo en Viena, Austria. En una juguetería conoció a la Barbie de la Ópera de Viena. Tiene poca información de ella, no sabe con qué propósito se hizo ni cuántas salieron al mercado.

“Hasta el día de hoy no tengo idea para qué la hicieron, yo creo que ni la misma juguetería sabe lo que tenía. No sé casi nada de esa Barbie, todo está en alemán y no entiendo lo que dice la caja. La tenían a un precio muy razonable, por eso te digo que yo creo que ni ellos sabían lo que tenían ahí”, considera.

Otra pieza importante de su colección es la Barbie Fashion Photo, de 1978. Esta fue la primera muñeca que tuvo y aunque conserva la original— que está toda mordida, pelona y sin un pie, tenía la inquietud de tenerla en su caja original. Le costó trabajo conseguirla, pero finalmente lo logró.

En términos sentimentales, la Barbie más valiosa que posee es una que le hizo el diseñador de su vestido de novia cuando se casó, Ricardo Reyes, quien hizo una reproducción.

“Me hizo mi Barbie, básicamente, entonces, esa es una muñeca que no tiene valor más que para mí, pero para mí es de las más valiosas. Económico te diré que no estoy muy segura, justamente porque de verdad, así como evito saber cuántas tengo, evito saber cómo va el precio. Algunos me entero sin querer, de repente me sale algún link como hoy, por ejemplo, el de la de Benito Santos del Día de Muertos y me sorprendí por su precio, pero te digo, no me gusta saber”, recalca.

A Vanessa le encantaría decir que las cuida como el reparador de juguetes que aparece en la cinta de Toy Story 2, de 1999, con su lupa y pincelito, pero no, confiesa que es muy mala para las manualidades, entonces, básicamente, su cuidado consiste en que están bien guardadas y limpias, lejos del polvo. “Las tengo juntas en cajas, pero vienen empacadas para que se conserven lo mejor posible”, dice.

El deseo de Munguía es que su colección quedara expuesta permanentemente en algún lugar, ya sea que se hiciera un museo de la muñeca en la Ciudad de México o que algún otro museo se interesara por tenerla permanentemente exhibida.

“Se me hace egoísta tenerlas guardadas y vi cómo disfrutaba la gente tanto la colección y eso que fue una muy pequeña parte la que estuvo expuesta en el Franz Mayer. La verdad, es que me encantaría poder compartir esto con la gente”, finaliza.

¿Vanessa verá la película de Barbie?

Vanessa Munguía está muy intrigada por la nueva película de Barbie, que se estrenará el 21 de julio, así que prefiere guardarse sus comentarios hasta verla en el cine.

“En cuanto a los protagonistas, pues yo creo que sí, Margot Robbie es Barbie cien por ciento, pero Ryan Gosling jamás en mi vida me lo hubiera imaginado como Ken, esa es la verdad, además lo siento más como un actor serio, pues igual esperemos a ver de qué se trata. Sé que también ha habido mucha controversia por el tema de la edad, pero eso siempre ha sido controversial en Barbie, porque cuando la sacaron querían que fuera adolescente, yo creo que eso nunca lo lograron, porque siempre los que jugamos con Barbie la veíamos más como señora glamorosa, señora joven, pero ya más grande; además, tenía profesiones, trabajaba, ´por lo que tampoco podía tener 15 años”, comparte.