Urge rescatar ‘El Niágara mexicano’
Con el documental Resurrección, los pobladores de Juanacatlán, Jalisco, buscan visibilizar la problemática de la contaminación del río Grande de Santiago, mismo que lleva más de 40 años intoxicado; para ellos esta es una oportunidad para que el futuro gobierno de AMLO tome cartas en el asunto
Hidalgo Neira[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_jdah411g” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /]
Hubo un tiempo en el que el cauce que desemboca en El Salto de Juanacatlán era imponente dentro del ecosistema mexicano, resaltaban sus especies endémicas y era conocido como “El Niágara mexicano”.
Pero de esta gloria apenas quedan rastros. El río perdió su fuerza, está cubierto de espuma tóxica y su agua es completamente insalubre desde hace décadas, causando, incluso, estragos en la salud de quienes viven en los alrededores.
Tras más de cuatro décadas de ser el vertedero de residuos industriales, se acabó la pesca de sardinas, el croar de las ranas, el paseo de las garzas y sólo quedó un caudal de agua dura, que al entrar en contacto con la piel causa lesiones y al respirar sus vapores arden en las vías respiratorias.
Tras el paso de distintos gobiernos, de falsas promesas y del hartazgo comunitario, el colectivo “Un salto de vida” decidió señalar esas anomalías, en 2005, y aunque intentaron silenciarlos, no hubo marcha atrás, porque además lograron conseguir el apoyo de Greenpeace.
Tiempo después, el director de cine Eugenio Polgovsky se sumó a la lucha y para visibilizar el tema a una mayor escala grabó el corto documental Un salto de vida, pero esto sólo fue el primer eslabón. Era tal el compromiso del cineasta que dedicó los últimos años de su vida para hacer un largometraje en el que expone a profundidad la problemática ecológica de este lugar.
El futuro mandatario presidencial está consciente de la situación que se vive en Jalisco, al menos así lo reconocen quienes son parte de “Un salto de vida”, ya que recuerdan que ha ido en distintas ocasiones.
“Cuatro, cinco veces fue López Obrador al pueblo, incluso ahora que anduvo en elecciones fue. Cuando lo eligieron presidente también fue, entonces él conoce de primera mano la situación del municipio”, comenta Enrique Enciso, miembro del grupo civil sin fines de lucro.
Con la llegada del próximo gobierno federal, Enciso le pide al morenista que así como estuvo cerca de ellos en campaña, regrese para poder remediar este ecocidio sin precedentes en el país.
“Tiene una oportunidad muy grande de congratularse con los pueblos, porque sin temor a equivocarme, la gran mayoría de la gente ya no confía en el gobierno. Es su oportunidad, esperamos que la aproveche, tiene los modos y las formas”, asegura el activista, en entrevista con Reporte Índigo.
Las otras repercusiones
Graciela González también forma parte de “Un salto de vida” y espera que la película sirva para que otras comunidades en el país puedan alzar la voz cuando observen que se está hiriendo al medio ambiente de la nación.
“Creo que es un documento muy potente para que lo podamos compartir y repensar por qué hay muchos ‘Saltos’ en México, no es un asunto exclusivo de nuestro territorio y el propósito es que vean esos otros lugares, como ahora que en Mérida va a pasar el Tren Maya, y vemos la destrucción a gran escala y decimos ‘ay, a este paraíso también le va a pasar lo mismo que a El Salto’”, enuncia.
Enciso afirma que el caso de río Grande de Santiago, Jalisco, ha sido muy observado, pero no ha recibido la atención que requiere, por lo que para él es urgente solucionar el problema.
¿Daño irreversible?
En el documental de Polgovsky se muestra con material de archivo un antes y un después del deterioro, cómo es que los sauces eran inmensos, la cascada albergaba bagres y los habitantes de mayor edad narran que nadaban y tomaban del agua en su juventud, situación que ahora resulta imposible.
“Ahí está el daño, pero ojalá podamos iniciar un nuevo camino en el que podemos mejorar, empezar a construir para los próximos 300 años que nos permita trabajar a mano partida, a cuerpo completo. Porque creo que Eugenio en su interior trabajaba todo esto con tanta pasión pensando en esa resurrección”, reflexiona González.
Del ecosistema que alguna vez predominó Juanacatlán, Enciso refrenda que ya nada queda de esas especies oriundas, que ahora incluso el gobierno introdujo otras, pero esto ha resultado contraproducente.
“Todas las especies que habitaban el río se extinguieron, ahora el Estado ha reintroducido algunas especies invasivas en el caso de los peses, pero las especies que habitaban en los márgenes, que eran los cangrejos y otros peces ya no existen, el daño ya está hecho, pues”, señala el hombre que también participa en la cinta.