Un viaje muy extraño

Sophie, hija del presidente de Google, narra en una página de Google Sites sus primeras impresiones respecto a la visita realizada a Corea del Norte.

Los norcoreanos “viven en una burbuja de información casi total, sin verdadero marco de referencia (…); son rehenes en su propio país, del que carecen una conciencia real”, expresa la hija de Schmidt. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Los norcoreanos familiarizados con el mundo virtual parecen estar conscientes de que solo con la conectividad su país se mantiene al día con el siglo 21

Sophie, hija del presidente de Google, narra en una página de Google Sites sus primeras impresiones respecto a la visita realizada a Corea del Norte.

Los norcoreanos “viven en una burbuja de información casi total, sin verdadero marco de referencia (…); son rehenes en su propio país, del que carecen una conciencia real”, expresa la hija de Schmidt. 

La joven Schmidt describe una curiosa bienvenida a Piongyang, capital de la República Popular Democrática de Corea, al toparse con un formulario de declaración en el que las autoridades del país asiático solicitan a los visitantes que declaren si llevan consigo un “dispositivo de asesinato”, “publicaciones de todo tipo” o tecnología GPS. 

El relato también hace mención de la única intranet de la que dispone Corea del Norte, Kwangmyong, que Schmidt describe como “un jardín amurallado de contenido eliminado, tomado de la Internet real”.

Pero quizá fue la visita a la “e-biblioteca” de la Universidad Kim II Sung lo que más impactó a Schmidt, luego de observar a cerca de 90 personas sentadas frente a sus computadores de escritorio en cierto estado de parálisis.

“Algunas personas desplazaron el cursor o hicieron clic, pero el resto se quedó mirando fijamente a sus pantallas”, escribió Schmidt. 

“Más alarmante”, subraya, “cuando nuestro grupo entró –un grupo ruidoso, acompañado de medios de comunicación–, ninguno de ellos levantó la vista de su escritorio, nadie volteó, no hubo contacto visual, ni reacción alguna a los estímulos; bien podrían haber sido figuras”.

Schmidt concluyó la narración comentando que aquellos ciudadanos norcoreanos que están más familiarizados con el mundo virtual parecen estar conscientes de que solo con la conectividad su país podrá mantenerse al día con el siglo 21, “(…) pero tenemos que esperar y ver qué dirección optan por tomar”.

Reseña del viaje
Publicado por la hija de Eric Schmidt 

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