La leyenda de los vampiros, seres de la oscuridad que duermen en ataúdes y se alimentan de la energía y sangre de los vivos, ha sido uno de los temas más recurrentes en la historia del cine, con numerosas visiones que, a través de los años, le han impregnado nuevos atributos. Desde aquella figura apócrifa del cine mudo, Nosferatu, hasta Drácula, personaje que es sólo la punta del iceberg de todo un mundo cinematográfico que ha fascinado y aterrorizado durante más de un siglo.
De acuerdo con Javier Téllez García, catedrático y maestro de cine de la UNAM, este personaje, que transita en el subconsciente entre el terror y la seducción, es el que más ha trascendido en la historia del cine.
“Drácula es un fenómeno como tal, antes de Bram Stoker había una tradición desde el siglo XIV de la existencia de los vampiros, es un mito que se venía arrastrado hasta la época que lo popularizó Stocker, después lo retomó el cine a partir de esta anécdota que toman sobre Drácula y sus variantes a lo largo de la historia del cine”, indica.
Si la novela fue popular, el cine fue el factor que popularizó al personaje. Su éxito se ve reflejado, no sólo en la creación de alrededor de 700 proyectos cinematográficos en torno a la figura del vampiro, sino en la dimensión geográfica de productoras y directores.
“En el cine hay un montón de personajes que se han retratado e inventado, desde Batman, Superman, hasta James Bond, pero el vampiro es el personaje más popular. No hay otro personaje en la historia del cine que haya inspirado tantas películas, como fenómeno, no sé cómo podríamos explicar por qué resulta tan atractivo el vampiro”, relata el catedrático.
Para Téllez, se trata de una cuestión sociológica, psicológica e, incluso, filosófica, que envuelve a este personaje.
“Se ha estereotipado como si fuera un personaje terrorífico, pero es una cuestión muy subjetiva porque, desde el punto de vista del subconsciente del espectador, es un personaje seductor, atractivo. También creo tiene que ver la inmortalidad del personaje y que nosotros no tenemos, él siempre resucita, en la materia de las películas parece ser que lo exterminan, clavan la estaca, pero de sus cenizas siempre vuelve a renacer”, opina.
Este carácter seductor se alimenta a partir de la idea de poder transmitir su personalidad a otras personas por medio de chuparles la sangre, convertirlo en otro ser cómo él, robándole su voluntad, su personalidad como seres humanos, es decir, los vampiriza.
Dentro de sus investigaciones sobre este ser, encontró que Carlos Marx hacía mención al vampiro en sus estudios. “El Capital es trabajo muerto que no sabe alimentarse como los vampiros, más que chupando trabajo vivo y que vive más cuanto más trabajo chupa”, así, la idea de exprimir, apropiarte de la persona o personalidad de otros seres viene por tradición desde siglos anteriores.
“Es el personaje que no pasa de moda, en todas las épocas siempre se interpreta de distintas formas, se convierte en un género que siempre está latente y presente en todas las épocas”, exterioriza.
¿Sabías que?
Theodosia Burr Goodman, mejor conocida como Theda Bara, es la primera femme fatale del cine. Con ella nace el término “Vamp”, el cual se refiere a vampiresa, y retrata a una mujer seductora que atrapa a los hombres.
La historia de Bram Stoker está inspirada en Vlad Tepes, príncipe de Valaquia del siglo XV, quien era conocido por la crueldad que ejerció durante su gobierno y lo sanguinario en sus batallas contra los enemigos.