[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_t3n3q41b” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] De corte a rape, sonrisa ante todo y una calma que atrae a las ardillas del Bosque de Chapultepec, es como Kankyo Tannier disfruta de su estadía en la Ciudad de México, durante los últimos días de verano.
La mujer, de origen francés, camina con firmeza buscando un lugar donde sentarse entre los árboles, no le importa manchar su calzado ligero del lodo generado por las constantes lluvias capitalinas, para ella, eso es parte de la vida, la tierra, el agua y la atmósfera que se vive en un pequeño pulmón de la urbanidad.
Al encontrar el vestigio de lo que fue un ancho árbol, del que ahora sólo queda parte de su tronco todavía enraizado, la monja acomoda un tapete negro para sentarse y platicar que aunque se esté en medio de la ciudad, también hay este tipo de momentos para reencontrarse con uno mismo.
“Es muy importante para mí dar esta imagen de espiritualidad moderna, en Francia acabo de publicar un nuevo libro acerca de… ¿Está bien?”, cuestiona Tannier, mientras el ruido de un helicóptero irrumpe en la cercanía, por lo que se detiene la entrevista con Reporte Índigo, para luego reanudarla con una risa y pronunciar: “¡Es la vida! En fin, el cómo vivir esta vida de una manera espiritual”.
Actualmente ,Tannier promociona en Latinoamérica su primer libro La magia del silencio, el cual es publicado por Grupo Planeta. Después de México, visitará Brasil, donde a su paso dará meditaciones para el ciudadano común.
Contrario a lo que se podría pensar, aunque ella pertenece al budismo Zen, no está todo el día en un monasterio practicando oración, lleva una vida ordinaria en la que tiene que trabajar como cualquier persona, lo que la suscribe en la modernidad.
Tannier decidió acercar la meditación a un plano mucho más ordinario, por eso es que desde 2012 tiene su blog Dailyzen.fr en el que comparte con las personas cómo se pueden acercar al budismo diariamente con pequeños consejos en francés, inglés, alemán y también en español.
“Un día me llegó la idea de que tenía que hacer esto, porque veo a mis sobrinos siempre con un smartphone y también la gente cada vez más los usa y mi idea es que podemos usar estas herramientas para proveer de buenos mensajes”, comenta la monja budista.
Recientemente, ella estuvo en el HAY Festival Querétaro, donde dos mañanas consecutivas dio meditación guiada de relajación en la Alameda Hidalgo. La carpa donde se dio la sesión estuvo repleta los dos días sin importar que ella hablara francés y fuera traducida por una intérprete.
De la música a la vida Zen
Kankyo Tannier llevaba una vida nocturna musical en la década de los 80, era cantante en una banda de jazz y también estudiante, pero esto no la nutría intelectualmente, no encontraba un sentido a la vida. Así fue como llegó a ella un libro que hablaba sobre el budismo.
“Yo crecí en la religión católica con muchos valores buenos y cuando leí el libro del Dalai Lama, fue como descubrir una revelación, porque todas las ideas en el libro son sobre que todo está conectado, el gran Universo y parte de ello y su relación con todo”, recuerda la mujer francesa.
Tannier lo dejó todo por años para comenzar su vida al interior de un monasterio y vivir en silencio, donde duró más de 15 años. En un inicio no le fue fácil la adaptación, por lo que fueron obstáculos a vencer, al convivir 24 horas al día con las mismas personas.
“Esta parte de mi vida fue difícil, pero eso fue algo de lo que aprendí, lo que puedo decir ahora en el libro es que hay que orar en los momentos difíciles y claro que habrá impedimentos, pero podemos buscar y aprender soluciones y encontrar motivación en las oraciones”, indica la terapeuta.
Encontrar el balance entre lo virtual y lo real
En la cotidianidad del mundo urbano, se abusa de la tecnología, de la constante demanda de los teléfonos inteligentes, las redes sociales y el ciberespacio, ante esta situación, la monja que también es parte de esta civilización interconectada, dice que hay que decidir sobre estos aparatos y no dejer que ellos tengan el control de nuestra vida.
“No quiero ser una esclava de un objeto, soy un ser humano, no quiero que un objeto me diga ‘mírame, mírame, mírame’ así que todas las notificaciones las apago y así decido cuando verlas, de otra manera siempre estaba sonando o algunos íconos aparecían ‘aquí estoy, aquí estoy’, ahora prefiero decidir”, comparte Tannier.
La escritora recomienda que paulatinamente se disminuya la atención hacia el celular, ignorar cada vez más la televisión y las noticias negativas para conectarnos con el mundo real, con las personas que en verdad importan.
Ignorar lo innecesario
Ante el bombardeo mediático de memes, noticias sin sentido, tuits que sólo propagan información basura, Tannier precisa que no se tiene que estar en la última tendencia de la información, si es que eso no aporta nada indispensable para la persona.
“Esto crea un estado depresivo de la mente en la gente. No necesitamos saberlo todo en todas partes, de otra manera, es como vivir en tus pensamientos o vivir tu vida, es diferente, ¿verdad?”, opina la budista.
Romper con la rutina
Se mantiene en línea desde su computadora, en la cabaña en la que vive, en Alsacia, Francia, y aunque si tiene un acercamiento con las redes e Internet, no está tan metida en el uso de apps, pero sí invita a descargar alguna que puede distraer de vez en cuando.
“Cuando trabajo en la computadora tengo una app que hace el sonido de un gong cada 30 minutos y es muy útil, porque si estoy muy concentrada en algo, a veces el tiempo pasa y mi cuerpo está contracturado”.