Una ‘startup’ por siempre

Jan Koum disfrutaba de algo de anonimato hasta la semana pasada. El 19 de febrero se anunció que Facebook había comprado WhatsApp, aplicación que el ucraniano lanzó en el 2009. Ahora su nombre está en todas partes.

Los más de 500 millones de usuarios de su app reaccionaron inmediatamente. 

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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Millones de usuarios han descargado WhatsApp a sus dispositivos
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Jan Koum disfrutaba de algo de anonimato hasta la semana pasada. El 19 de febrero se anunció que Facebook había comprado WhatsApp, aplicación que el ucraniano lanzó en el 2009. Ahora su nombre está en todas partes.

Los más de 500 millones de usuarios de su app reaccionaron inmediatamente. 

Algunos se preocuparon por su privacidad, pues la red social de Mark Zuckerberg tiene antecedentes de revelar información personal. De hecho Telegram, una aplicación similar a WhatsApp pero que mantiene las conversaciones encriptadas, ha registrado más de un millón de descargas desde que se hizo el anuncio. 

Otros interesados en la noticia dieron a conocer rumores sobre el lanzamiento de una  versión especial de la plataforma de mensajería, ahora con costo.

Para Facebook, la adquisición fue el atajo más sencillo para incursionar en el mercado móvil. A pesar de tener varias apps disponibles, el gigante de Internet difícilmente hubiera logrado el alcance de la que ahora les pertenece.

Su plataforma nativa para tener conversaciones, llamada Facebook Messenger, no tiene la flexibilidad ni simplicidad de la creada por Koum.

Pero el exempleado de Yahoo, así como su socio Brian Acton, no planean que su pequeña compañía cambie, a pesar de haber recibido 19 mil millones de dólares por ella.

“Prometemos no cambiar”, aseguró este lunes en el Mobile World Congress (MWC) en Barcelona, “nuestra filosofía es poner a las personas en contacto”. 

Sus orígenes y los de su multimillonaria aplicación fueron la inspiración para esta idea.

Según relató en el evento, la idea de WhatsApp surgió para ayudar a una estudiante de intercambio en Australia que necesitaba ayuda para comunicarse con su familia sin gastar demasiado.  

“Escribió un e-mail muy conmovedor en el que decía que lloraba todas las noches porque estaba sola”, reveló. Y recordó que le envió una liga para descargar el programa y le pidió que no se lo enseñara a nadie. 

“En ese momento nos dimos cuenta de que teníamos una misión”, comentó Jan, “asegurarnos de que las personas puedan comunicarse de forma fácil y asequible, sin importar dónde estén. Y eso es lo que nos propusimos”. 

El 24 de febrero del 2009, precisamente cinco años antes de su conferencia en el MWC, Jan Koum y Brian Acton dieron de alta su nueva empresa en San Francisco.

“No teníamos usuarios ni servicio, solamente una ilusión”, relató, “ahora tenemos más de 500 millones de usuarios”. 

Después de Facebook

La integración de WhatsApp a la empresa de Zuckerberg parece, en principio, conflictiva.

La aplicación de mensajería tiene una diferencia esencial con compañías con Facebook o Google, que intentan obtener la mayor cantidad posible de información sobre sus usuarios.

Además de no preguntar género, edad o nombre, la plataforma de Koum y Acton borra de sus servidores todos los mensajes después de que son entregados. 

Así, estos se encuentran únicamente en los dispositivos de los usuarios y estos pueden hacerlos desaparecer cuando deseen.

Además, Koum expresó, en una entrada de blog del 2012, su resistencia a permitir la aparición de publicidad.

“Si involucramos anuncios ustedes, los usuarios, se convierten en el producto”, observó, “(la mensajería) es nuestro producto y nuestra pasión, sus datos no, no estamos interesados en ellos”. 

Esas diferencias fundamentales hicieron que la conservación de la autonomía de WhatsApp fuera una parte no negociable del trato que hizo con Facebook.

“Mark (Zuckerberg) sabe mejor que nadie que tenemos que ser independientes, igual que Instagram”, aclaró el ucraniano, haciendo referencia a la compra de la plataforma fotográfica en abril del año pasado.

Durante su presentación, el énfasis estuvo, en todo momento, en que WhatsApp “seguiría con su meta”, sin marketing ni recolección de información. 

Aún así, la adquisición es una victoria para Facebook y no solamente porque “mantendrán al mundo más abierto y conectado”, como el propio Zuckerberg compartió en su página personal.

Los planes para su nueva pieza están en marcha y el primero de ellos estará disponible en unos meses: la posibilidad de hacer llamadas de voz a través de la plataforma. 

Hasta ahora, solamente se podían enviar grabaciones.

De nuevo, la infancia de Koum fue decisiva para la incorporación de este avance. 

Según el aún dueño del 45 por ciento de WhatsApp, en su país de origen tenía un teléfono, pero nunca lo utilizó. 

Sin embargo, agregó a veces lo prestaba a sus vecinos para que se comunicaran con familiares que vivían en lugares lejanos. 

“Gracias a mi experiencia”, explicó, “(la aplicación) también tendrá voz a partir del segundo trimestre del año”. 

El anuncio podría hacer temblar a las compañías telefónicas, para las que la plataforma significó una importante disminución en los ingresos por el envío de mensajes SMS. Ahora competirá con las llamadas convencionales.

Su meta, confesó, es estar presentes en todos los smartphones del mundo. Y a menor plazo conseguir mil millones de usuarios.

Por ahora, con solo 55 empleados se encuentra más allá de la mitad del camino. 

Aunque considera la posibilidad de crecer –“Estoy contratando, claro, si hay por aquí algún ingeniero bueno”– conservar el ambiente de una startup es lo más importante.

“Tenemos que seguir siendo humildes y pensar como siempre”, aseveró. 

Fuera de WhatsApp, sus sueños no se detienen. El ideal, explicó, sería que todas las personas tuvieran acceso a la Red, especialmente a velocidad 4G. 

Lo más importante, sin embargo, se mantiene constante.

“Queremos quitarnos del camino y dejar que la gente se comunique”, recalcó. Y con Facebook como respaldo, seguramente lo conseguirá. 

¿Y si no es WhatsApp?

Si la caída del sistema este sábado o la reciente alianza con Facebook no te dejaron contento, conoce las mejores opciones para sustituir a esta plataforma. 

Telegram
Hay una buena razón por la que, en tan solo un día, esta aplicación fue descargada por más de medio millón de usuarios. 

Disponible para iOS y Android, emula casi perfectamente  la plataforma de WhatsApp, y además encripta los mensajes.

Line
Uno de sus aspectos más atractivos es la gran cantidad de emojis y personajes que tiene para compartir. 

Sus mayores problemas son el fuerte consumo de batería y las constantes invitaciones a los contactos de sus usuarios. 

Viber
Ganó popularidad por su capacidad de realizar llamadas de voz a través de una conexión de datos, pero usando el número de teléfono como contacto. El resultado es una combinación entre WhatsApp y Skype que se ha consolidado como una de las aplicaciones favoritas

WeChat
Un tanto curiosa, permite iniciar conversaciones con contactos al azar o conocer contactos nuevos comunicándose con números aleatorios. 

Domina el mercado en China, pero no ha tenido éxito despegando en otras regiones. 

Kakao
El mejor atributo de esta aplicación coreana es que no pone límite a la cantidad de miembros en las conversaciones grupales.  Kakao también permite que te comuniques con amigos sin necesidad de compartir sus números de teléfono. 

 

 

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