Una mente sensible
John Clayton Mayer es una de las voces –y caras– más sensuales de la música contemporánea.
El despunte comercial que tuvo su carrera se dio en 1998, cuando probó los sonidos del rock acústico y el blues.
Mayer es un alma de espíritu libre y melancólico. No solo canta y compone, también produce, escribe, diseña y hace stand-up comedy.
La primera vez que compuso una canción fue al salir del hospital, a los 17 años, tras haber sufrido una arritmia cardiaca, “ese fue el momento en el que el compositor que llevaba dentro nació en mi”, dijo en Rolling Stone.
María Alesandra Pámanes
John Clayton Mayer es una de las voces –y caras– más sensuales de la música contemporánea.
El despunte comercial que tuvo su carrera se dio en 1998, cuando probó los sonidos del rock acústico y el blues.
Mayer es un alma de espíritu libre y melancólico. No solo canta y compone, también produce, escribe, diseña y hace stand-up comedy.
La primera vez que compuso una canción fue al salir del hospital, a los 17 años, tras haber sufrido una arritmia cardiaca, “ese fue el momento en el que el compositor que llevaba dentro nació en mi”, dijo en Rolling Stone.
De hecho, ha publicado columnas en revistas y medios reconocidos, entre ellos Esquire.
Más allá de 15 años de carrera, seis álbumes de estudio, siete premios Grammy y los reflectores de la prensa “corazón” por haber sido pareja de Jessica Simpson y actualmente de Katy Perry, el músico de 35 años se ha convertido en una figura de altruismo y filantropía.
Desde el 2011 está asociado a NCIRE, una ONG que ayuda a los soldados y veteranos de guerra a lidiar con el estrés post traumático cuando regresan a sus vidas normales.
La revista TIME lo incluyó en la lista los 100 pensadores contemporáneos, lideres, artistas y animadores más influyentes en el 2007.
En el 2012, junto al éxito de “Born and raised”, producción que fue disco de oro, Mayer tuvo que ser operado por la reaparición de un granuloma en sus cuerdas vocales. Canceló la gira y se dedicó a recuperarse y escribir.
El amante de los tenis –tiene más de 200 pares– y los relojes aprovechó también para reflexionar sobre su vida y su trabajo, alejándose un poco de los compromisos sociales y mediáticos, para concentrarse en su amor por el arte.
John Mayer se encuentra en una etapa más madura y saludable. Ha dejado atrás al whisky y en su lugar llegaron las noches de buen descanso.
Inclusive reforzó sus dotes culinarios, ya que se autodescribe como “el rey del arroz con pollo”, según confesó en una entrevista publicada en la edición de enero de este año de Rolling Stone.
Tenía tres años de no salir de gira y a principios de julio comenzó un tour mundial de “Born and raised”, con el que visitará 40 países.
El 20 de agosto saldrá a la venta “Paradise valley”, su disco más reciente.
El sencillo “Paper doll” –que forma parte de “Paradise valley”– salió a la luz el 13 de junio del 2013. Y tres días después, lanzó “Wildfire”.
Para Billboard, “Paper doll” es una canción pop “perfectamente plasmada” y calificó al regreso de Mayer como “triunfal”.
Musicalmente hablando este nuevo álbum es similar a “Born and raised”, pero lo cierto es que tanto su voz, como su esencia vuelven recuperadas totalmente, destacando la madurez que alcanzó a la mitad de los 30, su innegable talento y lo fructífero que fue este intermedio reflexivo para exaltar su particular sensibilidad.