Valeria Matos presenta su novela Nahui Olin. La loca perfecta.
Las marchas, las protestas y el reclamo social por la desaparición forzada de miles de mujeres en México fueron un grito que se hizo escuchar durante gran parte de 2019 y principios de este año en distintas partes del país.
Pero al declararse la emergencia sanitaria por COVID-19, la situación cambió. De repente pareció que el feminismo se guardó en casa, ya que se acabaron las marchas, las pintas y las voces callaron en lo público; sin embargo, los crímenes de odio, los feminicidios y las violaciones a los derechos humanos de la mujer siguieron sucediendo.
Para Valeria Matos, escritora que cuenta con una maestría en Estudios de la Mujer por la UAM-Xochimilco, este momento es para seguir gestando ideas, fortaleciendo la ideología y volviendo al útero primigenio de la lucha, para después renacer en un movimiento feminista que tenga mayor ímpetu, cuando se permita volver a la vía pública.
Para ella, la respuesta está en lo virtual, en Twitter, Facebook o Instagram, herramientas donde todavía se mantiene viva la conversación y la lucha del feminismo, por lo que Matos ve que esto seguirá siendo el espacio para darle continuidad al movimiento.
“Me pregunto qué hubiera sucedido con las sufragistas del siglo XIX con Facebook. No, no, no, es que no estaríamos en estas circunstancias. Las redes sociales son muy importantes para organizarnos, para decir lo que pensamos, para pasarnos textos en PDF, porque antes era de otra manera, de otra forma. El encierro no nos detiene de ninguna manera”, afirma.
Durante esta cuarentena, la autora publica Nahui Olin. La loca perfecta (Lumen, 2020), novela basada en la artista de principios del siglo XX, quien además marcó polémica por hacer nudismo mientras predominaba el machismo en la nación y fue un parteaguas para comenzar a fortalecer el feminismo en México.
Lectura en deuda
Descubrir la vida de Carmen Mondragón, quien posteriormente fue nombrada Nahui Olin, por Gerardo Murillo Cornado, Dr. Atl, ha sido gracias a libros de investigación como el de Adriana Malvido, publicado en 1993, por lo que Matos reconoce que hay una enorme deuda hacia esta periodista.
“Conocí a Nahui Olin, como me parece que la gran mayoría la conoció, gracias a Adriana Malvido. Tenía 16 años, aproximadamente, cuando Malvido escribió sobre ella, le tengo un agradecimiento enorme”, reconoce la también licenciada en Historia.
Durante la lectura novelada de Matos, hay momentos en los que se recurre al libro de Malvido, por lo que la escritora de Nahui Olin. La loca perfecta cree que estas pueden ser lecturas complementarias, además de otros ejemplares que se han publicado al respecto.
“Todas somos parte del rompecabezas, con distintos puntos de vista y diferentes maneras de abordar al personaje y todo eso enriquece; entonces, ¡claro que sí! Está increíble que lo sigan haciendo y que sea complementario, eso me parece maravilloso e ir como más allá todo el tiempo”, opina la escritora.
Nahui Olin sigue siendo hasta ahora un personaje que tiene un vaivén en la memoria cultural mexicana. Valeria Matos tomó a esa mujer, en lugar de hablar de muchas otras, porque se sintió identificada desde su adolescencia y quiso revisar el cómo ha sido encasillada.
“Me parece que Nahui Olin está dentro de estas mujeres y figuras míticas en la historia, a quienes se les ha revestido también de características inamovibles. Si tú, por ejemplo, entras a Internet, hay muchas opiniones y escritos en donde dice que es la mujer liberada de los años 20 y que fue la más bella y tuvo un valor creativo, pero lo que a mí me interesa es cómo romper estos mitos”, puntualiza.
Las letras de Nahui
Gran parte de la poesía escrita por Mondragón se encuentra perdida o no se ha vuelto a reeditar en décadas. Son apenas algunos versos los que se conocen de esta mujer que fue pintora y además cercana a la élite cultural del México post-revolucionario, por lo que Matos se aventuró a escribir versos como si la misma Nahui Olin los hubiera redactado.
“Era una manera de darle voz al personaje, me pareció que solamente de esa forma tenía fuerza la voz de ella como tal; entonces, lo gocé muchísimo, la verdad”, argumenta.