Para realizar la película documental La vocera, Luciana Kaplan estuvo muy cerca de la primera mujer de origen indígena que intentó contender por la presidencia de México, María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy”.
Cuando terminaba la postproducción de su documental Rush hour (2017), que paradójicamente trata de cómo el tiempo se acaba a quienes viven en grandes urbes del mundo debido a la gentrificación y su desplazamiento desde su casa al terreno laboral, Luciana Kaplan tuvo que tomar una decisión: hacer o dejar pasar la oportunidad de grabar un hecho histórico para todo México.
Su amiga Carolina Coppel, quien ha estado involucrada en los temas de lucha social, la contactó para revelarle que comenzaba el rumor de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional postularía a una mujer de origen indígena por primera vez para contender por la presidencia del país, por lo que Kaplan cedió ante la insistencia de su amistad y se convenció de que había que realizar una película acerca de este suceso.
El Congreso Nacional Indígena (CNI) les dio apertura para iniciar a grabar cuando se revelara el nombre de manera oficial de quien se postularía como precandidata. Kaplan puntualmente inició el rodaje el 28 de mayo de 2017, cuando se destapó que María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy” sería la vocera para contender, de manera independiente, por la presidencia de México.
Después de caminar junto a “Marichuy”, obtener 300 horas de material y estar en la sala de edición durante un año con Valentina Leduc, Luciana Kaplan se replanteó la idea de su documental y se enfrentó a su archivo audiovisual durante la pandemia, así fue como nació La vocera, testimonial que habla a detalle de los periplos que vivió la mujer de origen nahua, frente a las instituciones políticas.
Aunque Marichuy se quedó lejos de poder estar en las urnas como una candidata independiente, Kaplan opina que la también defensora de los derechos humanos fue un ejemplo de lo que se puede lograr como sociedad, y teniendo una empatía hacia la labor comunitaria, fuera de lo políticamente establecido.
“Esta organización, que ya existía pero que ahora es más evidente, y donde se está gestando una nueva manera de tratar de autogobernarse, de organizarse desde abajo, creo que hay algo muy inspirador en eso. De todas las posturas políticas que yo veo es la única con la que resueno y creo que podría ser una solución para el futuro, tiene que ver con, más allá de una mujer retratando a una mujer, la idea de una utopía, de algo que a lo mejor sí puede ser posible”, subraya la directora en entrevista con Reporte Índigo.
La vocera estuvo en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara en noviembre pasado, además de proyectarse en línea gracias a Ambulante; ahora llega con el FICUNAM para verse virtualmente a partir de mañana, 25 de marzo, en la plataforma Cinépolis Klic, con un límite de mil visionados.
El camino desigual de Marichuy
Luciana Kaplan entró junto con Marichuy hasta las comunidades más recónditas de México. Con su cámara logra capturar un retrato fidedigno de cómo en la ruralidad, el conocimiento de la tecnología es rudimentario, por lo que capturar las firmas de manera digital, las cuales a veces eran una simple “X”, fue complicado para el equipo del CNI, situación a la que para nada se enfrentan los partidos políticos preestablecidos.
“No era una campaña política realmente, era un viaje de conocimiento, y de comunicación con los pueblos, obviamente para obtener firmas, pero para que ellos también se dieran cuenta de lo que estaba pasando, y como no tenía presupuesto del INE, como ella bien dice, se pagó con el dinero del CNI, de aportaciones de gente de las mismas comunidades”, describe la documentalista.
Kaplan además de mostrar el tránsito de Marichuy por México, también sigue otras problemáticas que aquejan a los ciudadanos invisibles, aquellos que se manifiestan en contra del Tren Maya y de otros proyectos faraónicos por parte de la 4T, que están lejos de beneficiar al pueblo y solo velan por los intereses federales.
“Era necesario ir encontrando otros personajes, en otras comunidades donde se viera más de cerca esos conflictos de los que hablaba Marichuy y el CNI, porque si no todo era discurso; un poco de lo que ella hablaba era el despojo de la tierra, de los megaproyectos, de los asesinados, encarcelados y todo lo que está pasando en las comunidades indígenas”, agrega.
¿Presidenta para 2024?
En la historia de las elecciones federales del siglo XXI en México ya han llegado mujeres como candidatas presidenciales; sin embargo, todavía no se ve que logren llegar a Palacio Nacional, a pesar de que la representación demográfica sea mayoritariamente de mujeres.
Luciana Kaplan se cuestiona si acaso una presidenta podría traer un cambio, ya que si en la elección del 2024 se diera el caso, habría que observar desde que intereses políticos se estaría impulsando a una mujer. “No necesariamente hay que pensar que tiene que ser una mujer, depende qué tipo de mujer, porque si va a ser una candidata con la misma idea que cualquier otro candidato hombre, y la misma visión de los partidos existentes, es lo mismo, yo creo que lo que hay que pensar muy seriamente es en un cambio de sistema”, argumenta.
La equidad de género y el tener una estabilidad económica de bienestar entre clases sociales, son solo ejemplos de lo que Kaplan menciona que se requiere para tener una eficiente mira de cambio en México, y que esto se requiere de quien sea que vaya por la presidencia dentro de cuatro años.
“Creo que definitivamente urge la participación femenina en la política, pero lo que también es muy importante es un cambio de visión general hacia todo. Estamos en un momento en el cual hay una crisis de violencia tremenda, que siempre ha existido pero se ha agudizado, y desde el gobierno no se ven las medidas necesarias y suficientes para que esto cambie”, puntualiza.