Una sonrisa vale más que mil terapias
Sonríe, no importa lo que estés haciendo en este momento. Está comprobado que sonreír –aunque sea fingiendo– conlleva beneficios en la salud y se traduce en mejoras a nivel psicológico. Un "simple" gesto facial nos ayuda a sentirnos mejor cuando atravesamos momentos o días de estrés.
Para comprobarlo, Tara Kraft y Sarah Pressman, profesoras de psicología de la Universidad de Kansas, realizaron un experimento con 170 universitarios para analizar los efectos tanto psicológicos como fisiológicos de dos tipos de sonrisa y una expresión facial "neutra".
María Alesandra Pámanes
Sonríe, no importa lo que estés haciendo en este momento. Está comprobado que sonreír –aunque sea fingiendo– conlleva beneficios en la salud y se traduce en mejoras a nivel psicológico. Un “simple” gesto facial nos ayuda a sentirnos mejor cuando atravesamos momentos o días de estrés.
Para comprobarlo, Tara Kraft y Sarah Pressman, profesoras de psicología de la Universidad de Kansas, realizaron un experimento con 170 universitarios para analizar los efectos tanto psicológicos como fisiológicos de dos tipos de sonrisa y una expresión facial “neutra”.
Y es que las sonrisas se pueden categorizar en dos tipos: la estándar, en la que se mueven los músculos que tenemos alrededor de la boca (también llamada “Pan Am” por ser la sonrisa cortés de las aeromozas de la aerolínea homónima) y la “Duchenne” o auténtica, llamada así por el neurólogo francés que la describió por primera vez, Guillaume Benjamin Amand Duchenne. En esta última otras partes de la cara también muestran movimiento, tal como la contracción de los músculos alrededor de los ojos.
Cuando una persona sonríe por lo general se debe a que se siente bien o está contento, pero, las investigadoras analizaron esta acción a la inversa, de manera que la sonrisa sea la que provoque un aumento en el bienestar.
“Una sonrisa ‘Duchenne’ genera la fisiología de las emociones positivas y los cambios en el cerebro”, asociados con el placer espontáneo, afirma Paul Ekman, quien es profesor emérito de psicología de la Universidad de California, en The Wall Street Journal (WSJ).
Durante la investigación de Kraft y Pressman, que fue publicada en la revista Psychological Science, los voluntarios realizaron actividades que los estresaban y después, se les pidió que cambiaran el gesto de su cara por una sonrisa.
Tras sonreír, se les midió el ritmo cardíaco y la sensación de estrés que pudieran sentir.
Los resultados arrojaron que la sonrisa del tipo “Duchenne” (o auténtica) redujo la velocidad de los latidos del corazón de las personas, después de estar bajo estrés, mucho más que la sonrisa estándar o “Pan Am”.
A los participantes se les “obligó” a sonreír o hacer el gesto al detener con la boca palillos (los que se utilizan para la comida china) de tres maneras diferentes.
Una de las maneras era que las personas mantuvieran los palillos en la boca pero con una expresión neutra; la segunda consistía en mantenerlos con una sonrisa cortés; por último, los participantes debían mostrar una sonrisa completa, incluyendo el uso de los músculos alrededor de la boca y de los ojos.
Después de distintos análisis, las investigadoras llegaron a la conclusión de que sonreír resulta de gran ayuda para que una persona se sienta mejor cuando atraviesa episodios de estrés.
“Vimos una disminución considerablemente mayor en la frecuencia cardíaca y una recuperación más rápida del estrés fisiológico cuando (los participantes) estaban sonriendo”, enfatizó Pressman, mientras que un semblante considerado “neutro” no afectó ni tuvo efectos positivos en los voluntarios.
La investigación recomienda que una persona sonría mientras se encuentra en situaciones de estrés, para así reducir la intensidad de la respuesta del cuerpo (se sienta o no feliz propiamente).
Si te toca estar en medio de un pesado tráfico un lunes por la mañana, sonríe, pues eso ayudará a pasar el rato amargo y “a afrontar mejor la situación desde el punto de vista psicológico y a mantener el corazón más sano”, concluye Kraft.
Los beneficios de reducción de estrés y desaceleración del corazón pueden suceder incluso cuando una persona no está consciente de que está formando una sonrisa en su rostro.
Así que no limites la práctica de tu mejor sonrisa a un acto en solitario frente al espejo, hazlo todo el tiempo.
Más que un reflejo de la felicidad
Marianne LaFrance, profesora de psicología de la Universidad de Yale, dice que lo que es muy claro es que una persona sonriente refleja felicidad, así como el acto de sonreír contribuye a la misma, siendo esto un tanto bidireccional.
Además, una sonrisa envía un mensaje a nuestro cerebro en el que se indica que estamos seguros y “no nos sentimos amenazados”, dijo Sarah Pressman.
“Puedes influir en la salud mental con lo que haces con la cara, ya sea sonreír o fruncir el ceño menos”, dice Eric Finzi, cirujano dermatólogo y autor de estudios sobre los efectos de fruncir el ceño.
De acuerdo a una publicación en The Wall Street Journal, “una única sonrisa plena y genuina afecta al cuerpo de manera positiva (…) otros estudios indican que incluso una sonrisa cortés puede ser beneficiosa”.
Recuerda que esbozar una sonrisa también estimula y refuerza al sistema inmunológico, pues con esta acción en el rostro aumenta la producción de endorfinas.
Kyle Gorjanc, cofundadora de Salty Running, aseguró en WSJ que al correr, comenzó a hacer un esfuerzo consciente por sonreír y a lo largo de un año, ahora se siente menos estresada y cansada al hacer ejercicio.
“Ahora pienso que lo hago (sonreír al correr) naturalmente”, agregó Gorjanc.
Kyle coincide en que el reto más grande al correr largas distancias no es físico, sino mental y sonreír la ha ayudado a que correr esas distancias sea mucho menos difícil.
Y es que “lo que sucede es que realmente encuentras las cosas más felices, en lugar de sonreír solamente por el bien de hacerlo”, explicó Gorjanc, “y claro, otras personas sonríen de regreso”.
No olvides la relación que tienen acciones o gesticulaciones faciales como una sonrisa con la salud mental, pues de acuerdo a Marco Iacoboni, director de laboratorio en el Centro de Mapeo Cerebral de la UCLA, cuando una persona ve una sonrisa, “las neuronas espejo provocan una respuesta neuronal similar, como si estuvieran sonriendo ellas mismas”.
Don’t worry… ‘be HAPPIER’
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La iniciativa Happier nació de la inspiración que se obtuvo de diferentes estudios que se enfocan en lo positivo y en el compartir cosas buenas con las personas que nos hacen más felices, saludables y productivos, según su sitio oficial.
Fundada por su también CEO Nataly Kogan, la app móvil de Happier le permite a los usuarios documentar las cosas que los hacen más felices. Esta información alimenta la “happiness graph” (o gráfica de la felicidad), con el objetivo de que las personas encuentren nuevas formas y métodos de buscar (y encontrar) la felicidad.
La aplicación fue lanzada en febrero para iPhone y su popularidad crece cada vez más… a la vez que la felicidad en cada vez más personas.
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